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La venganza de la tía Julia
Un extrafalario escritor de radionovelas boliviano y Marito, joven estudiante de derecho y aspirante a escritor, quien se enamora de una hermosa tía lejana, Julia Urquidi, que llega de Bolivia tras su divorcio.

Bernardo Peña
15 de abr de 2025, 02:55 a. m.
Actualizado el 15 de abr de 2025, 02:55 a. m.
En 1981, a las 10 de la noche, Colombia y Perú se reunían frente al televisor para ver La tía Julia y el escribidor, una telenovela basada en la obra del escritor peruano Mario Vargas Llosa que narraba un episodio de su vida: el matrimonio con su tía política diez años mayor. La serie era una coproducción entre RTI de Colombia y Panamericana TV del Perú, protagonizada por Víctor Mallarino, en el papel de Mario, y la actriz peruana Gloria Ureta, en el papel de Julia. La televisión en color apenas tenía un año en Colombia y marcó una edad dorada de las producciones nacionales, llevando a la pantalla chica grandes obras de la literatura latinoamericana. RTI, Radio Televisión Interamericana, era la productora colombiana más importante y tenía en sus filas al director David Stivel y al guionista Julio Jiménez (La Abuela y Los Cuervos), actores legendarios como Pepe Sánchez, Carlos Muñoz, Consuelo Luzardo, Delfina Guido y Chela del Río, que actuaban en la tía Julia y el escribidor, que además tenía un reparto con lo mejor de lo mejor de la televisión colombiana.
El país se paralizaba en torno a los diálogos entre Pedro Camacho (interpretado por Carlos Muñoz) un extrafalario escritor de radionovelas boliviano y Marito, joven estudiante de derecho y aspirante a escritor, quien se enamora de una hermosa tía lejana, Julia Urquidi, que llega de Bolivia tras su divorcio.
La telenovela tuvo tanto éxito que fue una de las primeras producciones colombianas de exportación, con el beneplácito de Vargas Llosa, pero desató la furia de la tía Julia, la de verdad, con quién estuvo casado nueve años. E lla le pidió a su ex que no autorizara la versión televisada, porque ya había tenido suficiente exposición en el libro, para ahora ser personaje de telenovela, pero Vargas Llosa estaba encantado con la producción y siguió adelante.
Como respuesta, la tía Julia Urquidi escribió su versión de los hechos: ‘Lo que varguitas no dijo’. Esta vez el enfurecido fue el premio Nobel, quien en represalia le retiró los derechos de La ciudad y los perros, con los que Julia se había quedado en el acuerdo de divorcio, y nunca más volvieron a hablarse. Tremenda novela para una telenovela colombiana. Vargas Llosa se casaría después con Patricia Llosa, prima suya y sobrina de Julia, y a quien dejaría 50 años después para irse detrás de la ‘socialité’ Isabel Preysler, quien, según la prensa rosa, recibía del escritor 80.000 euros mensuales. Con ella estuvo ocho años, para regresar con Patricia, madre de sus tres hijos. Una novela que veremos pronto en Netflix.
Bernardo Peña
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