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¿Cuánto está dispuesta a crecer Cali?
Tenemos al menos 489 razones para enfocarnos en lo que de verdad importa.

28 de jul de 2025, 01:35 a. m.
Actualizado el 28 de jul de 2025, 01:35 a. m.
¿Tiene Cali una visión de futuro clara? Quizá no falten ideas, sino la capacidad de imaginar —y sostener— proyectos de gran escala. La tiranía de lo urgente ha limitado nuestra posibilidad de generar expectativas colectivas. Algunas cosas avanzan, sí, pero a menudo en silencio y sin eco. Sin una conversación amplia sobre el rumbo, los esfuerzos dispersos difícilmente se traducen en una transformación real.
Salir de la parálisis exige más que correcciones menores. Implica asumir, con competencia, un nuevo orden para la ciudad, empezando por entender y aprovechar su condición de Distrito Especial. No se trata de ‘creerse especial’, sino de traducir vocaciones propias en apuestas de alto impacto. En casi siete años con los nuevos ‘apellidos’ no hemos logrado iniciativas integradas, sostenibles y de gran escala. Seguimos atados al libreto colombiano, muchos proyectos pequeños, dispersos, que calman el hipo, pero sin escala, articulación ni una visión común que transforme el territorio.
No basta con tener activos; el reto es convertirlos en ventajas reales. Pocas ciudades similares cuentan con un bono demográfico como el nuestro, pero sin formación técnica, oportunidades y acceso a mercados, ese impulso se desperdicia. La juventud brilla en música, danza, gastronomía y contenidos digitales, pero sin modelos de negocio ni políticas públicas alineadas, ese talento no despega. En las zonas periurbanas ocurre lo mismo, hay potencial en bioeconomía, agricultura urbana y logística regional, pero la baja inversión en infraestructura, conectividad y tecnología sigue dejando ese valor al margen.
La salida no está en imitar. Se habla mucho de emular a Barranquilla o copiar lo distintivo de Medellín —y sí, hay lecciones valiosas—, pero no se trata de competir por el podio. ¿Importa perder el lugar de tercera ciudad, si podemos construir la mejor en calidad de vida?
En lugar de mirar por el retrovisor, deberíamos preguntarnos qué podemos hacer mejor que nadie. ¿Qué vocaciones generarían más valor, nuevos empleos y una identidad que vaya más allá de la salsa?
No somos la ciudad más rica ni la más ordenada, y eso se siente. Los retos están identificados y bien diagnosticados. Aun así, conservamos ventajas que supieron capitalizar quienes moldearon este territorio hace un siglo: una posición geográfica privilegiada —no nos hemos movido del mapa, pero sí del propósito—, un capital humano que comprende el sentido de la resiliencia, y una cultura potente, forjada en la mezcla y la migración. Pero el entusiasmo, por sí solo, no conduce a ningún cambio, se necesita dirección y decisiones valientes.
Por eso no basta con una visión de cuatro años; se necesita pensar en una, dos, incluso tres generaciones. ¿Cali 500? Veremos en qué termina. Sin continuidad institucional, liderazgo a la altura, ciudadanía activa y voluntad colectiva, no avanzamos. La actual administración ha impulsado iniciativas valiosas, pero seguimos aplazando proyectos que integren ciudad, cultura y economía, como sí lo han hecho otras ciudades que lograron cambiar su rumbo. Lo que se requiere es evitar la dispersión, apostar por renovaciones de gran escala y tener la valentía de asumir decisiones difíciles, sin cálculo electoral ni miedo al costo político.
Este es el primero de cinco textos que propondrán rutas para el crecimiento económico y social de la ciudad: proyectos, recursos, actores y caminos de viabilidad, algunas reflexiones con criterio técnico, pero pensadas para todos. He sostenido siempre que el progreso no es tarea exclusiva del gobierno —y menos aún de quienes lo usan sin entenderlo—, exige corresponsabilidad. Desde aquí, hay un deseo genuino de aportar. Feliz cumpleaños, Cali. Tenemos al menos 489 razones para enfocarnos en lo que de verdad importa. Y es que cuando todo es prioridad, nada termina siéndolo.
Consultor internacional, estructurador de proyectos y líder de la firma BAC Consulting. Analista político, profesor universitario.