Editorial
A apretar el acelerador
La misión de este nuevo equipo negociador es lograr que los diálogos con estos grupos ilegales avancen, pues para nadie es un secreto que en más de una oportunidad el proceso ha estado ‘pendiendo de un hilo’...
El Gobierno Nacional decidió cambiar a todos los integrantes de la mesa de negociación que, desde hace aproximadamente dos años, venía entablando conversaciones con las bandas delincuenciales Los Shottas y Espartanos que operan en Buenaventura. Esta noticia tomó por sorpresa a todos, pues este es uno de los procesos de paz urbanos más avanzados del país y que, pese a muchas dificultades, ha logrado reducir la violencia en la ciudad puerto.
Hay que ser claros en que para la comunidad no es fácil que monseñor Rubén Darío Jaramillo, obispo de Buenaventura y quien ha sido alma y partícipe de este proceso de diálogo entre los grupos al margen de la ley, de ahora en adelante no esté presente en los diálogos.
“Como obispo, mi misión continúa en lo mismo. Yo no soy delegado del Gobierno Nacional para la mesa de diálogo, yo estoy encargado de verificar la voluntad de paz de los grupos al margen de la ley y continuó al frente como facilitador y acompañante”, afirmó el religioso.
Ahora el nuevo jefe de delegación de los diálogos será Fabio Cardozo Montealegre, cuya primera misión será lograr extender la tregua entre ambas bandas delincuenciales, pues esta termina solo en tres semanas, para ser más exactos el próximo 5 de agosto.
La misión de este nuevo equipo negociador es lograr que los diálogos con estos grupos ilegales avancen, pues para nadie es un secreto que en más de una oportunidad el proceso ha estado ‘pendiendo de un hilo’ porque son pocos los avances que hay y ya son dos años de diálogo que, si bien han ayudado a reducir la violencia en la ciudad puerto, no han sido suficientes para brindar tranquilidad absoluta a los bonaverenses. Por ejemplo, se conoció que algunos integrantes de estas estructuras siguen extorsionando a los comerciantes de la ciudad.
Los nuevos negociadores deben apretar el acelerador y exigirle al Gobierno Nacional que, de una vez por todas, ponga la mirada sobre el proceso de diálogo con estas bandas, pues es uno de los que más avances tiene y no se puede echar para atrás todo lo logrado hasta el momento. Sería imperdonable y muy grave que por falta de voluntad política se deje escapar esta oportunidad de paz para el Puerto.
Durante el tiempo de diálogo entre el Gobierno, Los Shottas y Espartanos se logró una reducción importante de homicidios en Buenaventura, además mermaron las acciones criminales. Sin embargo, Libia Mosquera, concejal de Buenaventura, dijo que quienes hacen parte de estos grupos y están dialogando buscan “tener garantías del Estado para continuar en este proceso de paz, pues todas y todos, desde el territorio, queremos vivir en paz”.
Por todos estos motivos es clave que el nuevo equipo negociador centre los esfuerzos en procesos de transformación del territorio con los organismos del Estado en los sectores más castigados por la violencia, todo esto con el fin de avanzar en perspectiva de seguridad y paz urbana en Buenaventura. Hay que tomar las riendas del proceso porque una oportunidad de diálogo como esta difícilmente se volverá a presentar.