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Diego Rastrojo; ¿quién es el capo relacionado con el secuestro de Lyan?

La liberación, ocurrida el miércoles 21, fue recibida como un alivio. Pero lo que siguió fue aún más impactante: el rapto del menor estaría ligado a una deuda entre capos.

Diego Perez Henao, alias 'Diego Rastrojo', comenzó su carrera criminal como sicario del cartel del Norte del Valle. | Foto: Carlos Julio Martínez

22 de may de 2025, 09:12 p. m.

Actualizado el 23 de may de 2025, 01:52 a. m.

Durante 18 días, el país entero pidió por la vida de Lyan Hortúa, el niño de 11 años secuestrado el pasado 3 de mayo en su casa del corregimiento de Potrerito, zona rural de Jamundí, Valle del Cauca.

Según reveló la revista Semana, el caso no fue un secuestro cualquiera. El verdadero objetivo habrían sido su madre, Angie Bonilla, o su padrastro, Jorsuar Suárez, un reconocido joyero de Cali. Pero los captores optaron por llevarse al menor, como forma de presión para saldar una antigua deuda que superaría los 37.000 millones de pesos.

La información recabada por distintos medios revela que detrás de este secuestro hay una historia de crimen organizado que se remonta más de una década.

El padre biológico de Lyan, José Leonardo Hortúa Blandón, alias Mascota, era considerado el heredero de la banda narcoparamilitar Los Rastrojos, liderada por Diego Pérez Henao, alias Diego Rastrojo, uno de los capos más influyentes del narcotráfico en Colombia.

Diego Rastrojo y  José Leonardo Hortúa Blandón, padre de Lyan, eran capos del Valle del Cauca.
Diego Rastrojo y José Leonardo Hortúa Blandón, padre de Lyan, eran capos del Valle del Cauca. | Foto: Cortesia para El País

Nacido en 1971, ‘Diego Rastrojo’ comenzó su carrera criminal como sicario dentro del Cartel del Norte del Valle. Su ascenso fue rápido: especializándose en la recolección de coca y el manejo de laboratorios de cocaína, llamó la atención de Wilber Varela, uno de los jefes máximos del narcotráfico.

Cuando Varela entró en conflicto con otro capo, Diego León Montoya, alias Don Diego, fue Diego Pérez Henao quien creó y dirigió el brazo armado que se conoció como Los Rastrojos, ganando la guerra contra Los Machos, la facción rival.

Tras la muerte de ‘Mascota’ en 2013, cuando fue atacado a tiros en un consultorio odontológico en Cali, una disputa interna por esos bienes quedó abierta y sin resolver. En ese entonces, su pareja, Angie Bonilla, estaba embarazada de Lyan.

Tras la extradición de ‘Diego Rastrojo’ en 2012 y el asesinato de ‘Mascota’, quedó una fortuna sin adjudicar. Y más de una década después, esa disputa resurgió.

La familia, al parecer, tuvo que pagar miles de millones por la liberación de Lyan.
La familia, al parecer, tuvo que pagar miles de millones por la liberación de Lyan. | Foto: Montaje de El País.

Un antiguo miembro de Los Rastrojos habría exigido a Angie Bonilla la entrega de bienes que, según él, había dejado ‘Mascota‘. Al explicar que no contaba con nada de eso, habría comenzado la amenaza.

El secuestro habría sido ejecutado por la estructura disidente Jaime Martínez de las FARC, bajo encargo de los antiguos aliados de ‘Rastrojo’.

Durante el cautiverio, el niño fue amarrado durante días, y marcaba con sus uñas las paredes para contar el tiempo.

Sin embargo, según Semana, su vida nunca corrió un riesgo inminente gracias a una compleja red de lealtades criminales: varios capos del Valle, entre ellos alias Pipe Tuluá, Alacrán y Guacamayo, habrían intervenido para exigir respeto por la vida del menor.

Este entramado también explicaría por qué el Gobierno y las autoridades no realizaron un operativo de rescate. “Desde el principio, todos sabían que era una deuda del narcotráfico y no se quisieron meter con eso”, dijo una fuente citada por Semana. “Si al niño le pasaba algo, se nos caía la ciudad (Cali)”, habrían asegurado desde la mesa de rescate, temiendo una guerra entre estructuras criminales si el menor resultaba herido.

Los hechos ocurrieron la mañana de este jueves.
Asesinaron al primo del padrastro de Lyan Hortúa en Cali, quien habría entregado el dinero para su liberación. | Foto: Especial para El País

En paralelo, la familia entregó una suma millonaria, estimada en unos 4.000 millones de pesos, aunque El Colombiano eleva esa cifra a más de dos millones de dólares. Según testigos consultados, quien hizo la entrega del dinero fue Antonio Cuadros, primo del padrastro de Lyan.

Un día después de la liberación del niño, Cuadros fue asesinado a tiros en el barrio Bretaña, en Cali. Las autoridades investigan si su muerte está directamente relacionada con el pago del rescate.

Angie Bonilla, ahora influenciadora en redes bajo el nombre Barbie Vanesa, ha intentado dejar atrás su pasado, pero los vínculos de su expareja parecen haberla alcanzado. Tanto ella como su esposo niegan cualquier relación con actividades delictivas. “No tenemos negocios turbios”, afirmó el padrastro en un comunicado.

Por ahora, Lyan se recupera del trauma mientras su caso destapa una verdad incómoda: en el suroccidente del país, los ecos del narcotráfico aún definen la vida —y la muerte— de muchos.

Periodista web en elpais.com.co, comunicador social y periodista, con énfasis en reportería para distintas fuentes de información.

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