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Así nació el Grupo Bahía, ganador de las dos primeras versiones del Petronio Álvarez

Triunfadores en el Festival de Música del Pacífico, el maestro Hugo Candelario González Sevillano y su agrupación, no estarán en el Petronio, pero ofrecerán concierto el 2 de agosto, en Arena USC.

La música de marimba es agua que entra al cuerpo por los oídos”, dice Hugo Candelario González Sevillano, creador y director del Grupo Bahía.
La música de marimba es agua que entra al cuerpo por los oídos”, dice Hugo Candelario González Sevillano, creador y director del Grupo Bahía. | Foto: Hugo Candelario González

27 de jul de 2025, 03:31 p. m.

Actualizado el 27 de jul de 2025, 03:31 p. m.

Cuando se le pregunta al fundador del Grupo Bahía cómo fue la génesis de esta agrupación a la que lo único que le queda pendiente por visitar es Australia, Hugo se convierte en un narrador entusiasta:

“Llego a Cali con una marimba construida por don Silvino Mina, que traía su propia afinación cromática, yo mismo intenté hasta que descubrí la forma y logré temperarla un poco con una flauta y una guitarrita, pero me quedó muda, no sonaba, entonces me fui para donde Don Silvino a Guapi y asunto resuelto, al fin tuve mi marimba para tocar con otros músicos.

En 1987 estoy con mi flauta en el antejardín de mi casa en El Templete, y va pasando un vecino con una guitarra y con un amigo, ambos se llaman Fernando, se acercan y fue química musical a primera vista con el amigo de mi vecino. Ahí nace Bahía. Ese man vivía en Buenaventura y se venía todos los fines de semana solo por el placer de tocar con la flautica y con la marimbita. Él ya falleció. Ahí hubo requintos, quenas, clarinetes, bajos. En el 87 empecé a estudiar en el Conservatorio y en mayo 2 de 1992 lanzo Bahía como grupo profesional. En ese proceso de aficionados nos alcanzamos a llamar Copacabana, y cuando había mucho traguito nos decían Copa Bacana. Un día, viendo el mapa del Pacífico colombiano, leímos Bahía Cupica, Bahía Málaga, Bahía Solano... entonces nos quedamos como Grupo Bahía. Ever Asprilla, paisano de Buenaventura que vive en Alemania, diseñó el logotipo de las gaviotas. Luego, el diseñador Daniel Mora hizo el logo oficial”.

El maestro tiene un oído privilegiado y una franqueza devastadora, incluso para con él mismo, y ante la pregunta de si su otro instrumento es la voz, responde sin atajos: “Se nace o no con la voz. Creo que Diosito no me dio el talento para cantar. Pero, modestia aparte, las canciones que he cantado, como El Remanso Inicial, han sido éxitos, y la gente me dice que cante más. Yo como un músico muy ético y honesto conmigo, sé que no soy cantante, que tengo un registro corto, sé que así el sonido lo tenga en la mente, al emitirlo no va tan afinado muchas veces, porque no es mi instrumento, no tengo el don del canto. Pero uno va cogiendo mañitas, va cogiendo brujería, duende, y la va acomodando”.

Compositor, arreglista, director, productor, también es un investigador innato, “el amor y esa curiosidad que siento por mis raíces me han llevado a preguntarme: ¿Dónde nací? ¿Qué había en América? ¿Qué había aquí en mi pueblo? ¿Por qué mis maestros tocan así? ¿Por qué en Guapi se toca así y por qué en Timbiquí asá, y en Buenaventura de otra manera?”.

“Hubiera querido tener el tiempo para haber estudiado antropología o etnomusicología, porque me apasiona. Lo que ha habido siempre es un compromiso y un amor muy grande por mi región, por mi cultura, un apasionamiento. Eso me invita a la disciplina, a la responsabilidad, al rigor, a estudiar, a prepararme, a transmitir el sonido lo más fiel posible. Todo esto que tú ves, estos equipos, los micrófonos, todo está pensado para que el sonido del Pacífico se alargue lo más fiel posible”, acota.

Valga decir que el maestro Hugo es un pionero, entre otras cosas, porque cuando llegó a Cali con su marimba, en la ciudad no había ese instrumento: “Me tocó poco a poco irla incluyendo en el Conservatorio, en la universidad, en el ballet, en el teatro, en el cine, en la televisión, en las danzas de la universidad”.

Después, a Bahía llegaban los músicos que empezaban, ha sido una escuela, un referente. Diez años antes del Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez, “ya la estabámos guerreando” —conformó innumerables agrupaciones— y con Bahía ganaron la primera y la segunda versión y con aquella, el derecho a grabar el primer disco, que fue el punto de partida. El resto es historia, han hecho música del Pacífico fusionada con salsa, con música andina, clásica, discos sinfónicos, con jazz y latin jazz, y la han llevado por todo el mundo, por toda Colombia.

Y en el camino, Hugo Candelario González Sevillano vio la necesidad de crear la Fundación Bahía Pacífico, con la que está desarrollando proyectos importantes para la región, entre los cuales se destaca La Comunidad del Agua, que acaba de entregar al Ministerio de Cultura, a través de Batuta. Con la idea en mente de “grabar a los maestros mayores y mayoras, antes de que se nos mueran, antes que Diosito los llame y que esa sabiduría no se vaya a la tumba”, organizó un equipo audiovisual profesional con concepto académico y pedagógico para grabar esa sabiduría de sus ancestros y subirla a una plataforma.

“Ahora, los jóvenes, la nueva generación, ya tienen dónde estudiar, ya pueden ver cómo tocaba don Genaro Torres el Patacoré, cómo lo aprendió, él cuenta su historia y lo toca, el bordón, la requinta, el grupo. Es un documento que está sirviendo de piloto para Colombia”, narra emotivo el maestro, quien busca crear un conservatorio en Buenaventura.

“En Buenaventura hay mucho talento, pero no tenemos escuela. Y como he estado en los conservatorios de Cuba, Puerto Rico, Brasil y Argentina y uno ve cómo esos jóvenes tienen la oportunidad de desarrollar su talento, ese es mi sueño, que nuestros jóvenes del Pacífico puedan desarrollar su talento”, dice, mientras levanta sus gafas oscuras.

LA FRASE

“La música del Pacífico la interpreta gente que vive en la selva, que toma agualluvia y alimento natural, que respira aire puro: es ionizada, no golpea los sentidos”.

El Grupo Bahía Ensamble estuvo en Brasil, donde fue recibido por el Embajador de Colombia Guillermo Rivera y el agregado cultural.
El Grupo Bahía Ensamble estuvo en Brasil, donde fue recibido por el Embajador de Colombia Guillermo Rivera y el agregado cultural. | Foto: Grupo Bahía

Agua hecha poesía

“Yo cargué a Hugo desde antes de nacer, para poder llevar a mi mamá hasta la lancha cuando ella lo iba a tener, yo fui quien la bajó y la cargó. Hubo músicos que le aportaron mucho al Pacífico: Peregoyo y su Combo Bacaná, Leonidas Garcés con su currulao guitarreado, pero este señor lo cubre todo: compositor, arreglista, productor, interpreta múltiples instrumentos, no solo la marimba”, dice Ernesto Esteban González Sevillano.

Él es el hermano mayor del maestro Hugo Candelario, a cargo del programa radial Pacífico, Música y Leyenda, hace 23 años, en la emisora de la Universidad del Valle, y fue el primer coordinador de Bahía. Para él, su hermano hizo historia con el Grupo Bahía al ganar las dos primeras versiones del Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez, otro hito fue cuando vistió de frac al currulao con un sinfónico, al cierre de la quinta edición, en el Teatro al aire Libre Los Cristales.

- Luego aparecen Bahía Trío, instrumental, y el ensamble de jazz y su recorrido por todo el mundo. Yo lo oigo a cada rato decir que ‘la esencia no se negocia’. Por eso no se apartó de la música del Pacífico.

- Las composiciones de Hugo en aguabajo son sentimentales y románticas, desde Te Vengo a Cantar. En currulaos como Con el Corazón usted empieza a sentir que se quedó en el Pacífico, y cuando hace esas grabaciones en marimba o las rumbas, es impresionante.

Tusas, nostalgias y amor por su tierra, han alimentado canciones como Te Vengo a Cantar, Una Razón, El Currulao me Llama, Remanso Inicial, Pa’l Azúcar, Siempre, Nuestro Amor Primero, entre otros éxitos.
Tusas, nostalgias y amor por su tierra, han alimentado canciones como Te Vengo a Cantar, Una Razón, El Currulao me Llama, Remanso Inicial, Pa’l Azúcar, Siempre, Nuestro Amor Primero, entre otros éxitos. | Foto: Hugo Candelario González Sevillano

- A Hugo no le han reconocido aún lo que él es, pero eso no lo afecta. Hugo llega a Guapi y ¡eh, ay, Dios mío!”. Somos humanos y no estamos exentos de la envidia, ha habido manifestaciones de ‘por qué él y por qué no yo’. Pero él no tiene necesidad de abrir la boca, acaba de llegar de Brasil, donde fue invitado con Bahía.

-Hubo un cierre del Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez que hizo Hugo que no ha sido superado por ningún artista. Y el ensamble del año pasado, Marimba de los Encantos que trajo a seis marimberos de los mayores. Estuvo en una producción de la Negra Grande de Colombia, a Leonorcita le gustaba que él la acompañara en la marimba, tocó con Lucho Bermúdez, Francisco Zumaqué y Antonio Arnedo.

- Los que le dicen maestro le hacen el reconocimiento porque en la música del Pacífico es un maestro de los pocos que quedan. Interpreta no solo marimba sino toda la percusión de la música folclórica del Pacífico, bombo, cununo, toca guitarra, flauta, piano, saxofón. ¿Sabes qué le falta a él como músico? Voz para cantar. Pero no manifiesta esa frustración. Varias cositas ha cantado.

Con su hijo Joaquín, su motor de vida y su ‘Parcerito’, dice el maestro Hugo Candelario González S.
Con su hijo Joaquín, su motor de vida y su ‘Parcerito’, dice el maestro Hugo Candelario González S. | Foto: Hugo Candelario González

El maestro Hugo sale de su breve espacio y se mete en su estudio para dedicar unos minutos a El País y hablar de dónde sale su música: -De ese río donde me crié, el río Guapi, que tiene una característica especial física y es que se devuelve, va 6 horas hacia el nacimiento y otras 6 horas hacia la desembocadura, eso marca un ritmo a la gente. Yo era horas enteras viendo el río, horas enteras nadando, eso lo influencia a uno, la nostalgia por la tierra, por ese amor primero. Esas cosas, esa vivencia con los maestros, sentarse a escuchar a los abuelos, a las tías y tíos, eso enriquece. Esa herencia acompañada de la academia son dos mareas encontrándose, y se requiere la paciencia que da el río, para conservar el equilibrio y que no se pierda la esencia.

Si hablamos de inspiración, de la boca del maestro sale un: “Joaquincito, mi Parcerito, hace 15 días cumplió 16 años. Desde la barriga yo le cantaba, le tocaba, le compuse canciones, que no he grabado, se las toqué todo el tiempo en la marimba, la guitarra y el tambor. Desafortunadamente, en el camino no continuamos la convivencia con la mamá. Él tiene el oído, me dice que no se quiere dedicar a la música, le veo perfil como para la producción porque tiene unas ideas y un oído impresionante, y una facilidad con una marimba, el tambor y el saxofón. No lo presiono, que él decida. Es mi motor grande de vida. Tengo otro hijo más grande en Guapi que no pude criar, lo conocí cuando él tenía 17 años, Albeiro, tenemos buena amistad”.

Isabel Peláez. Escribo, luego existo. Relatora de historias, sueños y personajes. Editora de cultura, entretenimiento y edición de contenidos digitales.

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