Cultura

Gustavo Álvarez Gardeazábal presenta en Cali ‘El papagayo tocaba violín’, la que será su última novela

El escritor vallecaucano tardó 11 años en escribir esta obra, en la que un ave es protagonista.

Entrevista Gustavo Álvarez Gardeazabal.
Gustavo Álvarez Gardeazábal presentará su novela 'El papagayo tocaba violín' este sábado, 19 de julio, a las 4:00 p. m., en la Biblioteca Departamental 'Jorge Garcés Borrero'. | Foto: Aymer Andrés Álvarez

18 de jul de 2025, 11:08 a. m.

Actualizado el 18 de jul de 2025, 11:08 a. m.

Antes de empezar a conversar sobre su nuevo libro, Gustavo Álvarez Gardeazábal debe callar a sus perros, dos grandes que están ladrando afuera de la casa y dos chihuahuas que permanecen adentro. Al fondo se escuchan aves, “unos canarios, pavos, tórtolas, gallinas, patos y más de 200 gansos que tengo”, comenta.

La relación del escritor tulueño con los animales es de toda la vida, sobre todo con los “palmípedos”, especie a la que se refiere con precisión.

No en vano, su novela emblemática lleva el nombre de un ave de rapiña: ‘Cóndores no entierran todos los días’, aunque utilizado como una funesta metáfora.

Entrevista Gustavo Álvarez Gardeazabal.
“Un papagayo dará mi canto de cisne, porque siento que con esta novela entrego los trastos. La próxima que la escriba la IA”, dice Gardeazábal. | Foto: Aymer Andrés Álvarez

Mientras que en su más reciente novela, que presentará este sábado, 19 de julio, a las 4:00 p. m., en el Auditorio Diego Garcés Giraldo de la Biblioteca Departamental, un ave alegre y colorida es la protagonista.

Se trata de ‘El papagayo tocaba violín’, que él mismo califica como “su canto del cisne”, porque ya “volé muy alto con el Cóndor” y, “sirviéndome del pico del ganso Filopotes, monté denuncias sobre la injusticia”.

De modo que esta obra literaria es una fiesta de despedida, “con este pajarraco me he carcajeado renglón tras renglón, pensando siempre, mientras escribía y releía, en que nadie me va a creer que fue narrado por el papagayo multicolor que vivió en casa de mis antepasados”.

Al respecto, recuerda que “en casa de mi abuela tuvieron un papagayo que vivió muchos años y se llamaba Carlos, pero yo, que tengo tantas aves, de esos nunca tuve uno. En mi casa me limito solamente a pagar mensualmente la cuenta del que me abastece de maíz, cochuco y alimento para perros y gatos".

Sin embargo, “he estudiado mucho sobre estos palmípedos, visité Leticia cuando estuve en el Amazonas, donde me di cuenta de que existía más variedad de papagayos de los que nosotros aquí conocíamos”.

Sentado frente al computador, Gardeazábal cuenta que en un principio, hace once años, lo que pretendía escribir eran sus memorias, “si iba a llegar a los 80 años y había vivido tan intensamente, valdría la pena contar todas las cosas que había hecho. Pero me puse a investigar en archivos, escarbar en notarías, parroquias y otras fuentes, y me terminé dando cuenta que la historia importante no era la mía, sino la de mi familia antioqueña y tulueña, así que resolví montar más bien una novela juntando todo, pero contado por este curioso narrador”.

Novela 'El papagayo tocaba violín'
Novela de ficción basada en la historia familiar de Gardeazábal. | Foto: Intermedio Editores

A la pregunta de por qué demoré tanto, responde que: “Primero por viejo, porque cuando uno llega a esta edad se vuelve muy exigente consigo mismo cuando escribe y mucho más si está empezando a hacer una novela de esta magnitud. Segundo, porque me parecía que tenía que investigar más y más cada que encontraba un hilo suelto, lo que me fue tomando más tiempo, hasta que me cogieron los 80 años”.

Cuenta que cuando empezaron a publicar La Biblioteca Gardeazábal hace un par de años, el escritor apostó con su editor. “A lo mejor para cuando saliera el último título de la colección, yo ya tendría lista la nueva novela, y hace tres meses le dije: ‘Rompe un hilo que para julio la tenemos’. Y así fue. Peldaño a peldaño fui construyendo esta novela y estoy muy satisfecho con el resultado”, asegura el escritor.

Uno de los temas que aborda en su novela son las tradiciones antioqueñas y caucanas que se mezclaron en su familia, “ese par de civilizaciones son las que se encuentran en el Valle y son a las que yo pertenezco indudablemente, y a la que pertenecen por lo menos desde Buga hacia el norte del departamento”.

Del algún modo, en su obra, realizó un esfuerzo similar al de García Márquez tratando de describir una cultura particular, “en ‘Cien años de soledad’, él juntó esa cultura vallenata y la guajira con el mundo bogotano que no era capaz de digerir esa realidad, y yo aquí junté esa otra parte de Colombia, que son las culturas de Antioquia y el Cauca, las dos regiones primigenias de lo que sería el Valle en este lado del departamento, recuerde que a los paisas no los dejaron pasar de Buga, hasta Tuluá llegaron y no pasaron de ahí”.

En medio de la conversación hace adelantos o spoilers de la novela, “es que aparentemente la empiezo a contar yo a las 48 horas de nacido como si tuviera una memoria prodigiosa como la de los loros, luego resulta que no, que es otro el narrador, y al pajarraco lo sepultan como un ciudadano ilustre con banda musical y toda la pompa”.

En casi 80 años, Gardeazábal solo ha escrito sobre su terruño, no por limitación, sino porque “siempre he defendido mi espacio, mis novelas son parroquiales, porque parroquial es todo el mundo, por eso creo que algunas son universales y se ganan lectores en cualquier lugar”.

Entrevista Gustavo Álvarez Gardeazabal.
Después de 'El papagayo tocaba violín', la Biblioteca Gardeazábal continuará publicando nuevas reediciones de títulos como 'Los sordos ya no hablan' y 'Prisionero de la esperanza', obras revisadas por su autor. | Foto: Aymer Andrés Álvarez

Por último, Gardeazábal asegura que esta será su última novela, porque “yo pertenezco a una generación que se inventaba las fórmulas, se ingeniaba los procedimientos desde cero para crear historias, y ahora viene una IA y unos algoritmos que nos reemplazan en la mayoría de las acciones que se dan en la creación”.

“Esta novela es mi canto del cisne que, según los biólogos son aves que antes de morir entonan su más hermoso canto, pero en mi caso, es un papagayo el que lo va a cantar, porque yo siento que estoy entregando los trastos, y si los lectores quieren más novelas de Gardeazábal que las escriba la IA, basta con que le pongan a leer toda mi obra y luego pedirle que siga mi estilo, que escriba sobre un cura suicida en San Bartolomé en Tuluá y listo, ya la tienen. Yo escribía con mi memoria y mis dedos, ya no tengo por qué pelear con estas cosas horribles”, concluyó.

Periodista y escritor, entre sus publicaciones destaca el volumen de ensayos ‘Libro de las digresiones’. Reportero con experiencia en temas de cultura, ciencia y salud. Segundo lugar en los Premios Jorge Isaacs 2022, categoría de Ensayo.

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