CALI
Se cansaron de la bulla y el desorden: habitantes de San Antonio piden medidas para frenar el caos en su barrio
Habitantes del barrio San Antonio piden a las autoridades más controles para preservar el patrimonio.
Invasión del espacio público, destrucción del patrimonio cultural, inseguridad y altos niveles de ruido de los establecimientos comerciales son algunas de las problemáticas que los habitantes del barrio San Antonio llevan denunciando desde hace varios años.
En la reciente edición de Protagonistas en Vivo de El País, la comunidad dio a conocer las inconformidades que se tienen y por lo cual afectan la tranquilidad del sector. De igual manera, hicieron un llamado a las autoridades competentes para que den una oportuna respuesta.
El arquitecto y coordinador del Comité de Patrimonio de la JAC de San Antonio, Diego Carrejo, explicó que este sector está protegido como barrio patrimonial desde 1958, por lo que las dinámicas de construcción y comercio deben ser especiales.
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“El Plan de Ordenamiento Territorial, POT, dice que el barrio es residencial neto, pero permite algunos usos complementarios que deben estar ubicados solamente en la Calle 2 y en la Carrera 10, pero eso no está siendo cumplido”, comentó Carrejo.
El líder comunal también indicó que, según las normas de protección patrimonial, “los establecimientos ubicados en esas zonas que mencioné solo pueden tener la actividad comercial en el 25 % del predio y el otro 75 % debe ser residencial, con el fin de conservar el valor histórico del predio, pero esto tampoco se cumple”.
De acuerdo con la Junta de Acción Comunal del bario San Antonio, alrededor del 75 y 80 % de las viviendas son residenciales.
Estos incumplimientos, según la comunidad, han llevado a que el sector se convierta en un total caos, pues cada día, el barrio se llena de más establecimientos comerciales que no cumplen con las normas de convivencia y no respetan el espacio público, ya que los vehículos que visitan estos lugares se estacionan de lado a lado de la calle y también en los andenes.
“No estamos en contra del desarrollo comercial y económico, estamos en contra del desorden que se vive en las calles y el atentado que están haciendo a la infraestructura patrimonial. Queremos que haya un control en las vías y en los permisos de remodelación de las viviendas”, dijo Samuel Castro, presidente de la Junta de Acción Comunal de San Antonio.
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Por su parte, Adriana Bedon, secretaria de patrimonio de la JAC de San Antonio, manifestó que hay mucha preocupación por parte de la comunidad debido al deterioro del patrimonio arquitectónico y al abandono que han sentido por parte de los entes de control.
“Siendo este el último barrio patrimonial de Cali amerita que lo cuidemos. El patrimonio cultural es importante porque transmite distintos valores y mensajes históricos, artísticos, religiosos, sociales, simbólicos, etc, que contribuyen a darle valor a la vida de las personas”, dijo Adriana Bedon.
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Al respecto, José Calle, subsecretario de Inspección, Vigilancia y Control, comentó que en conjunto con otros organismos de control, han atendido a las quejas y reclamos de la comunidad en relación con los establecimientos comerciales que impactan negativamente el entorno.
“Revisamos los documentos de los negocios alrededor de la colina de San Antonio, la mayoría están en orden, el ruido lo han reducido, cumplen con norma de utilizar solo el 25% de la vivienda para actividades comerciales”, expresó el funcionario.
Agregó que las irregularidades encontradas en algunos restaurantes se les levantó un acta de verificación que fue entregada al inspector de policía de la zona para que realice el debido seguimiento.
“Intervinimos un puesto de comidas rápidas que invadía el espacio público al lado de la Iglesia de San Antonio, también cerramos dos establecimientos que no cumplían con los parámetros exigidos”, enfatizó el Subgerente José Calle.
Pérdida del carácter patrimonial
Las remodelaciones, ampliaciones y modificaciones que se realizan internamente y externamente en las edificaciones comerciales alteran de forma original la arquitectura colonial, acabando con el patrimonio cultural, expresan los habitantes de San Antonio.
Quienes agregan que no esta permitido agregar más de dos pisos a las viviendas, pues al sobrepasar el nivel de altura permitido producen un impacto negativo en términos urbanísticos y estéticos y una posible afectación al entorno.
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El arquitecto Diego Carrejo, explicó que sí se pueden mejorar las edificaciones, siempre y cuando se mantenga el estilo inicial.
“No nos oponemos a los establecimientos, lo que pedimos es que se haga bajo las regulaciones necesarias, teniendo en cuenta que este es un barrio patrimonial”, dijo Paola Lenis, habitante y coordinadora del comité de comunicaciones del barrio.
De igual manera, Jorge Gamboa, vecino del sector, expresó que muchas veces las autoridades al favorecer el comercio dejan a un lado el cuidado de lo tradicional. “Vienen a explotar el barrio sin sentido de pertenencia”.
Invasión del espacio público
Los andenes, antejardines, calles y demás espacios públicos se convirtieron en el parqueadero de los restaurantes.
Como consecuencia, los andenes ya están acabados y destruidos.
Además, dificulta el tránsito de otros vehículos como el camión de la basura que al toparse con las calles llenas de carros al lado y lado, se abstiene de pasar por todas las cuadras. Asimismo, afecta la circulación de los peatones.
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“Una vez abrí la puerta de mi casa y tenía un carro ahí parqueado invadiendo mi propiedad, no había nadie alrededor para pedirle que lo retirara, ya uno no puede salir y entrar a la vivienda con tranquilidad”, comentó Jorge Gamboa, habitante del sector.
Por su parte, el presidente de la JAC, Samuel Castro, dijo que una posible solución sería la creación de un valet parking acondicionado en los parqueaderos que se encuentran alrededor de la Colina de San Antonio.
Exceso de ruido
La comunidad denunció que está siendo altamente afectada con el ruido de los establecimientos comerciales hasta altas horas de la noche, ya que, en su mayoría, no cuenta con la insonorización, por lo que el sonido se filtra por las paredes de las viviendas, impidiendo el descanso de las personas.
“Cuando colocan música muy fuerte podemos escucharla como si estuviera en el interior de nuestra casa. Es agobiante porque los días que uno quiere descansar no se puede, incluso a veces toca llamar a la policía para que nos colabore con el exceso de ruido”, dijo Yeimmy Cárdenas.
Piden que se establezcan unos horarios a los negocios que no sobrepase la medianoche y que así permita mantener la tranquilidad de todo el sector y su residentes.