Cali
La educación pública en Cali está cerca de ‘perder el año’
La ciudad está cuatro puntos por debajo de la media nacional en los resultados Icfes. Más del 70 % de los colegios necesitan reparación; la salud mental de los alumnos se deteriora y hay alta deserción.
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16 de nov de 2025, 12:08 p. m.
Actualizado el 16 de nov de 2025, 12:08 p. m.
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A pesar de que la educación es uno de los pilares esenciales para el desarrollo de cualquier sociedad, en la capital vallecaucana este sector parece no estar atravesando su mejor momento.
Para ejemplificar esta premisa basta con saber que más del 70 % de los maestros atribuyen la deserción escolar a la violencia o la drogadicción y el 9 % de los estudiantes repite o reprueba un grado, a la par de que la ciudad está cuatro puntos porcentuales por debajo de la media nacional en los resultados de las pruebas Icfes.
Para entender las falencias del sector educativo en Cali hay que abordar diversos frentes, pero sin duda uno de los principales problemas es la deserción, pues actualmente hay instituciones educativas que tienen aulas con capacidad de hasta 35 estudiantes a las que solamente asisten cerca de 20.
“El reto es muy importante, porque hay que lograr que los niños permanezcan en las aulas de clase. La media nacional en deserción es de 3,9 % y Cali está en el 5 %”, indicó Andrea Escobar, directora ejecutiva de la Fundación Empresarios por la Educación (ExE).
Al desglosar la deserción por niveles educativos, la secundaria (6 a 9) es la que tiene un mayor indicador, con el 6 %, mientras que la media (10 y 11) tiene el menor resultado, con 3,6%.

De acuerdo con datos de la Encuesta de Opinión en la Educación realizada por ExE, con corte a 2024, el 67 % de los estudiantes argumentó que la principal falencia para alcanzar su nivel educativo deseado son los recursos económicos. Sin embargo, los maestros tienen otra visión al respecto.
“El 72 % de los docentes públicos en Cali atribuye la deserción escolar a la violencia, el acoso y el consumo de sustancias, frente al 57 % a nivel nacional. En Cali, el 9 % de los docentes y el 4 % de los directivos mencionan el reclutamiento forzado como causa principal del abandono escolar, frente al 5 % a nivel nacional”, concluyó la encuesta.
Juan Carlos Rengifo, integrante de la Asociación Sindical de Educadores del Valle del Cauca (Asieva), indicó que la deserción escolar es tan grande en la ciudad, que el sistema educativo tiene capacidad para 172.000 estudiantes, pero actualmente la matrícula no supera los 150.000.

El docente reconoció que las variables anteriormente mencionadas influyen en la deserción, pero también resaltó que gran parte de esa realidad se debe a que “no tenemos los mismos nacimientos que teníamos hace diez años. Eso se ve reflejado en las aulas y significa que hay salones con capacidad para 35 estudiantes y solo están con cerca de 22. Se han cerrado jornadas en la tarde e incluso se han simplificado cursos”.
Pero la Secretaría de Educación de Cali plantea un panorama diferente en cuanto a la deserción, ya que sus datos reflejan que este indicador está en un 2,9 % en la educación básica y media.
“Una cifra que ha venido disminuyendo en los últimos años, gracias a estrategias de permanencia como el acompañamiento psicosocial, el fortalecimiento del Programa de Alimentación Escolar (PAE), la entrega de útiles y uniformes, y las acciones de búsqueda activa de estudiantes por fuera del sistema”, puntualizó la dependencia en un comunicado enviado a El País.
La meta de la Alcaldía es lograr que en 2026 se tenga una deserción inferior al 2 %.
La cobertura contratada
En el sistema educativo de Cali hay tres formas de atender a los alumnos. La primera es la pública, la segunda es la privada y la otra es la cobertura contratada. Esta última es una mixtura a través de la cual se les pagan dinero públicos a los colegios privados para que atiendan cierta cantidad de niños y niñas.
Pero la cobertura contratada ha estado en el ojo del huracán, ya que algunas fuentes aseguran que se está contratando más de lo que realmente se necesita.
Para Juan Carlos Rengifo, integrante de Asieva, las directivas de la educación en Cali podrían estar incurriendo en un peculado por desviación, en razón de la forma en la que se está contratando esa cobertura.
“A pesar de la baja matrícula, el Distrito hoy tiene una cobertura contratada de unos 55.000 cupos. Eso es algo grave, porque se está pagando dos veces por muchachos que podrían estar en el sistema público”, dijo.
El docente comentó que esa realidad no es exclusiva de la actual Administración local, sino que se presenta desde hace más de una década.
Según sus palabras, serían cerca de $ 140.000 millones los que se le estarían girando hoy en día a los privados para atender a esos 55.000 menores.

De su lado, la Secretaría de Educación de Cali reveló que la cobertura contratada ha disminuido entre 2023 y 2025, pasando de 58.988 estudiantes a 53.009 en la actualidad.
En teoría, esta cifra debería disminuir en lo que queda de la actual Alcaldía, pero la dependencia no reveló hasta qué punto desea llegar.
“Nuestra estrategia se centra en un avance gradual y planificado de la disminución de la cobertura contratada, lo que nos permite optimizar su uso mientras fortalecemos el sistema educativo oficial, un objetivo primordial del Distrito”, se indicó desde la Secretaría.
Y se agregó: “Este enfoque responsable garantiza que el servicio educativo no se vea afectado, al tiempo que evidencia avances reales para lograr un sistema oficial más robusto, eficiente y capaz de asegurar la permanencia y el acceso equitativo de todos los estudiantes, atendiendo sus necesidades de manera directa y sostenible”.
PAE, en constante polémica
El Programa de Alimentación Escolar (PAE) ha sido centro de diversas polémicas en Cali hace varios años, debido a presuntas irregularidades detectadas en su contratación, así como falencias en su operación.
A inicios de octubre pasado, la Personería abrió una indagación previa por presuntas falencias en la operación de este programa, las cuales estaban centradas en la interventoría.
“De acuerdo con información suministrada por la Secretaría de Educación, actualmente no existe interventoría sobre cuatro contratos del PAE que suman alrededor de $ 98 mil millones”, relató en su momento el Ministerio Público.
Por otra parte, aunque no advierte irregularidades, Andrés Felipe Pedraza, presidente del consejo de padres de una institución educativa de la ciudad, opinó que sí hay aspectos que deberían de ser mejorados.
“Nosotros, como institución educativa, estamos solicitando restaurante escolar y nos lo han negado por falta de recursos. Hay estudiantes de grado décimo y once que tienen jornadas extensas hasta las 6:30 de la tarde, por los convenios que hay con el Sena, y en ocasiones aguantan hambre”, relató.

Al consultar con la Secretaría de Educación de la capital del Valle frente a estos comentarios, la dependencia ratificó que el PAE se está prestando con normalidad en las 92 instituciones educativas públicas de la ciudad, a la par que se está respondiendo con total transparencia a los requerimientos de la Personería.
“Actualmente, el programa cuenta con un equipo de apoyo a la supervisión con personal capacitado y los perfiles necesarios para realizar una supervisión eficaz y eficiente, verificando que la entrega de los alimentos esté en la cantidad, calidad y oportunidad acordes a la responsabilidad que tiene la ciudad con la alimentación de nuestros niños, niñas, jóvenes y adolescentes matriculados en las Instituciones Educativas oficiales”, puntualizó la dependencia.
A mejorar las aulas
En Cali hay 338 sedes educativas públicas. De ellas, alrededor de 245 necesitan algún tipo de intervención en su infraestructura. Es decir, más del 70 %. Esto se debe a que la mayoría de colegios de la capital vallecaucana tienen más de 80 años.
Según una encuesta realizada por Cali Cómo Vamos, 65 de cada 100 caleños con familiares estudiando en instituciones educativas públicas están satisfechos con la infraestructura de estas.
A su vez, las conclusiones de la Encuesta de Opinión en Educación de la Fundación ExE revelan que el 60,5 % de los docentes y directivos tienen como su mayor preocupación liderar la infraestructura física y tecnológica de las instituciones educativas de la ciudad.
Ante ello, la Secretaría de Educación reconoce que este es un aspecto a corregir, por lo que invertirá más de $ 100.000 millones para mejorar más de 100 sedes escolares.

Asimismo, informó que este año ha entregado dos obras de adecuación financiadas con presupuesto participativo (colegios Hernando Navia Varón y Celmira Bueno de Orejuela), pero que se espera que a finalizar estos 2025 19 proyectos similares estén culminados.
“De las siete obras que estaban por entregarse del Fondo de Financiamiento de Infraestructura Educativa del Ministerio de Educación, ya se inauguró la sede Fernando de Aragón de la IEO Evaristo García, y se espera que a finales de 2025 culminen dos más. Para la ejecución de estas obras se han dispuesto $ 12.000 millones del proyecto de empréstito ‘Invertir para Crecer’”, resaltó la Secretaría en el comunicado enviado a este medio de comunicación.
También se iniciarán 22 proyectos de mantenimiento y adecuación en instituciones educativas financiadas con el empréstito, por un valor de $10.450 millones, las cuales terminarían los primeros meses de 2026. En ese paquete de obras se plantea la inclusión del Colegio Santa Librada.
Sobre ese punto, el exsecretario de Educación José Darwin Lenis reconoció que la infraestructura escolar es un gran reto en Cali, pero a la vez planteó que las soluciones no se centren solamente en obras.
“Se necesitaría casi $ 3,2 billones para poner todas las instalaciones educativas modernas y actualizadas en Cali, pero creo que hay que hacer un análisis crítico para saber qué sedes ameritan ser cerradas, porque tienen baja matrícula y concentrar a los chicos en centros de desarrollo educativa en donde tengan distintas especialidades”, sostuvo.
Resultados Icfes, un punto a mejorar
Los estudiantes de los colegios públicos de la capital del Valle obtuvieron un promedio de 247 puntos en las pruebas Icfes, de 500 posibles, estando por debajo de la media nacional, que está en 252 puntos.
“Se podría decir que ha mejorado del 2020 a 2024 en 5 puntos. Pero hay territorios en Colombia con menos estrategias y recursos que han mejorado alrededor de 20 puntos, como por ejemplo Armenia”, dijo Andrea Escobar, directora ejecutiva de la Fundación Empresarios por la Educación.

De acuerdo con el análisis de Cali Cómo Vamos sobre las Pruebas Saber Icfes de 2024, el menor desempeño de los estudiantes de la ciudad fue en los módulos de inglés y matemáticas.
“En el caso de la prueba de inglés, en 2024 en Cali solo 21 de cada 100 estudiantes alcanzaron un nivel B1 o B+, el estándar recomendado por el Ministerio de Educación para los alumnos que concluyen el grado once. En la prueba de Matemáticas, 47 de cada 100 estudiantes de Cali se ubicaron en los niveles inferiores (1 y 2), mientras que 5 de cada 100 se ubicaron en el nivel 4”, reveló la encuesta.
Salud mental, un mal silencioso
Las cifras de problemas de salud mental en el entorno escolar se dispararon desde el 2020, con la llegada del Covid-19, hasta el punto que hoy se tienen identificados más de dos mil casos de psiquiatría en la planta docente, dijo Juan Carlos Rengifo, integrante de Asieva.
Según él, los estudiantes también han sentido ese impacto y tienen pocas herramientas para poder mitigarlo, debido a que en algunas ocasiones no se cuenta con personal especializado para el manejo de estos casos en las instituciones.
“Cuando se inicia el año lectivo, muchas instituciones educativas inician sin ese apoyo psicosocial y siempre va llegando a mediados de año. Incluso les toca a docentes, coordinadores y padres hacer de psicólogos. Hay estudiantes con grados de depresión altos, con consumo de sustancias e incluso algunos que se autolesionan”, reveló Pedraza.
Los datos de la Fundación ExE indican que el 56 % de los profesores en Cali argumentan que mejorar el apoyo emocional para ellos y los estudiantes contribuiría a tener un mejor ambiente de aprendizaje y a mejorar la calidad.
Por su parte, el 60 % de los alumnos encuestados opinaron que la calidad de su educación mejoraría si se tuviera una mejor convivencia y bienestar en sus instituciones escolares.
“El Congreso, en la legislatura que pasó, aprobó la implementación de la cátedra de educación emocional para preescolar, básica y media en los establecimientos educativos, pero todavía hay un camino largo, porque ¿quién la enseña, cómo se materializa?”, cuestionó la directora ejecutiva de la Fundación ExE.

Comunicador social egresado de la Universidad Santiago de Cali. Escribo sobre los principales acontecimientos de Cali y el Valle del Cauca.
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