Editorial
Irrespeto a la autoridad
Cali es una de las ciudades del país donde más casos de agresiones se registran. Al guarda de tránsito, al conductor del MÍO, al policía del cuadrante se les golpea en una clara muestra de anarquía y desorden, que aumentó en lo que va del año.
Se han vuelto costumbre las imágenes de personas que se enfrentan, desafían y hasta golpean a la autoridad. Tanto así que la Policía Nacional calcula que a diario seis personas son judicializadas por los delitos de agresión y violencia contra servidores públicos, lo que deja en evidencia cómo se ha perdido el respeto por quienes representan la institucionalidad y hacen un llamado a cumplir las normas.
Cali es una de las ciudades del país donde más casos de agresiones se registran. Al guarda de tránsito, al conductor del MÍO, al policía del cuadrante se les golpea en una clara muestra de anarquía y desorden, que aumentó en lo que va del año. Según el Observatorio de Seguridad, entre el 1 de enero y el 30 de junio del 2023 se han emitido en la ciudad un total de 21.422 comparendos a individuos por desacato a la autoridad, cuando en igual periodo de 2022 fueron 5429 los hechos.
Hace apenas una semana, un motociclista se enfrentó a tres agentes de tránsito, cerca de Unicentro, para tratar de evadir la infracción. Recientemente se registraron hechos similares en las afueras del Terminal de Transporte, cuando hacían un operativo de transporte pirata y uno más en la Autopista Simón Bolívar. En total, según la Secretaría de Movilidad, este año son 20 los casos de este tipo en la capital del Valle.
La Policía no está exenta. En otro episodio que se expandió a través de las redes sociales, un hombre ataca a los auxiliares que lo increpan por transitar en su moto en el carril del MÍO, en pleno centro. En el oriente de Cali, un joven agarró a golpes al policía que le quitó el arma blanca que portaba. Y en un hecho que le dio la vuelta al país, en el Aeropuerto El Dorado, de Bogotá, un hombre de nacionalidad canadiense golpeó a un uniformado e intentó quitarle el arma de dotación, hecho que fue frustrado por el apoyo de la ciudadanía.
Pero además de los golpes, hay un hecho claro que se registra con más frecuencia y es el desacato a la norma. Como circular con parrillero hombre, a pesar de estar prohibido; como transportar a varios pasajeros en un vehículo, sin contar con los permisos para ello; como abrir establecimientos sin permiso, o realizar fiestas a alto volumen, sin tener en cuenta al vecindario.
En Colombia este año se han capturado 1886 personas por el delito de violencia contra servidor público, consignado en el artículo 429 del Código Penal: El que ejerza violencia contra servidor público, por razón de sus funciones o para obligarlo a ejecutar u omitir algún acto propio de su cargo o a realizar uno contrario a sus deberes oficiales, incurrirá en prisión de cuatro a ocho años.
Pese a ello, el irrespeto a la autoridad no frena. Cada vez son más los que aumentan el caos y menos los que siguen la ley. No se puede pensar en una sociedad viable, cuando se arremete contra quienes deben hacer cumplir la norma, como tampoco cuando se piensa más en el beneficio propio que en el colectivo. En ello debe haber una labor constante del Estado, de sus gobernantes y de la ciudadanía para educar e inculcar los valores y la urbanidad, que tanta falta nos hacen.