Editorial
¡Que nada nos divida!
La mayor fuerza de caleños y vallecaucanos está en su capacidad de unirse, respetar las diferencias y transformar las dificultades en oportunidades para crecer...

25 de may de 2025, 12:36 a. m.
Actualizado el 25 de may de 2025, 12:36 a. m.
El anuncio de dos días de paro nacional, promovido por algunos sindicatos de trabajadores y auspiciado por el Gobierno de Gustavo Petro, revive particularmente en Cali y el Valle del Cauca viejos temores e incertidumbres por lo que pueda acontecer. Es necesario hacer un llamado a la tranquilidad, a la unión como sociedad, a que se ejerza el legítimo derecho a manifestarse de manera pacífica, sin alteraciones del orden ni a la seguridad. ¡Que nada nos divida!
La prevención que generan los eventos programados para los días 28 y 29 de mayo tiene sustento. Hace cuatro años y un mes, el 28 de abril de 2021, empezaron 60 días de bloqueos que aislaron a buena parte del departamento y en particular a su capital. Las que debieron ser unas jornadas para escuchar las demandas de varios sectores de la población, en particular de los más jóvenes, respecto a mejores oportunidades para la construcción de un futuro más próspero y de calidad, fueron manipuladas por quienes buscaron generar el caos y la violencia en toda una región.
Así fue como la protesta degeneró en el secuestro de millones de ciudadanos que no podían ni siquiera salir de sus barrios y en enfrentamientos que -como se supo en los meses siguientes, fueron planificados y auspiciados por fuerzas oscuras- terminaron con decenas de muertos entre civiles e integrantes de la Fuerza Pública. Quedó entonces en evidencia una sociedad dividida, pero también resiliente, que entendió la urgencia de sentarse a escuchar, a dialogar y a emprender un camino que permitiera trabajar en las soluciones a sus múltiples problemas.
Los cimientos que se han levantado en estos años en Cali y en el Valle del Cauca, sobre los que sin duda aún falta mucha estructura por construir, no se pueden poner a tambalear. Aquí no caben los discursos de odio, las agendas ocultas ni las amenazas a sectores productivos que han sido fundamentales para el desarrollo económico de la región, pero sobre todo para el progreso de sus comunidades.
La mayor fuerza de caleños y vallecaucanos está en su capacidad de unirse, respetar las diferencias y transformar las dificultades en oportunidades para crecer y forjar -con confianza y con la razón como principio- un futuro más equitativo e inclusivo. Todo ello es posible, siempre y cuando se preserven los principios democráticos, aquellos que son inherentes a un Estado de Derecho.
El llamado es, entonces, a que las jornadas de protesta que se realizarán de manera legítima en los próximos días, se mantengan dentro de los preceptos del respeto y el orden, que se adelanten exclusivamente en los tiempos acordados y que no se pongan en riesgo la tranquilidad ni mucho menos la seguridad ciudadana. Cualquier intervención externa o el mínimo interés por provocar el caos o alterar la institucionalidad, debe ser rechazado por la comarca entera.
Que nada nos divida. Nuestra fuerza está en permanecer juntos, forjando un mejor porvenir para todos.