Tragedia de Armero: desgarradora historia de una madre que busca a su hijo que lleva 40 años perdido

Han pasado 40 años desde que la avalancha del Nevado del Ruiz borró del mapa a Armero, dejando más de 25.000 muertos y un país sumido en el dolor. Pero para Claudia Ramírez, la tragedia no terminó aquella noche del 13 de noviembre de 1985: comenzó allí una búsqueda que aún no termina.

Su historia fue contada recientemente por el programa Los Informantes, de Caracol Televisión.

Claudia vivía en Armero con sus padres y su hijo, Andrés Felipe Cubides, un niño de cinco años “muy lindo” y “muy feliz”, como lo recuerda ella. Esa semana, la joven había viajado a Bogotá, donde estudiaba odontología en la Universidad San Martín. Desde la capital hablaba a diario con su familia, sin imaginar que aquella llamada del miércoles por la noche sería la última.

“Te voy a colgar porque se acaba de ir la luz”, le dijo su mamá. “Cuando la luz se iba, la avalancha venía a seis cuadras de mi casa”, añadió Claudia.

Al enterarse de lo ocurrido, emprendió viaje de inmediato hacia Armero. Al llegar, la desolación era absoluta. “Veía hasta el otro lado gris, había bruma. Yo encuentro allí una una señora amiga y (...) ella me preguntaba, ‘¿Dónde están mis hijos?’ Y yo le preguntaba, ‘¿Dónde está el mío?’”, recordó.

Estuvo por diez días en la zona de la catástrofe, sin hallar rastro de su familia. Sus padres nunca aparecieron. Pero de Andrés, su hijo, algo dentro de ella le decía que seguía vivo.

Esa intuición pronto encontró un hilo de esperanza. Días después del desastre, un amigo le aseguró haber visto en televisión a un niño que decía llamarse Andrés y que buscaba a su mamá, Claudia.

Desde entonces, su vida se convirtió en una búsqueda sin descanso. Viajó por ciudades de Colombia —Bogotá, Medellín, Cali, Girardot— y también buscó fuera del país, convencida de que algunos niños sobrevivientes fueron enviados al extranjero. El Bienestar Familiar “nunca (...) me ha dado una respuesta de de mi hijo ni de los otros niños que yo vi”, denunció.

Claudia logró rehacer su vida: se graduó, se casó, tuvo dos hijas y se convirtió en docente. Pero nunca dejó de buscar.

Quince años después del desastre, mientras veía televisión, volvió a sentir la misma sacudida: “Prendo el televisor y estaban en el programa Sobrevivientes". En “la segunda o la tercera imagen, sale Andrés. Ese es Andrés y yo brincaba”.

Hoy, a sus 63 años, sigue buscando. Andrés Felipe tendría 46. “Ya a estas alturas de la vida yo ya he agotado muchas cosas buscándolo, pero yo creo que ahora corresponde que Andrés me encuentre a mí”, expresó.