Editorial

La frágil tregua

El que fue calificado por el Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, como el “amanecer histórico de un nuevo Oriente Próximo” parece estar aún muy lejano

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Estados Unidos, Egipto, Catar y Turquía firmaron este lunes una declaración como garantes del acuerdo sobre Gaza.
Estados Unidos, Egipto, Catar y Turquía firmaron el lunes una declaración como garantes del acuerdo sobre Gaza. | Foto: AFP

15 de oct de 2025, 03:19 a. m.

Actualizado el 15 de oct de 2025, 03:19 a. m.

A cinco días de haberse declarado el cese al fuego entre Israel y Hamás, entregados los rehenes vivos que aún permanecían en manos del grupo extremista y liberados los presos palestinos pactados, comienzan a vislumbrarse las primeras grietas del acuerdo logrado por Estados Unidos. Las próximas horas serán esenciales para saber si es posible construir una solución definitiva que ponga fin al conflicto en Medio Oriente o si este será otro esfuerzo efímero que apenas dará un respiro momentáneo.

Luego de aquel atroz 7 de octubre de 2023 en el que la organización terrorista Hamás entró a territorio israelí, mató a 1200 personas mientras secuestró a 250 más, y tras dos años de la incursión militar ordenada en represalia por Benjamín Netanyahu a la Franja de Gaza, que hasta la fecha deja 67.000 muertos así como la destrucción de la mayor parte de ese territorio, el viernes Donald Trump, mandatario estadounidense, logró lo que parecía imposible: que las partes pactaran una tregua.

Además de detener la escalada, el lunes se dio cumplimiento a los principales acuerdos, incluidas la liberación de 20 rehenes aún en poder de Hamás así como la excarcelación de dos mil presos palestinos, algunos de ellos condenados a varias cadenas perpetuas. No obstante, pocas horas después comenzó a evidenciarse la fragilidad del convenio.

Israel redujo a la mitad el número de camiones con ayuda humanitaria autorizados para entrar cada día a Gaza, hasta tanto no se devuelvan los cuerpos de 28 secuestrados fallecidos en cautiverio, y mató a seis palestinos en bombardeos en zonas limítrofes al parecer por no detenerse en los retenes instalados. Mientras tanto, Hamás retomó el control armado sobre Gaza y entre sus primeros actos realizados asesinó en la plaza pública a siete integrantes de un clan gazatí a quienes acusó de ser colaboradores de Israel.

Los cuestionamientos sobre el alcance del acuerdo gestionado por Trump y en el que han mediado Qatar, Egipto y Turquía, son múltiples, empezando por cómo se conformara la que se ha llamado la ‘Junta de Paz’, una especie de organismo internacional que se encargaría de ejercer el gobierno de transición así como de empezar la reconstrucción de Gaza. Tampoco está claro cómo se garantizará el desarme de Hamás o si este tiene intenciones reales de entregar el poder político que ha ejercido en los últimos 18 años.

Queda, así mismo, la duda sobre el papel que juega o jugará la Autoridad Nacional Palestina, en cabeza de Mahmud Abbás, que se ha mostrado ajena, por decir lo menos, a lo que sucede en la Franja y ha sido si acaso un convidado de piedra en las conversaciones adelantadas en las semanas recientes para ponerle fin a la guerra.

Lo que más preocupa es que dentro de las negociaciones se ha avanzado poco o nada en el que debería ser el fin primordial de cualquier entendimiento, es decir la conformación de dos Estados, el de Israel y el de Palestina, que puedan convivir juntos, y en paz.

Por ello, el que fue calificado por el Primer Mandatario de los Estados Unidos como el “amanecer histórico de un nuevo Oriente Próximo” parece estar aún muy lejano. Lo que hay hasta ahora no es más que una frágil tregua en Gaza, que cualquiera de las partes puede romper cuando así lo decida.

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