Editorial
Buses para el MÍO
Cali necesita avanzar hacia el objetivo de ser una ciudad inteligente, pero también es imperativo garantizar una buena calidad del aire para los ciudadanos.

Editorial
26 de abr de 2025, 01:41 a. m.
Actualizado el 26 de abr de 2025, 01:41 a. m.
De los 792 buses que componen la flota del sistema de transporte masivo de los caleños, se estima que 61 cumplirán su vida útil en el primer semestre de 2026, mientras que alrededor de 350 necesitan entrar en un plan de reposición porque están activos desde que el MÍO inició operaciones, en 2009.
Para los pasajeros es claro el deterioro de la flota y la urgencia de una renovación. Aunque el motor encienda y el vehículo avance, eso no quiere decir que se preste un servicio óptimo. Cada día son comunes los casos de usuarios a los que les toca bajarse de un bus y esperar el siguiente de la misma ruta porque se varan a mitad de camino y, cuando no, los reportes de personas que sostienen que ya no hay aire acondicionado al interior de muchos automotores y que se sienten como en un sauna dentro de ellos, o que, cuando llueve, son varias las goteras.
Es por ello que el anuncio que realizó Metrocali sobre la compra de 400 nuevos buses durante el cuatrienio (hasta 2027) para la flota del MÍO es tan positiva como urgente, y traería beneficios al menos en tres frentes distintos.
Por un lado, está el más claro: contar con más del 50 % del parque automotor del sistema de transporte masivo totalmente renovado para un mayor confort y una prestación más óptima del servicio.
Además, estos vehículos que se espera adquirir serán de cero o bajas emisiones y cumplirán con la normatividad vigente a nivel internacional, siendo eléctricos o con tecnología Euro 6. Cali necesita avanzar hacia el objetivo de ser una ciudad inteligente, pero también es imperativo garantizar una buena calidad del aire para los ciudadanos, y con esta adquisición se daría un gran paso en ambos objetivos.
En tercer lugar, la nueva flota sería pública, de todos los caleños, lo que permite al Distrito tener allí un activo importante y entrar a negociar con los concesionarios el mejor método de operación de esos buses, por el bien del sistema y de sus pasajeros. Incluso, la Alcaldía podría buscar operarlos por su cuenta.
Aunque todo parezca idílico, no se puede perder de vista la necesidad de cumplir con los compromisos adquiridos. Ya en el pasado a los caleños se les ha prometido una renovación de la flota del MÍO, pero solo han terminado llegando unos cuántos buses. El objetivo de esta Administración debe ser cumplir con ese deseo, y que no sean 10, 25 ni 50 automotores. Se ha asegurado que se comprarán 400, que así sea.
Por otro lado, los ciudadanos no pueden seguir ignorando su corresponsabilidad en el asunto. Parte del deterioro de la flota del MÍO se debe a los actos en contra del sistema de trasporte masivo al que se volvió frecuente lanzar rocas, romper vidrios o quema padrones o alimentadores. Cada día, en promedio, siete vehículos son vandalizados, con un costo de reparación de entre $ 500.000 y $800.000, además de los dos días en los que no pueden operar.
No debe ser difícil entender que el MÍO presta un servicio vital a todos los caleños, sobre todo a los más necesitados y, por tanto, como habitantes de esta ciudad, se debe garantizar por igual su cuidado.
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