Editorial
Recuperar El Centro Histórico
Es claro que la transformación del Centro Histórico de Cali requiere mucho más que las medidas de “urbanismo táctico” que se han implementado hasta ahora...

21 de jul de 2025, 01:45 a. m.
Actualizado el 21 de jul de 2025, 01:45 a. m.
Es positivo que el Gobierno Distrital quiera recuperar el Centro Histórico de la capital del Valle y priorizar los espacios para el peatón. En primer lugar, porque esa zona de la ciudad está configurada como un patrimonio que no solo debe ser protegido y preservado sino que también podría convertirse que lleguen a Cali, lo que siempre generará réditos económicos.
Y en segunda instancia, porque se trata del corazón de la capital vallecaucana, en la medida en que en sus inmediaciones se ubican las sedes de las instituciones públicas más importantes del departamento y su capital, entre otras entidades que todos los días convocan a cientos de ciudadanos a realizar todo tipo de diligencias del orden oficial y privado.
Así, resulta plausible que la Administración caleña haya señalizado y adecuado unos sectores específicos para los peatones, especialmente en el tramo comprendido entre las carreras 4 y 5 con calles 10 y 13, con el fin de tratar de organizar un poco el espacio público por el que ellos compiten diariamente con los conductores y los vendedores ambulantes y, hay que decirlo, algunos estacionarios.
Sin embargo, es claro que la transformación del Centro Histórico de Cali requiere mucho más que las medidas de “urbanismo táctico” que se han implementado hasta ahora, y que incluyen ampliación de andenes, cruces seguros y organización del tráfico, a partir de la experiencia que la ciudad ya vivió a finales del año pasado, cuando en ese entorno se adecuó la Zona Verde de la COP16.
Sobre todo porque lo que se conoce de la estrategia puesta en marcha en los días recientes por la Administración Municipal parece apuntar a un mejoramiento de espacios, edificios y calles, pero deja de lado puntos importantes que deben ser protagonistas de cualquier intervención que se quiera adelantar en esa zona de la capital vallecaucana, si lo que se pretende hacer es un cambio real, a fondo y, sobre todo, permanente.
Es así como hasta ahora a la ciudadanía no se le ha planteado una política estructural que muestre qué se va hacer con los vendedores ambulantes que se han apropiado del centro de Cali ni con la invasión del espacio público que se percibe en ese sector de esta capital.
Pero tampoco se sabe cuál es la estrategia que la Alcaldía piensa implementar con las personas en situación de calle que permanecen en los andenes del Centro Histórico o cuál es el plan para eliminar el expendio de narcóticos que tiene lugar en la Plaza de Cayzedo a la vista de todos o cuál es la táctica para evitar que en esos alrededores los ‘gota a gota’ sigan ofreciendo sus servicios ilegales a plena luz del día.
Es decir, no es posible pensar en un programa de recuperación del corazón de Cali si en el mismo no se incluye un importante componente social que de verdad represente una solución a los problemas de indigencia y de criminalidad que se viven en esa zona.
Está bien arreglar las fachadas de edificios emblemáticos y pintar las cebras en algunos cruces viales, pero caminar tranquilo por el Centro Histórico solo será posible para los caleños y sus visitantes si se hace una intervención real a nivel social y de seguridad.