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Cultura

Andrés Neuman presentó su nueva novela ‘Hasta que empieza a brillar’ en la FILBo, la historia de María Moliner, la mujer detrás del diccionario

Moliner, la mayor lexicógrafa del español, fue la mujer que devolvió la libertad al idioma con su diccionario.

“María Moliner es, sin lugar a dudas, hasta donde yo sé, la lexicógrafa más influyente de todos los tiempos, no solo de la lengua castellana, de la humanidad. No hay otro caso igual”. 
Andrés Neuman, escritor.
“María Moliner es, sin lugar a dudas, hasta donde yo sé, la lexicógrafa más influyente de todos los tiempos, no solo de la lengua castellana, de la humanidad. No hay otro caso igual”. Andrés Neuman, escritor. | Foto: Foto: Diego Pineda / Colprensa / El País

Luis Carlos Bermeo Gamboa Bermeo

5 de may de 2025, 06:19 p. m.

Actualizado el 5 de may de 2025, 11:08 p. m.

La extraordinaria vida de María Moliner Ruiz, una bibliotecaria y lexicógrafa que a sus 50 años decidió emprender la aventura de escribir un diccionario en la España franquista, fue llevada a la novela por el escritor Andrés Neuman en su más reciente libro ‘Hasta que empieza a brillar’, que presentó en la Feria Internacional del Libro de Bogotá 2025.

El escritor argentino, con nacionalidad española, filólogo de formación, siempre ha tenido una obsesión por los diccionarios, de hecho, uno de sus libros más interesantes es ‘Barbarismos’ (2014), una especie de vocabulario personal en el que con humor y poesía, redefinió el mundo en sus propias palabras.

En esta novela, Neuman se adentra en la vida de una mujer que escribió sola un diccionario con 90.400 palabras, definidas con una claridad práctica para todos y valentía en las nuevas acepciones que incluyó, logrando que su ‘Diccionario de uso del español’, se convirtiera en una obra literaria por sí misma que, de una forma muy creativa, se enfrentó a la represión no solo de la dictadura, también representada por el Diccionario de la RAE, que en su momento pretendía imponer límites al idioma.

En este sentido, Neuman halla en las miles de acepciones escritas por Moliner, una autobiografía encubierta, en la que esta mujer devuelve al español su libertad.

Uno de los muchos términos, en los que Moliner revela sus avanzadas posiciones políticas para su tiempo y un agudo sentido crítico, es la palabra “Contestar”, cuya última acepción, que no estaba en el Diccionario de la RAE, puede leerse como un manifiesto de rebeldía: “Oponer alguien objeciones o inconvenientes a lo que se le manda o indica: ‘Has lo que te dicen y no contestes’”.

Gabriel García Márquez, quien amaba leer diccionarios como si fueran una novela, afirmó, en una famosa nota de prensa, que María Moliner “hizo una proeza con muy pocos precedentes: escribió sola, en su casa, con su propia mano, el diccionario más completo, más útil, más acucioso y más divertido de la lengua castellana”.

Desde el Hotel Hilton de Corferias, el ganador del Premio Alfaguara de Novela por ‘El viajero del siglo’ en 2009, comparte su entusiasmo por los diccionarios que, en el caso de María Moliner, considera “una autobiografía oculta”.

Novela sobre María Moliner, la mayor lexicógrafa del idioma español.
Novela sobre María Moliner, la mayor lexicógrafa del idioma español. | Foto: Foto: PRH / El País

¿Por qué siente fascinación por los diccionarios?

Para mí los diccionarios siempre han sido artefactos lingüísticos muy misteriosos y sugestivos, porque siendo obras lexicográficas, también implican un acto poético, el de repensar la realidad, palabra por palabra, con asombro, de ahí la cita de esta novela, que llamé ‘Hasta que empieza a brillar’, tomando unos versos de Emily Dickinson. “A veces escribo una palabra y me quedo mirándola hasta que empieza a brillar”, dice la poeta.

Y, en este sentido poético, un diccionario procura hacer eso con cada una de las palabras, pero también obras filosóficas, porque cuestionan qué es cada cosa, cada concepto, interrogan acerca de la sustancia y la naturaleza de las cosas. Y es también una especie de lectura fragmentaria que consultamos aquí y allí, si fueran microtextos o el I Ching.

En ‘Barbarismos’ intentó escribir su propio diccionario en broma...

Ese libro fue un como una sátira de los diccionarios, apenas un millar de palabras definidas de manera humorística y provocadora, es decir, un diccionario de la barbarie en el sentido del desafío a la autoridad o al canon, y claro, eso es una mota de polvo en comparación con el diccionario ‘Diccionario de uso del español’, que con toda justicia poética llamamos como el de María Moliner.

Es realmente admirable que esta mujer genial realizara sola, en su casa, durante 16 años, componiendo más de 80.000 palabras con cientos de miles de fichas, ubicadas en todas las habitaciones, incluso en el baño, que jamás se extraviaron, y no la volvieron loca, logrando ella sola redefinir todas las palabras de nuestra lengua, desafiando la autoridad de la Real Academia Española, contestándole sistemáticamente, pero también sobreviviendo con astucia y mucha inteligencia lingüística a la censura de la dictadura franquista.

“María Moliner es, sin lugar a dudas, hasta donde yo sé, la lexicógrafa más influyente de todos los tiempos, no solo de la lengua castellana, de la humanidad. No hay otro caso igual”. 
Andrés Neuman, escritor.
“María Moliner es, sin lugar a dudas, hasta donde yo sé, la lexicógrafa más influyente de todos los tiempos, no solo de la lengua castellana, de la humanidad. No hay otro caso igual”. Andrés Neuman, escritor. | Foto: Foto: Diego Pineda / Colprensa / El País

Pero, la vida de María Moliner va mucho más allá de su diccionario...

Sí, es que merecía hace mucho tiempo una novela. Doña María fue una de las primeras mujeres que concursó y obtuvo un puesto como trabajadora del Estado, a principios del siglo XX, sacó esta posición cuando solamente lo hacían los hombres, y la asignaron el cuerpo de archiveras, bibliotecarias y museos, esto es todo lo que tiene que ver con cuidar el patrimonio público cultural.

Esto fue muy importante en la vida de doña María, que además de ser una lexicógrafa genial, quizás la más importante de todos los tiempos, fue una bibliotecaria absolutamente prodigiosa y utópica, que fundó casi 200 bibliotecas rurales junto con su equipo de las misiones pedagógicas durante la segunda República española, y que ejerció uno de los más hermosos y novelescos oficios del mundo, que es el de inspectora de bibliotecas rurales.

¿Cómo un diccionario puede convertirse en una novela?

María Moliner empieza a escribirlo después de 50 años de una vida intensa, llena de adversidades, de pérdidas, de luces y de sombras, y lo termina casi con 70 años, dejando un diccionarios que es más preciso, más justo, menos centralista, menos colonialista y más generoso que el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.

Lo dijo García Márquez, “es el diccionario más útil, completo y divertido de la lengua castellana”, pero es, además, revolucionario, porque sus ejemplos de uso están algunos tomados de la calle, de ir a comprar al mercado, de hablar con la familia, de escuchar a la gente joven, sus sobrinas, sus hijos, sus nietas. Es un diccionario que le da la bienvenida a cada hablante y no solo a un comité de expertos, pero es, y esto es lo que más afecta al corazón de mi novela, un diccionario hecho de ejemplos de uso imaginarios, inventados, que doña María se saca de la manga. No son citas de la gran tradición literaria, no son autoridades de la historia de la poesía.

La mayoría de ejemplos de uso, que son literariamente escritos, se los inventó como una escritora o una poeta, y aprovechaba, primero, para hablar de política disimuladamente, segundo, para opinar acerca de la realidad. Asimismo, en esos ejemplos de uso, podemos ver su memoria personal, sus recuerdos familiares, su vida emocional. Entonces, se puede decir traté de contar, en esta novela, la vida de doña María Moliner para explicar por qué decide ejecutar la tarea titánica de escribir un diccionario y cómo consiguió terminarlo, a diferencia del querido Rufino José Cuervo, de aquí de Colombia, que murió antes de concluir su famoso diccionario de Construcción y Régimen de la Lengua Castellana.

En esta edición, la ciudad será un lienzo vivo de palabras y narrativas.
En esta edición, la ciudad será un lienzo vivo de palabras y narrativas. | Foto: Alcaldía de Bogotá

¿Cómo es que escribir un diccionario por fuera de la academia terminó por ser un acto de libertad?

De resistencia, de libertad y de rebeldía. Porque son muchas las periferias que convergen en la figura de María Moliner.

La primera, y más obvia, es que se trata de una mujer en una época en que las mujeres apenas tenían espacio en el poder público y ya ni digamos en el ámbito académico. Pero no es el único factor, otro es que doña María no era una niña de alta cuna, no pertenecía a la aristocracia, nació en un hogar de clase media ilustrada, que tras el abandono del padre, se ve obligada a trabajar desde muy joven, durante toda su pubertad y su primera juventud para financiar sus estudios, como tanto jóvenes hoy. Su obsesión es ganarse la vida para tener independencia y es, desde ahí, cuando recupera cierto poder adquisitivo, que dedica todas sus fuerzas a democratizar la cultura, a abrir bibliotecas rurales, a llevar la cultura hasta el último pueblo y luego finalmente a ensanchar y democratizar la lengua misma.

“Doña María define la palabra ‘Madre’, desde su propia experiencia, haciendo notar que ella perdió una hija, por eso incluye esta aclaración: ‘Mujer que tiene o ha tenido hijos’, algo que ningún académico hombre tenía la capacidad de concebir”. Andrés Neuman.

Luis Carlos Bermeo Gamboa Bermeo

Periodista y escritor, entre sus publicaciones destaca el volumen de ensayos ‘Libro de las digresiones’. Reportero con experiencia en temas de cultura, ciencia y salud. Segundo lugar en los Premios Jorge Isaacs 2022, categoría de Ensayo.

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