Judicial
Comité Internacional de la Cruz Roja, en Cali, da preocupante balance del conflicto: “La situación puede deteriorarse”
El jefe del Cicr en Cali aseguró que la situación humanitaria es delicada. En el Valle preocupa el uso de artefactos explosivos.

Juan Carlos Carrera, jefe de la subdelegación del Comité Internacional de la Cruz Roja, Cicr, en Cali, habló con El País sobre los desafíos humanitarios que enfrenta Colombia, especialmente el suroccidente por cuenta del conflicto armado interno.
Tras la publicación del informe Retos Humanitarios 2025 Colombia, la entidad reveló que en 2024 se intensificaron los conflictos armados en el país y las poblaciones vulnerables vivieron actos victimizantes a niveles que no se presentaban desde hace más de ocho años, por lo que es urgente proteger a los civiles y garantizar el cumplimiento del Derecho Internacional Humanitario en todos los niveles.
¿Cuál es el objetivo de la Cicr con la publicación anual de este informe?
El balance humanitario es un documento institucional que el Comité Internacional ha venido sacando por los últimos 7 años, el cual tiene como objetivo principal dar nuestro punto de vista sobre la situación humanitaria partiendo de nuestro conocimiento directo, puesto que trabajamos en las zonas rurales del país y nuestro interés es mostrar la situación en relación con el conflicto armado en Colombia.
¿Cuáles son los alcances que tiene la publicación de este documento en las zonas afectadas?
Lastimosamente este documento trata de poner en el centro la situación en la cual vive la población civil dentro de un conflicto como el de Colombia. El objetivo principal para nosotros es concientizar sobre la problemática y las preocupaciones a las cuales se enfrenta la población civil debido a las luchas armadas.
Nosotros reportamos que ha habido un cambio, un aumento entre 2023 y 2024 en términos de afectaciones como los desplazamientos, sean estos masivos o individuales; la utilización de artefactos explosivos, el ataque contra la misión médica y las desapariciones. Cada una de estas afectaciones humanitarias debido al conflicto armado tienen un impacto diferente según las zonas del país y a nosotros como subdelegación nos interesa entender, comprender y compartir la situación del suroccidente del país, donde lastimosamente en muchas de estas afectaciones se ha visto un aumento y otras que no han incrementado continúan generando afectaciones.
Un caso específico es el de Nariño, donde si bien han disminuido los desplazamientos, continúa siendo una de las zonas más confrontadas con este problema. En el resto del país, en términos de los efectos humanitarios, lo único que estamos viendo es que aumenta en diferentes lugares con diversa proporcionalidad según los efectos.
El informe habla de un deterioro en la situación humanitaria...
A lo largo de los años lo único que vemos es un incremento, pero eso no quiere decir que en el 2025 no habrá un incremento superior al del 2024. Lo que el documento muestra es que a partir de los últimos años el conflicto armado se va desarrollando en términos de intensidad debido a la fragmentación de los grupos, lo que está pasando es que hay mucho más conflicto por términos de territorio y esto implica que las situaciones humanitarias enunciadas en nuestro documento no hacen más que aumentar.
Cabe mencionar que las zonas rurales son las más afectadas y las personas más perjudicadas son las comunidades indígenas, las afrocolombianas y los campesinos.

¿Se puede hacer una previsión de la situación humanitaria en 2025?
Según los números que manejamos y como inició el año en materia de violencia, las confrontaciones no se detendrán y aumentarán. Por ende, si tomamos esto como base de un análisis, podríamos decir que lastimosamente la situación del conflicto va a deteriorarse en el 2025.
¿Cómo se manifiestan las violaciones del Derecho Internacional Humanitario?
Para nosotros como Comité Internacional de la Cruz Roja, el Derecho Internacional Humanitario (DIH) es importante porque es vital que todos los actores que hacen parte del conflicto armado, formen parte del Estado o no, tienen que cumplirlo. Solamente respetando el DIH y excluyendo del conflicto a la población civil podremos mirar en una perspectiva de reducción de estos efectos.
Por eso, para el Comité Internacional dentro de nuestro mandato y nuestra manera de trabajar, es relevante desarrollar, mantener y continuar con un diálogo humanitario confidencial con los diferentes actores dentro de este conflicto. Pero también tratamos de hacer una asistencia a las víctimas y nos ocupamos tratando de crear cierto número de proyectos o de soluciones a estos hechos.
Claro está que todo lo que hace el Comité se coordina con todas las otras organizaciones internacionales y con el Estado.
¿Cómo se logra la articulación con los demás organismos?
El Cicr está desde hace algunas décadas en Colombia, por lo que tenemos muy buen entendimiento y aceptación de las autoridades con respecto a nuestro trabajo, pero sobre todo a nuestra manera de trabajar que parte de la independencia, imparcialidad, neutralidad y confidencialidad.
A nivel de los actores armados, en general nosotros tenemos una buena aceptación y acceso, lo que es muy importante porque si no tenemos una aprobación por todas las partes no tenemos acceso y sin esto no tenemos el diálogo con las comunidades afectadas. Las conversaciones son multidisciplinarias no solamente con el Estado, sino con las otras partes que permiten nuestro trabajo.
En 2024 ocurrieron varios hechos de alarma para el Comité. ¿Cuál es el que más preocupa en el Valle?
Lo que más nos está preocupando tanto en el Valle del Cauca como en todo el país es el uso de artefactos explosivos porque en toda acción de un conflicto se tiene que respetar la proporcionalidad, la distinción y la precaución. Lastimosamente con la utilización de artefactos explosivos es muy difícil esto y las afectaciones topan a la población civil, y no es solamente el tema de que la persona puede perder la vida o un miembro de su cuerpo, también tiene consecuencias económicas para las familias.

En el Valle también nos preocupa la instrumentalización de menores y por eso llamamos a que se respete a las infancias para que los jóvenes no sean integrados a los grupos armados antes de los 18 años. Otro tema que nos preocupa es el desplazamiento.
El informe resalta que el Valle tiene altas cifras de desplazamiento individual ¿En qué se diferencia del masivo?
Sí, el Valle está afectado más por un desplazamiento individual, mientras que el Cauca por uno masivo. La gran diferencia es que cuando hablamos de un desplazamiento masivo se trata de un alto número de personas, puede ser una comunidad completa. El individual es conocido como el gota gota y más complicado de entender y de dar seguimiento porque depende de que las personas se acerquen a cualquier institución a decir que se han desplazado, entretanto pasivamente hay una visión general del movimiento de una población. Al mismo tiempo es mucho más complicado tener esta información y es uno de los fenómenos grandes acá en el Valle del Cauca.
¿Cómo se actúa en casos de desapariciones?
Nosotros siempre respondemos en términos de prevención, pero también tenemos una respuesta inmediata, pues trabajamos a diferentes niveles. Uno de los temas que toca a toda la región es la desaparición, nosotros hablamos de desapariciones en el año 2024 de más o menos 252 personas, de las cuales 206 fueron civiles, 44 miembros de grupos armados y 2 integrantes de la Fuerza Pública. Claro está que esta información no es exacta, puesto que muchos datos sobre los efectos que tiene la violencia no la manejamos en su totalidad, sino que tenemos acceso parcial.
El primer efecto directo de una desaparición es que la persona no necesariamente está fallecida, pues puede continuar viva. Por esta razón la primera cosa que nosotros hacemos es recibir a la familia para tratar de iniciar la búsqueda partiendo del principio de que todas las personas están vivas, aunque también trabajamos en recuperaciones (de cuerpos).
Es importante recalcar que en el tema de desaparecidos no toca solamente a la persona víctima como tal, porque detrás de una desaparición hay muchas más víctimas como los familiares directos e indirectos. Este es un tema que nosotros llevamos muy de cerca porque además de buscar la persona, también tratamos con los seres queridos en términos psicológicos.

Cuando hay desapariciones hay un efecto directo sobre las familias en términos económicos, sobre todo si el desaparecido es el responsable de llevar el dinero a casa o si es padre o madre.
¿Se trabaja con otras instituciones de la Cruz Roja?
Tratamos de tener unas respuestas multidisciplinarias, coherentes y coordinadas tratando de analizar toda la afectación para dar una respuesta lo mejor posible en los diferentes temas que mencioné. En la zona del suroccidente hay muchas necesidades, pero no todas las podemos responder, incluyendo el Estado, por tanto tenemos que estar informados a través de nuestras conversaciones de cooperación con las demás instituciones para saber quién está trabajando, qué y dónde. Eso lo hacemos en particular con parte de nuestra familia de la Cruz Roja Colombiana, en el caso de esta región con la sección Valle.
¿Cómo se puede mejorar la situación humanitaria en Colombia?
El Comité Internacional en todo lo que se refiere a la paz, aunque no participamos de manera directa a partir de nuestro mandato, consideramos que es muy importante y mientras la gente quiera hablar de paz es un alivio para todas las comunidades. Desde el Cicr pensamos que la mejor solución para todo tipo de conflicto es el diálogo.
Nosotros en cada fase de diálogo en términos de paz jugamos un rol mientras las partes nos necesiten, por lo que estuvimos en el 2016, en algunas otras mesas y ahora estamos en las conversaciones en Nariño.
Nuestro rol es de asesoría en términos de Derecho Internacional Humanitario, ya que el conflicto tiene un antes, un durante y un después, proceso en el que está presente el Comité Internacional y puede contribuir a la población civil en términos del respeto del DIH.
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