Cultura

Cumbre Mundial de Parteras en Cali: historias de mujeres que practican este oficio ancestral en diferentes culturas

El evento histórico se realizó en Cali, con 300 parteras invitadas de 16 países.

CONGRESO INTERNACIONAL DE PARTERAS EN CALI
La maestra Rosmilda Quiñones, partera de 75 años, fundadora de la Asociación de Parteras Unidas del Pacífico Colombiano. | Foto: Bernardo Peña/El País

24 de jul de 2025, 07:04 p. m.

Actualizado el 25 de jul de 2025, 03:45 p. m.

Hasta finales del Siglo XIX en las naciones más desarrolladas de Europa y Norteamérica, las mujeres embarazadas eran asistidas en sus alumbramientos por comadronas, o parteras como se conocen en Latinoamérica.

Debido a que la profesión médica no había implementado los recientes descubrimientos de la teoría microbiana en su práctica, es decir, no contaba con códigos de higiene para prevenir infecciones, algo que las parteras en su milenaria sabiduría ya manejaban con eficacia, las tasas de mortalidad en gestantes atendidas por médicos era muy superior, a la de las mujeres atendidas por parteras.

De acuerdo con investigaciones históricas, las mujeres preferían dar a luz en sus casas con una partera, antes que ser llevadas a un hospital donde temían adquirir alguna enfermedad mortal.

El médico vienés Ignaz Philipp Semmelweis, quien incorporó el lavado de manos y la asepsia en las salas de parto, fue uno de los primeros del gremio en reconocer la sabiduría de las parteras. Pero, esto no impidió que con la consolidación de la medicina occidental, la partería, uno de los primeros oficios de la humanidad, fuera relegada y denigrada como un saber superado.

Firma manifiesto de parteras
Durante la Cumbre Mundial de Parteras se redactó y firmó un manifiesto político de la partería como pilar de la salud intercultural y el cuidado. | Foto: Andrés Molano

“La partería es milenaria, siempre ha estado en los territorios. Es una práctica natural que respeta los ciclos de la vida, de la mujer y la naturaleza, pero hay una discriminación sostenida en el tiempo hacia estos saberes, un sistema biomédico que no reconoce y no sabe cómo trabajamos en comunidad, cuál es nuestra relación con las plantas medicinales con nuestra espiritualidad, por esa ignorancia nos tildan incluso de brujas”, expresa Liceth Quiñones, partera tradicional de Buenaventura y presidenta de la Federación Nacional de Parteras Afrodescendientes colombianas.

Durante siglos, en la Edad Media, luego por la Inquisición y las persecuciones puritanas en Estados Unidos, ellas fueron proscritas, no obstante, en muchas comunidades indígenas y afrodescendientes, sobre todo de América Latina, resistió este oficio.

En este contexto, Colombia es uno de los países referente en salvaguarda de la partería tradicional, puesto que en 2017 incluyó este oficio practicado por las comunidades afro del Pacífico en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación, siendo pionera en el reconocimiento.

Apenas, para 2023, la Unesco exaltó los saberes asociados a la partería tradicional en su lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Como parte de ese proceso de reivindicación, la Vicepresidencia de Colombia y el Ministerio de la Igualdad realizaron la Primera Cumbre Mundial de Parteras en Cali, con más de 300 parteras representantes de 16 países, como Francia, Estados Unidos, Togo, México, Puerto Rico, República Dominicana, Haití, Honduras, Salvador, Guatemala, Venezuela, Perú, Ecuador, Chile, Alemania, Brasil, Argentina y Colombia.

Cali fue epicentro de la primera Cumbre Mundial de Parteras | El País Cali

El evento generó dinámicas para compartir saberes, establecer lazos de cooperación entre parteras de diferentes continentes que, de otra forma, jamás habrían estrechado relaciones.

Además, la Cumbre Mundial dejó como hito histórico un “manifiesto político de las parteras tradicionales e independientes como pilar de la salud intercultural y del cuidado de la vida”, documento firmado por todas las delegadas y la vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez, quien en el acto destacó que su madre es una reconocida partera del Cauca y, en su familia, su hermano está continuando el legado.

Para la maestra Rosmilda Quiñones, matrona de 75 años, fundadora de la Asociación de Parteras Unidas del Pacífico, “hace 37 años que nos unimos para conservar y transmitir esta sabiduría ancestral, me siento feliz de que hoy tengamos reconocimiento y haya una federación que une a las parteras de todo el país, afros e indígenas, somos patrimonio de la humanidad”.

Liceth Quiñones

CONGRESO INTERNACIONAL DE PARTERAS EN CALI
Liceth Quiñones, presidenta de la Federación Nacional de Parteras Afrodescendientes. | Foto: Bernardo Peña/El País

Partera tradicional de Buenaventura, a sus 37 años es la continuadora del legado en su familia, puesto que su madre es Roslmida Quiñones, la reconocida ‘Mamá Minda’. Es la actual presidenta de la Federación Nacional de Parteras Afrodescendientes de Colombia.

Para Liceth, la partería ha venido ganando terreno y estableciendo acuerdos con la medicina occidental, “porque en este gobierno se abrieron espacios de diálogo y a partir de la sentencia T-128 del 2022, la Corte Constitucional reconoció nuestra medicina ancestral y determina que el Ministerio de Salud debe articular la partería al sistema de seguridad social, con lo que ya hemos establecido rutas de atención materna con enfoque intercultural”.

María Nidia Julicue Ñuscue

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María Nidia Julicue Ñuscue, partera nasa. | Foto: Bernardo Peña/El País

Partera tradicional de la cultura nasa, ejerce su profesión desde hace 40 años en el Resguardo San Francisco de Toribío (Cauca). De acuerdo con la cosmovisión de su pueblo, a los 15 años supo que sería partera porque el don llegó a través de un sueño, solo pudo ejercerlo a los 20 años, cuando el Kiwe the’ o médico indígena, la “armonizó”. Cada cierto tiempo deben realizarse limpiezas de espíritu para no afectar los nacimientos. Por su labor no tiene retribución monetaria, sino lo que comparten con ella los familiares del recién nacido, como comida y animales.

“Ahora atiendo partos en casas y en el hospital cuando me llaman, porque ya tienen salas de parto interculturales y cuando llegan mujeres de nuestra comunidad piden parteras”.

Clelia Valentina Quiñones

Clelia Quiñones, partera.
Clelia Quiñones, partera de Buenaventura. | Foto: Andrés Molano

Partera tradicional de Barbacoas (Nariño), aunque ejerce su oficio en Buenaventura, es la hermana menor de ‘Mamá Minda’, de quien aprendió el oficio. Aunque al principio no veía la partería como una profesión, “porque no les pagaban”, un día acompañó a su hermana y vio cómo curaba a una embarazada que estaba “tramada” y no dejaba salir al bebé.

“Yo no tuve hijos, pero he traído cientos al mundo junto con mi hermana, hemos atendido partos, no solo en las comunidades afro, nos han llamado de grandes ciudades como Cali, Bogotá, Medellín y Santa Marta, y en comunidades del Amazonas”, cuenta Clelia.

En la actualidad, ‘Mamá Minda’ tiene su propio nicho en Cali para atender partos, y en Buenaventura tienen una casa de partos tradicionales que dirige Clelia con otras parteras.

Dora Lucía Méndez Alfonzo (México)

CONGRESO INTERNACIONAL DE PARTERAS EN CALI
"Nosotras como parteras tradicionales indígenas no solo atendemos partos, también atendemos muchas otras cosas que tienen relación con la salud física, espiritual y psicológica en nuestras comunidades, es una atención integral acorde a nuestras culturas”, Dora Lucía Méndez Alfonzo, partera mexicana. | Foto: Bernardo Peña/El País

Partera tradicional del pueblo indígena tzeltal, ubicado en la comunidad de Rosas, en el estado de Chiapas. Dora Lucía, de 35 años, hace parte de un movimiento reconocido por el Estado que integra 42 municipios y 600 parteras mexicanas. Desde esta organización adelantan una agenda para la Defensa y Promoción de la Partería y alianzas con parteras de diez países del continente americano.

“Desde foros en la ONU, buscamos que la OMS y la OPS revisen las normativas donde afirman que la partería tradicional no es una condición segura para las mujeres, esas políticas no obedecen a la verdad, mucho menos en las poblaciones sin acceso a instituciones de salud”.

Camille Denoy (Francia)

Partera francesa
Partera y doula francesa, Camille Denoy. | Foto: Andrés Molano

Vive en París, pero lleva más de 10 meses en Medellín. Partera y doula, inició su formación en Francia, rescatando saberes casi extintos en Europa, y preparándose con parteras tradicionales de Colombia, Perú y Ecuador. Hace parte de un movimiento que busca reivindicar la partería en un país desarrollado donde está completamente restringido el alumbramiento a los centros de medicina occidental; quien realice un parto fuera, puede ser procesado penalmente.

En Francia existen solo ocho casas de parto, ubicadas en hospitales donde es permitido el acompañamiento de doulas, uno de ellos en París, donde trabaja Camille.

“En Colombia, con las políticas de parto intercultural, están más avanzados que en Francia, donde no tienen en cuenta muchos aspectos del embarazo que afectan a las mujeres y que las parteras tratan”, afirma.

Periodista y escritor, entre sus publicaciones destaca el volumen de ensayos ‘Libro de las digresiones’. Reportero con experiencia en temas de cultura, ciencia y salud. Segundo lugar en los Premios Jorge Isaacs 2022, categoría de Ensayo.

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