Judicial
El dolor de las familias de soldados colombianos condenados en Rusia: “Le dije a mi hija que es posible que no vea a su papá hasta ser una señorita”
José Arón Medina, de 37 años, y Alexander Ante, de 48, son dos colombianos que se unieron a las filas del Ejército de Ucrania y, cuando estaban de regreso a su país, autoridades de Venezuela los enviaron a Rusia, donde hace dos semanas fueron condenados a 13 años prisión.
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23 de nov de 2025, 04:16 p. m.
Actualizado el 23 de nov de 2025, 04:16 p. m.
“Cuando conocí que mi esposo José Aron Medina fue condenado a trece años de prisión en Rusia, debí contarle a mis hijos. A la niña le dije que su papá no iba a regresar pronto y que probablemente lo volvería a ver solo cuando ella ya fuera una señorita. Se quedó callada y pensativa. El niño sí tomó la noticia un poco más tranquilo y le pidió a Dios que así como ha cuidado a su papá durante todo este tiempo, lo cuide los años restantes”, indicó Cielo Yasmín Paz.
La historia de los colombianos José Arón Medina, de 37 años, y Alexander Ante, de 48, es muy particular. En noviembre de 2023 decidieron viajar a Ucrania para unirse a las filas del Ejército de ese país y enfrentar a los militares rusos que en el 2022 decidieron invadir Ucrania.
Sin embargo, en julio del 2024 intentaron regresar a su país por lo difícil que eran las condiciones de la guerra en Europa, pero lo hicieron por el camino incorrecto. Por ahorrarse unos dólares, los terminó condenando no solo a ellos, sino a sus hijos, sus esposas, sus madres y sus hermanas.
José Arón y Alexander son oriundos de Popayán y esperaban encontrarse con su familia el 19 de julio del año pasado. Para hacerlo, viajaron desde Ucrania hasta Polonia, luego llegaron a Madrid, España, y posteriormente a Caracas, Venezuela. Pero allí todo se truncó y, mientras esperaban el vuelo para regresar al día siguiente a Bogotá y luego aterrizar en Cali, militares del régimen de Nicolás Maduro los retuvieron.
Parecía increíble que luego de viajar cerca de 9850 kilómetros desde Ucrania hasta Venezuela los retuvieran, perdieran toda comunicación con sus familiares y les regresaran en un vuelo hasta Rusia.
“La última vez que hablé con mi esposo él estaba en Venezuela. Me informó que habían llegado bien, pero de un momento a otro me interrumpió y me dijo: ‘Ahora la llamo’. Esas fueron sus últimas palabras”, recordó Cielo, quien ya tenía todo listo para recibir a su pareja con una gran bienvenida, junto a sus hijos y familiares, porque ese día José Arón cumplía años.
Nada de eso ocurrió y la reunión se debió aplazar trece años, 4745 días.
Las esposas de estos hombres aseguraron que se enteraron de la condena por las redes sociales, por lo que inmediatamente se comunicaron con el consulado de Colombia en Rusia para saber de primera mano y por los canales oficiales qué había ocurrido con sus parejas.

“La noticia me dejó sin palabras y no es justo porque ellos no se merecían eso, ya que no son hombres malos. Son buenos padres, hijos y hermanos. Fue un amigo periodista, que ha estado pendiente del caso desde hace bastante tiempo, el que me contó lo que estaba pasando. Recuerdo que iba saliendo para mi trabajo cuando me dieron esa noticia tan triste de la condena y quedé impactada”, recordó Cielo.
“Yo tenía un presentimiento el día que ellos iban a regresar. A mi esposo le conté que soñé que estábamos con la niña en el mar. Pero hubo un tiempo donde él desapareció mientras nosotras seguíamos en una barquita. Yo lo sentía lejos, muy lejos. De un momento a otro, de la oscuridad apareció un dragón grandísimo con unos bigotes grandes, me envolvió y en ese momento me desperté. Eso se lo conté a él, pero no me hizo caso de no regresar por Venezuela”, dice doña Cielo, quien trabaja como guarda de seguridad y admite que desde que Arón está detenido no se ha vuelto a soñar con él, aunque lo anhela, así sea para sentirlo uno segundos cerca.
Luego de que Venezuela regresó a los colombianos a Ucrania, el Tribunal Supremo de la República Popular de Donetsk, región ucraniana anexada en 2022 a Rusia, hace dos semanas los condenó a trece años de prisión por, presuntamente, participar en operaciones de combate del lado de las fuerzas armadas de Ucrania.
La decisión fue confirmada por la Fiscalía General de la Federación de Rusia en un mensaje compartido por Telegram, medio a través del cual también difundió videos de los dos detenidos.
En ellos se les ve a los connacionales vestidos de negro, abrigados y esposados. Siempre están acompañados de militares rusos que los dejan en una celda. Sus rostros lo dicen todo. No han sido días fáciles.
Según el tribunal, los dos se incorporaron al 49º Batallón de Asalto Independiente ‘Carpathian Sich’ en noviembre de 2023. Ante se desempeñó como artillero operador principal del segundo escuadrón del tercer pelotón de asalto, mientras que Medina ejerció como lanzagranadas y ametrallador en el pelotón de apoyo de fuego de la tercera compañía de asalto.
El juzgado estableció que ambos habrían participado como mercenarios en operaciones de combate contra las fuerzas armadas de la Federación Rusa en el territorio de la República Popular de Donetsk hasta julio de 2024, por una recompensa mensual en efectivo de aproximadamente 2800 dólares estadounidenses cada uno.
En los videos publicados por la Fiscalía de Rusia se puede ver que Alexander Ante dijo: “Sí. Reconozco la culpa”, cuando la traductora de las autoridades rusas le preguntó si se arrepentía de lo que había hecho.
Sin embargo, cuando lo interrogaron por cuánto dinero había recibido a cambio de los servicios prestados al Ejército de Ucrania, aseguró que no lo recordaba. “No recuerdo el total”, manifestó. En la grabación se ve cómo es esposado y llevado a una celda.
Carolina Ante, hermana de Alexander Ante, cuenta que se enteró de la condena a su hermano por las redes sociales y no por el consulado de Colombia en Rusia.
“Mi hermano se sentía muy aburrido porque, según lo que nos contaba por medio de llamadas antes de que lo detuvieran, es que una cosa es lo que le dicen o prometen desde acá y otra cosa es lo que es ir a vivir allá”, indicó.
Alexander tiene una hija que cumplió 7 años hace un mes. Por medio del cónsul de Colombia en Rusia recientemente se le enviaron fotografías de la familia para que él viera como están todos, pero nadie da certeza de que se las hayan entregado, ya que no ha habido una respuesta, llamada o carta por parte de Alexander que les confirme que recibió lo que le enviamos.
“A la niña la tenemos con engaños, porque nadie le puede decir todavía la verdad. Incluso, ha asistido a citas psicológicas. Hace poquito le dijimos que le escribiera una carta al papá y se volvió insoportable porque ella cree que es el papá el que no le quiere escribir y que tampoco la quiere llamar, pero nosotros le decimos que nos toca esperar porque él está en un lugar donde no hay sol ni agua y que se demora un poquito”, contó en medio del drama Carolina, quien admite que hasta ha pensado en renunciar a la empresa donde labora hace más de 20 años para viajar a Europa en busca de su hermano.
“Al Gobierno de Colombia yo le pediría que los deporten y que se apiaden de estos dos jóvenes porque ellos tienen familia, hijos y todos estamos sufriendo acá. Ojalá que haya un intercambio, porque esto que está pasando es muy triste”, clama Carolina y aprovecha para enviarle un mensaje a su hermano por si de casualidad llega a leer por internet este artículo: “ Hermano, te amo y extraño. Espero que pronto regreses a casa para abrirte las puertas y volvernos a reunir con toda nuestra familia. Fuiste una persona que lo has dado todo por mi mamá y no mereces esto que te está pasando”.

“De verdad trece años es mucho tiempo, pero hay que aceptarlo y solo espero que Dios me lo cuide todo este tiempo, ya que acá en casa todos estamos bien. Si mi esposo llega a ver este artículo, le diría que tenga mucha fortaleza y que siga apegado a Dios. Los niños están bien y ojalá algún día podamos estar nuevamente juntos. Te amamos mucho”, dice Cielo Yasmín Paz, quien admite que en medio de las dificultades ha tenido que “intentar hacer llevadero su día a día”.
Algo que la deja un poco tranquila es que, a pesar de que no ha podido hablar con su esposo y solo ha escuchado su voz en videos, en las fotografías que le han enviado de él se ve bien, lo que le da un poco “de paz”.
“Toca seguir inevitablemente con la cotidianidad. Seguir trabajando, asistiendo al colegio y demás. Con los niños se ha tratado de hacerlos felices lo más que se pueda. Que se distraigan para poder llevar una vida algo normal”, confesó.
Además, aprovechó para, en medio del desespero, hacerle un llamado al Gobierno Nacional.
“Les pido el favor de que nos ayuden porque no se han pronunciado desde que ellos se desaparecieron. Ojalá se pueda hacer un intercambio o por lo menos tener una llamada o contacto telefónico”, reclamó.
Comunicador social y periodista de la Universidad Autónoma de Occidente. Especialista en comunicación y periodismo digital. Periodista del Diario El País desde el 2017 y docente universitario.
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