Editorial
Ejemplo de solidaridad
Desde la Fundación se ha brindado en estas cinco décadas apoyo a la educación de la niñez, a mejorar las condiciones de las comunidades más vulnerables...
1 de jul de 2025, 02:45 a. m.
Actualizado el 1 de jul de 2025, 02:45 a. m.
Doña Nydia Quintero Turbay es para Colombia el ejemplo de la solidaridad inquebrantable hacia los más necesitados, pero también del estoicismo, a la vez que de la firmeza, para enfrentar las pruebas más duras que se pueden recibir en vida. En la misma clínica donde su nieto Miguel Uribe Turbay lucha por sobrevivir, luego del ataque sicarial del que fue víctima hace menos de un mes, falleció ayer la exprimera dama de la Nación a quien el país recuerda con admiración y agradecimiento.
Solidaridad por Colombia es su gran obra social, la que empezó antes de llegar a la Casa de la Nariño con su primer esposo, el entonces presidente Julio César Turbay Ayala, y que pervive 50 años después. Desde la Fundación se ha brindado en estas cinco décadas apoyo a la educación de la niñez, a mejorar las condiciones de las comunidades más vulnerables, a dar ayuda humanitaria en las emergencias y, en general, a llevar una mejor calidad de vida a los colombianos que más lo necesitan.
Ni siquiera cuando la tragedia llamó a su puerta con el crimen de su hija Diana Turbay Quintero, secuestrada por el narcotráfico y asesinada en enero de 1991 durante un intento de rescate, doña Nydia dejó de servirle con dedicación al país.
Como lo recordó en una entrevista, concedida para este diario a la periodista Margarita Vidal, cuando se cumplían 20 años de la muerte de Diana, “el dolor de la pérdida de un hijo, especialmente en una forma tan violenta y tan dura, no se mitiga ni un momento”, pero ella siguió adelante, superó esa “etapa de rebeldía frente a un hecho tan terrible” y mantuvo con convicción su labor social.
Ya entonces aseguraba que su nieto Miguel Uribe Turbay, el hijo menor de Diana, sería quien seguiría los pasos familiares en la política: “Me encanta que él y la juventud se metan a la política para que haya gente nueva y renovación, para que la política sea adelantada por quienes tienen un alto concepto de lo que debe ser la labor pública”.
Nadie podría vaticinar que catorce años después la violencia se ensañaría contra el ahora senador y precandidato presidencial, víctima de un ataque sicarial el pasado 7 de junio en Bogotá, quien permanece en cuidados intensivos y con pronóstico reservado en la clínica donde su abuela -casada en segundas nupcias con el político vallecaucano Gustavo Balcázar Monzón- falleció a los 93 años de edad, con seguridad esperando su recuperación, y luego de entregar la mayor parte de su vida al servicio de los colombianos.
Hoy, esa solidaridad permanente de doña Nydia Quintero con las comunidades más necesitadas del país, es la que siente Colombia con su familia, con su nieta María Carolina Hoyos Turbay –al frente de la Fundación Solidaridad por Colombia desde 2016-, y con su nieto Miguel Uribe Turbay, víctima de esa violencia que lleva casi 80 años golpeando al país desde diferentes frentes y que se ve exacerbada ahora por discursos de odio de quienes pretenden polarizar aún más al país.