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Editorial

¡El Valle se respeta!

Cualquier amenaza es inaceptable y de manera unánime tiene que ser rechazada por los vallecaucanos y por todo el país.

Presidente Gustavo Petro
Los trinos del presidente Gustavo Petro son también una afrenta a la región y a quien los vallecaucanos eligieron por mayoría en las urnas... | Foto: Presidencia

19 de may de 2025, 01:23 a. m.

Actualizado el 19 de may de 2025, 01:26 a. m.

La amenaza de “pararle” al Valle del Cauca todos los proyectos y recursos apalancados por el Gobierno Nacional tiene que ser explicada por el Presidente de la República y su Ministro del Interior. Es por lo menos mezquino, además de antidemocrático y anticonstitucional, que las necesidades de un departamento y de 4,5 millones de ciudadanos se utilicen como forma de venganza por las decisiones que en su autonomía y libertad tomen los partidos políticos en el Congreso de la República.

Son de una gravedad extrema los mensajes filtrados en los que Armando Benedetti, jefe de la cartera del Interior, se refiere a la gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, como traidora porque su partido, el de la U, votó de forma negativa la consulta popular presentada por el Ejecutivo.

Peor aún es que le pida al Ministro de Hacienda “pararle todo” a la mandataria de los vallecaucanos, lo que en términos claros significaría dejar en el limbo obras trascendentales como la Malla Vial que avanza a pasos lentos, el tren de cercanías que está a la espera del visto bueno de la Nación o proyectos urgentes como el dragado de profundización del canal de acceso al puerto de Buenaventura. Ello sin hablar de la vía Mulaló – Loboguerrero, que duerme el sueño de los justos desde hace 14 años y parece que no despertará, al menos en el actual gobierno.

Los trinos del presidente Gustavo Petro son también una afrenta a la región y a quien los vallecaucanos eligieron por mayoría en las urnas para dirigir su destino en el actual cuatrienio. Insinuar tan siquiera que el departamento se puede quedar sin gobernadora es cruzar los límites en un Estado de Derecho como lo es Colombia.

Le asiste la razón a la Mandataria Seccional cuando en una carta abierta dirigida al Presidente de la República le reclama que “Los derechos de los ciudadanos y las competencias del Gobierno Nacional no pueden ser usados como herramientas de presión”, porque eso “sería un uso indebido del poder”. Así mismo cuando lo conmina a aclarar si esas afirmaciones son “solo un malentendido y no reflejan una postura oficial”.

Esa claridad se tiene que hacer de manera inmediata y con precisión absoluta, sin mensajes etéreos, llenos de palabrería, como los que suele utilizar el Primer Mandatario. Usar el manido discurso de las luchas de clase, de las divisiones entre el empresariado y los trabajadores o instigar a cualquier parte de la sociedad vallecaucana para que se exacerben los odios, tiene que ser rechazado por todos.

El Valle del Cauca se respeta. Como se debe respetar a quién los ciudadanos de la comarca eligieron, en su derecho constitucional y en su libre expresión, como su Mandataria. Cualquier amenaza es inaceptable y de manera unánime tiene que ser rechazada por los vallecaucanos y por todo el país.

Que no se les olvide a Gustavo Petro, a su Ministro del Interior y al gabinete presidencial en general, que ellos gobiernan para todos los colombianos, que los recursos del erario son de los ciudadanos y que usar el poder que se les confiere para intimidar a los vallecaucanos es una afrenta a la democracia y a la Constitución Nacional.

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