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Mujeres poetas de todo el país llegaron al pueblo mágico de Roldanillo; detalles del encuentro que las congrega

Águeda Pizarro habla sobre el evento que se realiza en el Museo Rayo.

En el aniversario 30 del Museo Rayo, el arquitecto Leopoldo Goût estuvo presente.
En el aniversario 30 del Museo Rayo, el arquitecto Leopoldo Goût estuvo presente. | Foto: Museo Rayo

16 de jul de 2025, 05:34 p. m.

Actualizado el 16 de jul de 2025, 05:34 p. m.

Este martes, 15 de julio, inició en el municipio vallecaucano de Roldanillo -pueblo mágico- el cuadragésimo primer Encuentro de Mujeres Poetas, el cual irá hasta el domingo, en el Museo Rayo, y contará con la presencia de 220 de ellas.

Nunca hemos dejado de tenerlo, durante 41 años, ni siquiera en tiempo de covid, que lo hicimos virtual. Son las mujeres que crean una atmósfera, un ambiente, una sororidad. Es un encuentro que no ha sido creado por mí, sino por cada una de las poetas que han asistido a lo largo de su historia”, dice Águeda Pizarro, creadora del mismo.

Es un evento abierto, libre, plural, democrático, si una mujer quiere venir a leer sus poemas, puede hacerlo. Es un evento colombiano, aunque sí participan algunas mujeres que vienen de otros países. El público asiste libremente a verlas y a escucharlas”, cuenta.

En el presente año han confirmado su participación las escritoras Carmiña Navia, Cristina Valcke, Mariela Zuluaga, Ana Mercedes Vivas, Marga López, Martha Patricia Meza y Guiomar Cuesta, entre otras.

A través de las voces de las mujeres, considera Águeda, ha evolucionado el discurso femenino en la poesía, en la sororidad: “Nosotras nos consideramos hermanas, no hay otra manera de llegar a la otra persona, a la otra poesía. De las mujeres que vienen aprende uno a escuchar, a través de sus anécdotas”.

Le parece a Águeda estar viendo a la poeta fallecida Dora Castellanos relatarle aquel crudo episodio de su vida, cuando su esposo la persiguió con una pistola al teatro donde ella iba a dar una gran lectura, amenazando con matarla por estar recitando su poesía en público.

En medio de las celebraciones por los 43 años del Museo Rayo, de Roldanillo, su directora, la poeta y académica Águeda Pizarro fue homenajeada ayer, a las 10:00 a.m., con una Moción de Reconocimiento por parte de la  representante a la cámara Marelen Castillo Torres.
En medio de las celebraciones por los 43 años del Museo Rayo, de Roldanillo, su directora, la poeta y académica Águeda Pizarro fue homenajeada ayer, a las 10:00 a.m., con una Moción de Reconocimiento por parte de la representante a la cámara Marelen Castillo Torres. | Foto: Museo Rayo

Hasta Roldanillo llegan en julio mujeres indígenas y negras para enseñar su tradición oral, como María Teresa Ramírez, una de las primeras en asistir al encuentro, quien lamentablemente falleció, como anuncia la maestra Águeda, a quien se le viene a la mente: La Noche de mi Piel, libro de Ramírez, editado por el artista Omar Rayo, quien fue el gran cómplice del encuentro creado por su esposa.

Este año, como los anteriores, se publicó una antología del encuentro anterior, llamado Universos, que consigna en sus páginas poemas de mujeres.

Águeda anuncia, esperanzada, que ya hay un semillero de jóvenes poetas, fruto de dos talleres que se hacen en el museo., uno de ellos dictado por Marga López, almadre.

Ya van tres generaciones de mujeres poetas que llegan a leer su obra a este pueblo mágico.

“Leer la obra de uno mismo es una cosa de verdad muy terrible, se sufre de mucho miedo, pero hay que lanzarse. Si uno no lo hace, no sabrá nunca cómo es percibida su palabra”, afirma.

El Museo Rayo fue inaugurado en 1981 y en 1984 nació el Encuentro de Mujeres Poetas, como una necesidad de Águeda Pizarro, profesora de literatura de la Universidad de Barnard College, de hallar las voces de las poetas en Colombia y hacerlas notar, luego de empaparse de la realidad de los movimientos feministas de poesía en Estados Unidos.

Maruja Vieira fue una de las almadres del Encuentro de Mujeres Poetas. En la foto, junto a Águeda Pizarro.
Maruja Vieira fue una de las almadres del Encuentro de Mujeres Poetas. En la foto, junto a Águeda Pizarro. | Foto: Águeda Pizarro

Con la ayuda del director de ese entonces, Libardo Díaz, y de un periodista, Mario Escobar, Águeda se dio a la tarea de convocarlas.

Llegaron de Caldas, de Cali, todo con el apoyo de Rayo. “Y así se encendió esa chispa de energía que nos ha llevado a hacer 41 encuentros”, dice.

Águeda quiso darles ánimo a las mujeres que hacían poesía en Colombia para seguir alzando su voz, pero en camino los hombres también se unieron al público, e incluso alguno ha querido participar.

“Siempre hay uno o dos que dicen: ‘¿Y por qué no nos invita?’ La respuesta es muy fácil, los hombres están en todos los encuentros, en las ferias del libro. Ahora están en Medellín, donde Piedad Bonnett y Mary Grueso han sido invitadas. Y Mary es la primera mujer negra en ingresar en la Academia de la Lengua”, contó.

Asimismo, añadió que “ella (Mary Grueso) empezó en el Encuentro de Mujeres Poetas de Roldanillo y siempre lo reconoce. Se ha vuelto muy conocida, muy famosa, escribe libros para niños, una figura internacional y un orgullo de Colombia. Pero la mayoría son hombres, yo nunca he sido invitada, por ejemplo. Es un lugar donde supuestamente toda la poesía se escucha, pero no, todavía no”.

Entonces, Águeda insiste: “Todos los grupos minoritarios, en su lucha por ser reconocidos en sus derechos, se tienen que unir antes de hacer parte de lo que quieren hacer parte, el ser iguales y ser parte del todo. Las mujeres también somos mayoría en el mundo. Cada año se descubre una poeta olvidada. No saben cuántas veces Alfonsina Storni fue olvidada y cuántas reencontrada. Y es una de las razones por lo que nos hacemos llamar poetas, no poetisas”.

La poesía, para Águeda, “es una manera de pensar, de sentir, de escribir, es una iluminación, cada poema es una revelación”.

En el encuentro se le da un título a las poetas que iniciaron esta tradición, llamándolas Almadres: Meira Delmar, Mariela del Nilo, Dora Castellanos, Matilde Espinosa, por ejemplo. “Ellas fueron las primeras, las tutoras, las musas, las maestras, las madres”. Desde entonces, cada año se anuncian nuevas Almadres, como Cristina Valcke, una de las que más ha apoyado el encuentro.

Han sido muchas las voces que ya no están, pero aún retumban, como la de Encarnación García, campesina de Zarzal, juglar, que componía sus poemas sin saber leer ni escribir.

A las poetas les preocupan los derechos civiles humanos, los de su cuerpo, la violencia, los atropellos, la violencia... En esta versión estará una iraní que hablará de la poesía de la mujer allá.

Isabel Peláez. Escribo, luego existo. Relatora de historias, sueños y personajes. Editora de cultura, entretenimiento y edición de contenidos digitales.

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