Editorial

Hambre en Gaza, un ‘arma’ inaceptable

Gaza sigue siendo un territorio devastado, donde millones de personas enfrentan una amenaza letal tanto por las bombas...

Esta fotografía, tomada desde una posición en el sur de Israel, en la frontera con la Franja de Gaza, muestra columnas de humo en Gaza durante el bombardeo israelí el 20 de mayo de 2025, en medio de la guerra en curso con el movimiento militante palestino Hamás.
La Franja de Gaza necesita un alto al fuego real y una ayuda humanitaria masiva y sostenida. | Foto: AFP

28 de jul de 2025, 01:31 a. m.

Actualizado el 28 de jul de 2025, 01:31 a. m.

La noticia se divulgó por las agencias de prensa internacionales este domingo: la imagen de camiones cruzando desde Egipto hacia la Franja de Gaza con comida y ayudas humanitarias, además de aviones que las lanzan, podría interpretarse como una señal de esperanza. Sin embargo, es apenas un suspiro en medio del colapso humanitario del pueblo palestino.

Israel anunció en las últimas horas lo que ha denominado una “pausa táctica” en la guerra que sostiene en la zona contra el grupo terrorista Hamás, lo que permitió que llegara a la Franja un poco de comida. Pero lo esencial, lo que espera el mundo, no cambia: Gaza sigue siendo un territorio devastado, donde millones de personas enfrentan una amenaza letal tanto por las bombas, como por el hambre.

Las cifras deberían estremecer, aunque también es cierto que buena parte del planeta mira hacia otro lado. Según la Organización Mundial de la Salud, solo en este mes de julio en Gaza han muerto 63 personas por desnutrición, 24 de ellas niños que no superaban los 5 años de edad. La asistencia que comenzó a llegar desde ayer, aunque necesaria, entonces, es insuficiente y el conflicto ha rebasado límites éticos y humanitarios.

Aunque Israel asegura que no utiliza el hambre como arma de guerra, las noticias de lo que ha venido sucediendo lo contradicen. Desde marzo pasado este país impuso un bloqueo que agravó la crisis alimentaria y a eso se suman las acusaciones (no siempre comprobadas) contra el grupo terrorista Hamás por apropiarse de las ayudas, lo que, de ser cierto, tampoco podría justificar el bloqueo de la comida para casi dos millones de personas.

Entidades de defensa de derechos humanos como Naciones Unidas y la Unicef son contundentes en sus más recientes comunicados: no basta una pausa en la guerra o alimentos que lleguen a cuentagotas. La Franja de Gaza requiere de un flujo constante de ayudas para empezar a salir de la crisis humanitaria de un territorio donde se refleja la indiferencia de buena parte del mundo, que sigue los acontecimientos desde la distancia, sin mayor interés.

Es cierto que este conflicto fue iniciado tras la masacre perpetrada por el grupo terrorista Hamás el 7 de octubre de 2023 en Israel. Pero ya ha dejado más de 59.000 muertos en Gaza, la mayoría civiles, muchos de ellos niños que fallecieron por hambre.

Israel, por supuesto, tiene el derecho de defenderse. Pero ningún derecho se ejerce anulando el derecho a vivir de millones de personas inocentes. La Franja de Gaza necesita un alto al fuego real y una ayuda humanitaria masiva y sostenida. Mientras eso no pase, los camiones que empezaron a llegar desde este domingo, así como los aviones que lanzan arroz, azúcar, harina, algo de aceite, apenas serán como brisa en un infierno.

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