Cultura
Herencia de Timbiquí lo apuesta todo en sus 25 años de carrera musical
La agrupación ganadora del Petronio Álvarez y Viña del Mar, trabaja para que su música conquiste otros continentes.

1 de jun de 2025, 03:50 p. m.
Actualizado el 1 de jun de 2025, 03:50 p. m.
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“Y en nuestro paraíso se acabó la paz”... esta frase de la canción Coca por Coco, de Herencia de Timbiquí, es la misma génesis de esta agrupación del Pacífico. Cuenta su historia que entre los años 2000 y 2001 empezaron a llegar a su tierra natal, Timbiquí, Cauca, territorio de paz hasta entonces, grupos armados al margen de la ley: autodefensas y guerrilla.
“En ese entonces ni siquiera había Ejército nacional, ni aeropuerto. Empezaron a reclutar chicos y chicas -la gente al principio se asombra, pero con el tiempo se va acostumbrando a esa dinámica hostil-. Escuchar el disparo de un fusil, de repente, se fue volviendo una cosa normal”, recuerda Begner Vásquez sobre uno de los motivos de su salida, la de Wilian Angulo, y otros músicos, de San José a Santa Bárbara de Timbiquí, y más tarde, a Cali.
“Vayámonos de acá, que en cualquier momento nos tocan”, dijeron y eligieron los instrumentos, dejando atrás la sombra de la guerra -pero se llevaron consigo la zozobra por los que se quedaban-.
“Se pusieron a talar todo el bosque, para un producto nuevo sembrar. Se pusieron a plantar papa china, chontaduro, yuca y la pepa’ e pan y trajeron gente de otros lugares pa’ que nos vinieran a asesorar. Hoy en lugar de coco se cosecha coca, en lugar de amores hay enemistad; en lugar de guacuco se come basuco y en lugar de guarapo, marihuana dan. Y como consecuencia de esos malos cambios en nuestro paraíso se acabó la paz”...
“Esa gente se volvió una autoridad en nuestro territorio, A un tío de uno de los chicos del grupo lo desaparecieron, nunca apareció el cuerpo, y empezó la terronera. Ese fue el agravante para irnos. Pero también Timbiquí nos quedó pequeño, queríamos que nuestra música llegara a más gente”, cuenta Wilian Angulo, primo de Begner por parte materna.
Un alcalde de su tierra, quien fue folclorólogo y bailarín de danza, advirtió que el talento de esos muchachos era oro y los inscribió en el Festival de Música del Pacífico, Petronio Álvarez. Incluso, subsidió su viaje en el 2001.
Al no contar con suerte, insistieron en el 2004 y en el 2005 quedaron de segundos. Regresaron en 2006 saliéndose con la suya al ganar en la modalidad Libre.
Herencia ya cruzó el continente hacia Europa y África, donde confiesa Begner, se sintió propio. Tampoco se desarraigaron de su tierra, a la que vuelven con frecuencia, porque allí, dice Begner, se sienten libres.
“Mi abuela me crió a la vieja usanza, ‘en una mano el rejo, en otra mano el pan’. Era sobreprotectora, pero me daba mucho amor”, Begner Vásquez, compositor y cantante de Herencia de Timbiquí.
Al tocar el éxito con las manos no se olvidaron de Timbiquí, de los muchachos que sueñan con mostrarle al mundo sus talentos, y crearon una fundación, para darles alas y aterrizaje a sus sueños.
Herencia de Timbiquí estuvo en El País y compartieron de toda su alegría con su música en estos 25 años de trayectoria musical. Este es un video completo con entrevista a tres de sus integrantes.

Isabel Peláez. Escribo, luego existo. Relatora de historias, sueños y personajes. Editora de cultura, entretenimiento y edición de contenidos digitales.