San Judas Tadeo se destaca entre los santos más venerados debido a los milagros que concede a devotos. Es conocido como el patrón de las causas desesperadas, atrayendo a millones de creyentes en todo el mundo que buscan alivio para sus preocupaciones más urgentes. Pero, ¿cuál es la razón detrás de esta devoción y qué milagros se le atribuyen?

Según el padre John Lozano, del Santuario Nacional de San Judas, este santo es uno de los más fervorosamente adorados, aunque su historia no es tan conocida como la de otros santos. Como uno de los doce apóstoles y primo de Jesús, San Judas Tadeo Tuvo una estrecha relación con el Mesías desde su infancia. Aunque no se menciona mucho de él en los evangelios, se cree que fue autor de la Carta de Judas en el Nuevo testamento, donde se resalta la importancia de la fe.

La devoción hacia San Judas Tadeo se fortalece por su martirio y compromiso con la evangelización. Se dice que fue perseguido, arrestado y finalmente martirizado en Persia por proclamar el evangelio. Su cercanía con Jesús lo convierte en un intercesor poderoso para aquellos que enfrentan situaciones difíciles.

La razón por la cual los creyentes acuden a San Judas Tadeo en momentos de necesidad radica en su supuesta capacidad para interceder ante Dios en favor de las causas imposibles. Según la Agencia Católica de información y Santa Brígida de Suecia, Jesús habría recomendado recurrir a él para obtener ayuda en situaciones complejas.

A pesar de su gran reconocimiento actual, San Judas Tadeo no siempre fue considerado como un santo milagroso. Durante mucho tiempo, fue confundido con Judas Iscariote, el apóstol que traicionó a Jesús. Sin embargo, su papel como defensor de las causas difíciles ha ganado reconocimiento en los últimos tiempos.

Es importante destacar que el nombre de “Tadeo” se refiere a su valentía y generosidad, y se le representa con un medallón en el pecho para distinguirlo de Jesucristo, cuya imagen se asemeja mucho a la suya debido a su parentesco.

Oración al abogado de los casos desesperados

Apóstol gloriosísimo de Nuestro Señor Jesucristo, aclamado por los fieles con el dulce título de abogado de los casos desesperados, hazme sentir tu poderosa intercesión aliviando la gravísima necesidad en que me encuentro.

Por el estrecho parentesco que te hace primo hermano de Nuestro Señor Jesucristo, por las privaciones y fatigas que por Él sufriste, por el heroico martirio que aceptaste, gustoso por su amor, por la promesa que el divino Salvador hizo a Santa Brígida de consolar a los fieles que acudiesen a tu poderosa intercesión.

Obtenme del Dios de las misericordias y de su Madre Santísima la gracia que con ilimitada confianza te pido a Ti, Padre mío, bondadosísimo, seguro que me la obtendrás siempre que convenga a la gloria de Dios y bien de mi alma. Así sea.

Glorioso Apóstol San Judas Tadeo, ruega por nosotros. (Repetir 3 veces)

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.