Valle
Así es como cinco vallecaucanas trabajan desde sus roles por la equidad de la mujer afrodescendiente; conozca sus historias
Desde escenarios deportivos, salas de juntas y aulas de clase, cinco hijas de este departamento mantienen su lucha por la igualdad y la no discriminación. Empoderamiento.
26 de jul de 2025, 12:11 p. m.
Actualizado el 26 de jul de 2025, 12:11 p. m.
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Entre rizos, patrones y colores vivos, las vallecaucanas afro se han encargado de hacer valer su identidad cultural desde distintos puestos de representatividad en Colombia.
Acompañadas de un legado histórico, ellas han arrasado con las barreras que se han impuesto en su camino, las mismas de las que les hablaban sus padres cuando apenas tenían la edad de quien no puede estudiar a fondo las complejidades que rodean la sociedad.
Aunque por siglos el tener mayor cantidad de melanina en la piel ha sido sinónimo de discriminación, hacer un alto en el camino y abandonar sus sueños no es ni será opción para estas mujeres afrodescendientes.
Su lucha, su perseverancia y su valentía es tal, que cada 25 de julio son conmemoradas a través del Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente, también conocido como Día de la Mujer Afrolatina, Afrocaribeña y de la Diáspora.
En todo caso, un llamado a romper brechas de desigualdad y racismo.
Estas son cinco historias de mujeres que han representado a su comunidad desde distintos roles.
La academia como principio
Desde los libros y la formación académica, Aurora Vergara ha basado su profesión en promover una educación con perspectiva étnico-racial y de género, al tiempo que visibiliza la resistencia que ha caracterizado a toda una población.
Nacida en Cali, destacó a nivel nacional por ser la primera mujer afro en ser Ministra de Educación, pero su excelencia académica también la ha llevado a ser merecedora de distinciones y becas.
Así mismo, la participación en espacios por y para las afrocolombianas permitieron que en 2024 fuese reconocida como una de las mujeres más poderosas de Colombia por la revista Forbes, y que en 2023 se destacara como la ‘Afrocolombiana del Año’ en el sector público, por la Fundación Color de Colombia y el periódico El Espectador.
A su juicio, pese al gran trabajo hecho por las lideresas, las organizaciones sociales y las funcionarias, aún falta mucho recorrido para visibilizar la labor de la mujer afro en las comunidades.
Vergara sostiene que esta conmemoración “debe ayudar a impulsar una agenda global para reducir las desigualdades que aún persisten en salud, educación, empleo y participación política”.
Además, afirma que “la discriminación es una realidad que muchas mujeres afrodescendientes enfrentamos, incluso en espacios profesionales y académicos”.
No obstante, esa experiencia no ha significado un alto en su camino, pues menciona que le ha aportado “insumos valiosos” para comprender las dimensiones sociológicas del racismo como fenómeno social.
Desde su rol en lo público, Vergara ha liderado la implementación de programas que garantizan acceso a educación, empleo digno y participación política de las mujeres afrodescendientes.
Ahora, en la Universidad de Harvard, la académica se desempeña como investigadora visitante sobre las desigualdades globales.
Los rizos, un grito de identidad
A su paso por los medios de comunicación, Mabel Lara marcó un antes y un después en quienes se veían representadas en ella. ¿La razón? Lucir su cabello al natural ante la televisión nacional.
Pese a los estereotipos de ese entonces, la periodista tomó la decisión de “romper los techos de cristal”, dejar la plancha de cabello a un lado y hacer valer su identidad frente a todo un país.
Aunque es oriunda de Puerto Tejada, municipio del Cauca, no duda en asegurar que Cali fue la ciudad que la adoptó y que le permitió abrirse puertas en su profesión.
Sus inicios en el periodismo reposan en los archivos de Caracol Radio. Después pasó por Telepacífico, canal con el que ganó un Premio Simón Bolívar, y luego escaló a la televisión nacional.
De hecho, la forma en la que se desenvolvió en los medios de comunicación la hizo merecedora de ocho premios India Catalina, ganados consecutivamente. “Es un hito muy importante para quienes venimos abriendo espacio en donde no tenía casi representación la mujer afrodescendiente”, menciona.

Ser víctima de discriminación tampoco fue una piedra en el zapato para que la comunicadora dejara a un lado su deseo de sentarse en la mesa de toma de decisiones y llegara a la política.
Actualmente tiene dos secretarías de la Alcaldía de Cali a su cargo: la de Desarrollo Económico y la de Turismo.
“Cuando uno tiene claridad de dónde viene, puede proyectar su futuro, y eso ayuda a romper las barreras a las que mujeres como nosotras podemos estar atadas”, señala la funcionaria.
Resistencia en patinódromos
Con una sonrisa deslumbrante, la caleña Gisell Alejandra Caicedo sueña con escribir su nombre en las páginas doradas del patinaje nacional, donde otras mujeres afrocolombianas han marcado la gloria del país en el deporte.
Con tan solo 15 años, ha logrado consolidarse como una figura representativa del patinaje de velocidad, siendo seis veces ganadora del Campeonato Nacional Interligas, dos veces ganadora de la Copa Europea de Patinaje y se colgó una medalla de oro en el Campeonato Panamericano de Naciones de Patinaje de Velocidad 2025.
Los patinódromos de la Liga Vallecaucana forjaron el talento de esta joven promesa, que ha sobresalido en pistas nacionales e internacionales.
Su familia, su pilar, es el motivo por el que Gisell ha dejado las excusas a un lado y le ha dado cabida a la disciplina y a la fe.
Fueron sus padres quienes, de pequeña, la instruyeron sobre la discriminación racial y la desigualdad, un panorama al que se enfrentaría a corta edad.
“Hay momentos en que los comentarios de la gente para referirse a uno, y su forma de hablar, no han sido los correctos”, relata y afirma que esa situación no es impedimento para combatir la desigualdad en el país.
En su opinión, esta lucha no es sencilla y el silencio generalizado a veces juega en contra, pero plantea que desde el deporte es posible hacer valiosos aportes para eliminar la discriminación.
Sobre el Día de la Mujer Afrocolombiana, expresa que una fecha no basta para reconocer una historia que ha cruzado fronteras desde hace siglos.
“La sociedad no es consciente de sus actos y, pese a que pueden celebrar y apoyar a través de las redes, al otro día se les va a olvidar la importancia de las mujeres afros en la sociedad”, declara.
Los patinódromos continúan siendo los lugares favoritos de Gisell, quien ahora se prepara para derrochar talento en la Selección Colombia Juvenil, clasificación que aseguró tras su paso por el Campamento Nacional Selectivo de Patinaje de Velocidad.
Abanderada de la cultura
Tener la excelencia como base fundamental de su vida fue lo que le permitió a Angélica Mayolo cumplir cada meta trazada en su libro de sueños.
Bonaverense de nacimiento y caleña por adopción, es profesional en derecho y llegó a ser Ministra de Cultura en el 2021, uno de sus tantos logros.
De hecho, al pasar por esa cartera, pudo condecorar, en el Día de la Mujer Afro, a varias congéneres que han dejado su legado en la cultura nacional.
Su hoja de vida también enmarca un recorrido por el Gobierno local, donde fungió como secretaria de Desarrollo Económico de Cali y fue asesora de la COP16, uno de los eventos más importantes en la historia de esta capital.

Para Angélica, resulta preocupante que las mayores tasas de desempleo, mortalidad materna y limitación de la educación superior las registren las mujeres afrodescendientes.
Además, la jurista insiste en la urgencia de que haya más representación de la mujer afro en el sector productivo, en el mundo de la ciencia, la tecnología y la innovación: “Necesitamos más mujeres negras en el sector privado y productivo, gerenciando empresas, generando oportunidades económicas, ahí está el reto de nosotros”.
Ella fue la octava mujer afrodescendiente que alcanzó un lugar en el Gobierno Nacional y, si bien lo cataloga como un logro, destaca que esta cifra se alcanzó después de más de 200 años de república.
La exministra, que en su momento se reunió con el expresidente estadounidense Barack Obama para hablar de cómo disminuir la desigualdad, se refirió al Día de la Mujer Afrocolombiana con la claridad que la caracteriza: “Las conmemoraciones son importantes, porque permiten generar memoria en una sociedad, pero no son suficientes”.
Angélica es, además, investigadora del Programa de Soluciones Ambientales del Instituto Tecnológico de Massachusetts, de Estados Unidos.
Un llamado desde la salud mental
Su gran desempeño académico, interesarse por la salud pública y reconocer sus raíces desde cualquier lugar facilitaron que ahora Whitney Córdoba se dedique a culminar sus estudios y ejercer su carrera de medicina en el exterior.
Graduada de la Universidad del Valle, esta médica trabajó en un proyecto de salud mental para sobrevivientes del conflicto armado en el Pacífico colombiano, lo que le permitió ganar una beca del programa Fulbright, para estudiar una maestría.
Para Whitney, las barreras son una constante entre quienes emergen de zonas rurales o pertenecen a los grupos étnicos, aunque existan varios programas dirigidos a su mejoramiento.
No obstante, en su opinión, estas estrategias no son suficientes si la inequidad no se estudia desde la raíz.

“Vivimos en una burbuja. Si no se sabe cómo son las dinámicas en otras partes, tampoco se va a considerar una realidad distinta y, por ende, la barrera seguirá ahí”, señala.
Como solución a este problema, propone que se cree conciencia sobre las desigualdades que emergen, y así disminuir la brecha. Pero esta tarea no está dirigida solo al Estado, sino a cada persona desde su punto de acción.
“En mi caso puedo hacer mentoría y no me cuesta nada. Una madre de familia, por ejemplo, puede hablar con sus hijos sobre este tema y crear conciencia. Todos podemos hacer algo”, menciona.
La médica, quien inició un doctorado en Epidemiología en la Universidad de Indiana y ha liderado varios proyectos de investigación, extendió una invitación para reconocer a la población afrocolombiana y su lucha.
A su juicio, aún hay roles que no son ocupados por mujeres afros y contribuciones que hasta la fecha no se les reconoce. Allí hay trabajo por hacer.
Comunicadora social y periodista multifuente graduada de la Universidad Santiago de Cali, con énfasis en política, gobierno y experiencia en presentación y radio.