6024455000Valle del Cauca
Familias en Cartago viven drama por desaparición de sus niños y jóvenes ¿Quién los tiene?
Detrás de las desapariciones y asesinatos de menores y jóvenes en la población del norte del Valle, estaría una banda criminal. Una pareja que logró sobrevivir, contó macabra experiencia.
La desaparición forzada y muerte de jóvenes y menores de edad en Cartago, en el norte del Valle del Cauca, se viene presentando desde el 2022, pero aumentó exponencialmente en el 2023, donde cabe resaltar dos hechos particulares: todas las víctimas han sido menores de edad y en tres de los casos han desaparecido en pareja, es decir, niño y niña.
No obstante, a la fecha solo se han recuperado 4 cuerpos de las víctimas menores edad desaparecidas el año pasado, pero de los jóvenes ningún cuerpo, según información suministrada por los familiares.
Aunque el reclutamiento de menores se ha extendido a varios municipios del sur, centro y norte del departamento, al parecer, lo que sucede en la Villa de Robledo estaría más asociado al actuar de una banda criminal en particular que no solo estaría usando y utilizando a los menores y jóvenes para la distribución, tráfico y venta de estupefacientes, sino también para explotación sexual y actividades violentas.
Asimismo, la mandataria pidió a la Fiscalía celeridad en las investigaciones y se reunió con el Fiscal General de la Nación, Francisco Barbosa, y el Ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, buscando apoyo para atender los graves problemas de orden público que afronta la región.
¿Homicidios en serie?
Mientras la secretaria de Convivencia y Seguridad del Valle, Ana María Sanclemente, anunció un equipo especializado por parte de la Fiscalía General de la Nación para esclarecer las extrañas desapariciones y muertes de jóvenes y menores en Cartago, surgen algunas hipótesis muy preocupantes.
Un funcionario, que prefirió omitir su nombre, reveló que en este municipio tienen injerencia tres bandas criminales: Los Flacos, La Cordillera y Nueva Generación. Esta última al parecer tendría una conexión con el Clan del Golfo, lo cual está siendo investigado. “Parece ser que hay unos hombres, son varios, que están financiados por una de esas bandas que hacen ese tipo de cosas (desapariciones y homicidios) y es seriado, es algo así como lo que había con Garavito, en la mayoría de casos, porque hay uno que parece ser que tiene otras conexiones, pero esa es la hipótesis, aunque hay muchas”. Y agregó: “Pero parece ser que ese grupo que hace ese tipo de cosas tiene alguna relación con alguna banda, aunque no se sabe cuál es la banda que está detrás de eso. Parece ser que algunas desapariciones y muertes tienen que ver con economías ilícitas”, expresó el hombre.
Por último, sostuvo que una pareja que logró escapar de sus captores el año pasado, reveló que los drogaban y obligaban a tener relaciones sexuales mientras los observaban y luego, al parecer, los llevaban a matarse entre ellos. Este sería el actuar delictivo de este grupo.
De ahí la urgencia de una intervención no solo regional sino nacional e internacional para brindar una atención integral a la población juvenil y a los padres de familia con el fin de salvar a los menores y jóvenes vulnerables de Cartago.
Según datos de la Secretaría de Convivencia y Seguridad Ciudadana del Valle, hasta el momento se tiene conocimiento de la desaparición de 7 menores de edad y cinco jóvenes entre los 20 y 21 años. (Ver gráfico).
Las víctimas
Paola García es la madre de John Fredy Londoño García, de 21 años, desaparecido desde el 14 de septiembre de 2022, luego de salir de su casa al mediodía a trabajar en Villa Vueltas, una empresa de domicilios. Salió en compañía de un amigo. Su última conexión a WhatsApp fue a la 1:48 de la tarde. Desde entonces no volvieron a tener noticias suyas.
Doña Paola acudió al Comando de la Policía a poner el denuncio. Allí hicieron un informe y luego le dijeron que la Fiscalía de Buga se encargaría del caso.
Ese mismo año, el 18 de diciembre, una joven identificada como Yeannis Sierra Flórez, de 21 años, desapareció cuando cruzaba el puente de La Máquina, ubicado entre Cartago y Puerto Caldas, un corregimiento de Pereira, Risaralda, donde vivía con su madre. De ella, pocos días después, en este mismo sitio, solo se encontraron sus zapatos y algunos objetos personales. Pero fue el 3 junio del año pasado donde la desaparición de dos menores de edad prendió las alarmas sobre este fenómeno silencioso que ya venía dejando un saldo mortal.
Se trataba de Daniela Santiago y Nicolás Aristizábal Gómez, de 17 y 18 años, respectivamente, cuyos cuerpos fueron hallados desmembrados en una laguna de Cartago, en inmediaciones del Batallón Vencedores y un monasterio de la localidad.
Cuando aún la población no salía de la conmoción generada por este crimen, Carlos Andrés Salazar, de 16 años, y Daira Alejandra Betancur, de 12, desaparecidos el 19 de octubre, fueron encontrados muertos tres días después, muy cerca de la Institución Educativa Indalecio Penilla donde fue la última vez que se les vio con vida.
Dos meses más tarde, el 19 de diciembre, otros dos menores fueron reportados como desaparecidos. Se trata de Isis Sánchez, de 15 años, y Jean Pool Hernández, de 16, quienes salieron a un parque de la urbanización El Diamante y hasta ahora se desconoce su paradero.
