Editorial

El futuro del Bonilla Aragón

A partir de mañana, 1 de septiembre, tanto la administración, como la operación y las inversiones previstas para modernizar el aeropuerto estarán a cargo de la entidad del orden nacional...

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Aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón
Aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón. | Foto: Bernardo Peña/El País

31 de ago de 2025, 01:48 a. m.

Actualizado el 31 de ago de 2025, 01:48 a. m.

Los 25 años de operación privada del aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón llegarán hoy a su fin, cuando Aerocali, el consorcio que se encargó durante este tiempo del manejo del terminal aéreo, se lo devuelva al Gobierno Nacional. Es la instancia a la que nunca se debió llegar, si se hubiese cumplido el compromiso de la Aerocivil de surtir el proceso licitatorio para la nueva concesión dentro de los términos establecidos.

La realidad es que a partir de mañana, 1 de septiembre, tanto la administración, como la operación y las inversiones previstas para modernizar el aeropuerto estarán a cargo de la entidad del orden nacional, sin que aún se conozcan detalles sobre cómo se hará, por ejemplo, el traspaso de los contratos de arrendamiento de los locales comerciales, los acuerdos con las aerolíneas o cuál será la situación laboral de los empleados de Aerocali.

Las preocupaciones sobre el futuro inmediato del Bonilla Aragón son múltiples. La primera de ellas es que todo lo concerniente a su manejo se cumpla con transparencia y eficiencia, tal como corresponde a un aeropuerto de talla internacional, que recibe cada año cerca de siete millones de viajeros, donde operan siete aerolíneas nacionales y ocho extranjeras, y que tiene aún un potencial importante por desarrollar debido a su ubicación geográfica estratégica dentro del continente americano, así como por sus condiciones climáticas óptimas para la navegación aérea.

Al finalizar sus funciones, es necesario hacerle un reconocimiento a Aerocali por la labor realizada en este cuarto de siglo al frente del aeropuerto vallecaucano. Bajo su liderazgo se adelantaron diferentes acciones que permitieron modernizarlo, hacerlo atractivo para empresas aéreas tanto domésticas como internacionales e incrementar significativamente el número de pasajeros – de 1,8 millones en el año 2000 a 6,8 millones en 2024- hasta posicionarlo como el tercero más importante del país y sobrellevar las épocas de mayores dificultades, como el cierre debido a la pandemia del Covid-19.

Con el traspaso a la Aerovicil, es el momento de hacerle un llamado a la entidad gubernamental para que agilice el proceso licitatorio que permita definir un nuevo concesionario para el aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón.

Es la fórmula efectiva para que lleguen a buen término los proyectos de ampliación, en los que se deberán invertir en principio unos $ 4,2 billones, necesarios para hacer la infraestructura y las ampliaciones requeridas, con el fin de mantener y crecer la competitividad de esta terminal aérea.

No basta con exigir que durante el tiempo que la operación permanezca en manos de la Aeronáutica Civil se garantice la eficiencia operativa y administrativa en la prestación del servicio de transporte aéreo de pasajeros y de carga.

Tiene que quedar claro que esta es solo una transición y que debe surtirse lo más rápido posible la adjudicación del contrato a un nuevo concesionario, por lo que es indispensable que ahora sí se cumpla con los cronogramas, incluidas las aprobaciones de factibilidad del Ministerio de Hacienda, el Departamento Nacional de Planeación, el Conpes y el Consejo Directivo de la Aeronáutica Civil.

El Valle del Cauca no aceptará un incumplimiento más del Gobierno Nacional –que ya acumula muchos con la región- en procesos y proyectos que son indispensables para garantizar su desarrollo y su competitividad.

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