Columnistas
El desfile de los precandidatos
Llegar fragmentados y dispersar los votos entre un número amplio de candidatos sería un error imperdonable en un momento decisivo.

21 de jul de 2025, 01:53 a. m.
Actualizado el 21 de jul de 2025, 01:53 a. m.
Desde todas las orillas políticas y movimientos de la ciudadanía, más de cien colombianos han manifestado el deseo de participar como candidatos presidenciales en 2026. El altísimo número de potenciales concursantes ha llamado la atención de la opinión pública en un contexto en que el país pide con especial urgencia la unidad entre los sectores críticos del gobierno Petro.
A menos de un año de las elecciones de 2026, en Colombia ya ha comenzado una temporada de enfrentamientos internos en los partidos políticos por los avales presidenciales. Muchas de estas discusiones han sido ante el ojo público, desde los micrófonos de los medios de comunicación y las redes sociales. Cada vez la campaña presidencial toma más forma y ocupa un mayor espacio en la agenda pública de la nación.
Como es usual a estas alturas de la carrera, son muchas las caras conocidas de la política nacional que postulan sus nombres para la contienda presidencial, aun cuando muchas veces sus equipos saben desde el principio que no tienen posibilidad alguna de ganar. Para muchos, hacer parte de la contienda por el cargo más importante de nuestra nación es una forma de impulsar sus proyectos y de mantener viva su vigencia política. Entre los precandidatos es usual postularse para la Presidencia y luego de ganar relevancia por cuenta de la visibilidad de la campaña buscar un aval como candidatos al Congreso, alcaldías o gobernaciones.
Esto no es inusual ni atípico, y la preocupación ciudadana ante el alto número de precandidatos es algo que suele repetirse cada cuatro años. Para una gran parte de los actuales precandidatos, la campaña es apenas una estrategia para avanzar hacia sus proyectos políticos electorales del corto y mediano plazo, y en una gran proporción se retirarán de la contienda en los meses entrantes. Pero la ciudadanía debe saber que así como en tantas ocasiones pasadas, la alta cantidad de precandidatos a un año de las elecciones no significa que el día de las votaciones veremos tantos candidatos en el tarjetón.
Lo que sí es urgente es que los partidos que conforman los diferentes sectores de la oposición se pongan de acuerdo de una vez sobre cómo decantar sus listas de aspirantes a la Presidencia. Mientras el partido de gobierno ya ha dado sus primeros pasos para definir el proceso de selección de un candidato único, los opositores han brillado por la confusión y la falta de hoja de ruta sobre quiénes deben representarlos.
Dada la inmensa diversidad política de la oposición al gobierno Petro, comprendida por sectores de derecha, centro e incluso izquierda, difícilmente veremos a un candidato único de toda la oposición. En cambio, podríamos ver a tres o cuatro jefes de esos distintos sectores en la primera vuelta. Lo que a estas alturas es definitivo es que las colectividades de la oposición se pongan de acuerdo en cómo reducir la fragmentación de sus candidatos. No hacerlo sería una fórmula desastrosa ante una izquierda organizada y con el control de la chequera estatal para las elecciones de 2026.
Es hora, también, de que algunos aspirantes entiendan el momento y decidan lanzarse al Congreso, donde es especialmente necesario contar con líderes capaces y con voces representativas de toda la diversidad ideológica de la nación.
Pero, sobre todo, los sectores que han sido críticos del Gobierno tienen que llegar a las elecciones de la manera más unida posible y con candidatos que se alejen de las miradas más radicales para poder sumar la mayor cantidad posible de sectores de la oposición. Llegar fragmentados y dispersar los votos entre un número amplio de candidatos sería un error imperdonable en un momento decisivo.
Politólogo de la Universidad de los Andes con maestría en Política Latinoamericana de University College London. Es analista político para varias publicaciones nacionales e internacionales, y consultor en temas de política pública, paz y sostenibilidad.