Cultura
Sábado Santo, un día de silencio y reflexión para los cristianos: ¿cuál es la oración?
Se trata del tercer día del Triduo Pascual, en el cual los cristianos conmemoran a Jesús de Nazaret en el sepulcro y su descenso al abismo.

El Sábado Santo, también conocido en la fe como sábado del silencio o Sábado de Gloria, es el nombre que los cristianos dan al día anterior a la Pascua. Este día es parte integral de la Semana Santa y, en concreto, de la celebración del Triduo Pascual, centro de todo el año litúrgico, que conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesús.
Tras conmemorar el Viernes Santo la muerte de Jesucristo en la cruz, el Sábado Santo contempla el misterio de Jesús en el sepulcro y su descenso al abismo (a los infiernos), en espera de la resurrección, que se celebra el domingo siguiente, en la Pascua.

La celebración de la resurrección de Cristo comienza al final del sábado, al anochecer (por lo que litúrgicamente se considera ya Domingo de Pascua), con la principal celebración cristiana del año: la Vigilia Pascual.
No hay eucaristía
El Sábado Santo es un día de luto y silencio por la muerte de Cristo. Ese día no se celebra la eucaristía, al igual que el Viernes Santo. La comunión puede darse en casos excepcionales. Tampoco se celebra el matrimonio, ni administrar otros sacramentos, a excepción de la penitencia y la unción de enfermos.
En las Iglesias, se expone la imagen de Jesucristo crucificado o en el sepulcro, o descendiendo a los infiernos, para veneración de los fieles y además porque ilustra el misterio del Sábado Santo.
También se recuerda la soledad de María después de llevar al sepulcro a Cristo, quedando en compañía del apóstol Juan.

Como no se celebra misa durante el día, se suelen predicar retiros espirituales, y en muchos lugares también los sacerdotes durante el día atienden confesiones.
Asimismo, es costumbre en algunos templos el rezo de la Liturgia de las Horas por parte de los clérigos con participación de fieles laicos.
Antes de la reforma litúrgica de la Semana Santa acometida por el papa Pío XII a mediados del siglo XX, este día recibía el nombre de Sábado de Gloria, pues la celebración de la Resurrección (la Vigilia Pascual) tenía lugar ya en la mañana del sábado.
Con la reformas de Pío XII, se redujo la duración del ayuno eucarístico y se restauró la celebración de la Vigilia a la noche.
El Sábado Santo es, por tanto, un día de dolor y tristeza que se destina para el silencio, luto, y reflexión, así como lo hicieron en el sepulcro María y los discípulos.

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