Economía
Todos somos Frisby
La usurpación de marcas afecta a las empresas colombianas.

16 de may de 2025, 05:13 p. m.
Actualizado el 16 de may de 2025, 05:13 p. m.
Por: Emilio José Archila, abogado, columna de opinión
Frisby, nuestra querida empresa colombiana, denunció que en España un avivato está usando su marca y el personaje ‘Pollo Frisby’ sin autorización. Y, más grave, que esos otros promocionan franquicias, sin poder hacerlo. Ahora notamos que la marca Pony Malta también estaría en riesgo. Esas afrentas afectan a las empresas colombianas. Pero, si no se para ahí y se abre un antecedente para que se repita, se afectarán todos nuestros empresarios, los consumidores y el adecuado funcionamiento de la economía.
Expliquemos: Los empresarios a través de la propiedad industrial trasmiten la calidad de sus productos, la dedicación a sus consumidores, años de investigación y depuración de sus productos y servicios, inversiones en tecnología que llevan a mejorar, la permanente capacitación de sus colaboradores y el ingenio de sus creadores para encontrar operaciones que responden más precisamente a las cambiantes y elevadas expectativas de quienes los prefieren.
Se perderían para los consumidores esos distintivos que son la garantía de que, cuando adquieren los productos que llevan la marca, son del proveedor en que creen y que tendrán las condiciones que esa compañía asegura. Macroeconómicamente, es la manera como se premia a los mejores. Es como el Estado le asegura, a quien ha logrado en libre competencia la preferencia de los adquirentes, que será a esa empresa a quien los consumidores favorecerán con sus compras, dinamizando de ese modo la deseable pugna entre competidores y un funcionamiento eficiente del aparato productivo.
Afortunadamente para proteger a Frisby y a todos nosotros, existen las disposiciones sobre propiedad industrial y también las de competencia desleal.
De una parte, Frisby tendrá la oportunidad de demostrar que sí ha usado su marca y que por ello no prospera la petición del usurpador de que se le cancele en España la marca legítima. Adicionalmente, se deberá pedir, ante la Justicia Ibérica y de la Unión Europea que, por el contrario, se anule la marca irregular. En ello bien vale la pena que se revise si el accionar del usurpador fue de mala fe, como podría ser y, si ello fue así, tendrían una causal adicional para alegar.
La ley de competencia desleal de España es bien parecida a la nuestra y podría analizarse si el actuar de ese avivato estaba aprovechando la fenomenal reputación que Frisby tiene en el mercado, para que, por ser eso competencia desleal, un juez impida que se continúe con esa estrategia parásita y se ordenen los perjuicios correspondientes.
Dadas las terribles consecuencias que ese mal ejemplo ya está trayendo, debemos arropar a Frisby y sus dueños, alentar a la Superintendencia de Industria y Comercio para que exponga frente a los homólogos de España las razones por las cuales se equivocaron al otorgar al usurpador un derecho y a la Agencia de Defensa del Estado para que, con el MinIndustria afinen los mecanismos de colaboración internacional.