Columnistas
Rediseño urgente
Cualquier imprudencia de un mandatario, cualquier noticia no comprobada, cualquier bulo puede traer consecuencias de alta gravedad.

7 de jul de 2025, 02:56 a. m.
Actualizado el 7 de jul de 2025, 02:56 a. m.
La actualidad muestra un enorme avance en los medios de comunicación. Por vía internet cualquier mensaje llega hasta los confines del mundo en cuestión de segundos. Lo cual lleva aparejado simultáneamente grandes ventajas y enormes riesgos.
El escenario más complicado se presenta en los gobiernos. Cualquier imprudencia de un mandatario, cualquier noticia no comprobada, cualquier bulo puede traer consecuencias de alta gravedad.
La facilidad con la que los gobernantes llegan a la opinión pública preocupa. No es posible que un trino lanzado a la madrugada por un gobernante desvelado cause una crisis de ruptura en las relaciones de los países. Recuérdese lo que sucedió entre Colombia y Estados Unidos el 26 de enero de este año.
No se trata de echar a rodar el manido cuento de que hay que redactar una nueva Constitución. A los políticos que se les acaban las ideas les entra el afán de expedir una nueva Constitución. Lo señaló Ralf Dahrendorf, con mucha razón.
Se impone un rediseño de las funciones de quienes ejercen posiciones de alto mando. La comunicación digital del presidente no es un asunto que deba tratarse como parte de la “agenda privada”.
Aunque suene raro, el Presidente debe someterse a horario para lanzar sus trinos, partiendo de la certeza de que no hay problema de tanta magnitud que no pueda esperar a ser tratado hasta la mañana del día siguiente, previa consulta a los asesores.
Así como al Presidente de nuestro país se le conceden espléndidas viviendas y legiones de ayudantes y consejeros, los viajes aéreos deben ser rigurosamente esquematizados. Más de 70 ha realizado el actual presidente sin que su relación costo- beneficio se vea clara.
Grandes conferencias de importancia mundial se están llevando a cabo hoy por comunicación digital no presencial. Se trata de ahorrar costos porque el dinero de los contribuyentes termina asumiéndolos.
Es inaceptable mantener un avión a las órdenes caprichosas de un presidente que decide, por sí y ante sí, desplazarse hasta una ciudad del Pacífico ecuatoriano para ver el mar y escribir 30 páginas de un libro…
El mundo tiende a las gobernanzas colegiadas. El mejor ejemplo es China, donde el líder Xi Jinping es un ‘primus inter pares’. Y la Comunidad Europea de Naciones es otro acabado ejemplo de gobierno multilateral.
Gran preocupación hay en Estados Unidos por los arrebatos absolutistas del presidente Donald Trump. Tanto que en centenares de manifestaciones se han sacado carteles en los que la gente manifiesta que no quieren reyes.
Parece que buena parte de las posiciones extremas de Trump obedecen a un cálculo de negociación, según el cual se golpea primero y se habla después. Este amor por lo escénico proviene sin duda de la época en que Trump fue una exitosa figura de la televisión.
Al Presidente de Estados Unidos se lo tienen que aguantar con sus sinuosidades temperamentales por lo menos hasta las elecciones de mitad de período afines de 2026. Si su partido las llega a perder, le darán el tratamiento de ‘pato cojo’ que los norteamericanos suelen brindar al mandatario que se arrastra hasta el final de su periodo.
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Posdata: Tranquilos, compatriotas. A este gobierno, que ha sido una auténtica ‘prueba de esfuerzo’ para las instituciones del país, le falta un poco más de un año. Que las instituciones hablen y actúen.
Doctor en Jurisprudencia del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. Abogado en ejercicio. Colaborador de EL PAÍS desde hace 15 años.