Turismo
Parque Ecológico Providencia, paraíso para el avistamiento de aves y conocer la historia de la caña en el Valle del Cauca
La industria azucarera del Valle del Cauca le apuesta a la restauración ecológica por medio de la recuperación de terrenos anteriormente utilizados para la ganadería.

17 de may de 2025, 04:09 p. m.
Actualizado el 17 de may de 2025, 04:30 p. m.
Por: Mario Andrés Lozada Tenza / El País
La caña de azúcar siempre ha sido un arquetipo para la cultura vallecaucana, su gastronomía, empleabilidad y crecimiento empresarial a nivel regional.
Los cañaduzales endulzan la historia del Valle de Cauca y avivan el compromiso con el medio ambiente por parte de la industria azucarera, la cual viene apostando por la restauración ecológica y la innovación en los procesos de producción para seguir contribuyendo a la sostenibilidad ambiental.
Actualmente, lo que se conocía como el Museo de la Caña de Azúcar, lleva el nombre de Parque Ecológico Providencia, un espacio ubicado en la vía que conduce a la Hacienda El Paraíso, municipio de El Cerrito, Valle, y que, desde el 2016 emprendió la tarea de cuidar la biodiversidad y los ecosistemas estratégicos para el Valle del Cauca, debido al deterioro de la cuenca hídrica del río Amaime y el bosque que lo rodea, sin dejar de lado la preservación de la historia de la caña y su memoria cultural.

El Parque Ecológico, no solo se detiene en el tiempo para rememorar la historia de los trapiches, también ofrece un amplio recorrido por su reserva natural, la cual tiene un aproximado de 524 hectáreas, distribuidas entre Palmira y la hacienda Piedechinche (El Cerrito).
La reserva cuenta con nacimientos de agua y con una guía experta que va narrando la dulce historia de como la caña de azúcar es parte de la idiosincrasia valluna, pero a su vez, hoy está generando nuevas visiones para cuidar el medio ambiente.

Avistamiento de aves en el Parque Ecológico
No solo es una experiencia turística, detrás de la caña se pueden avistar más 150 especies de aves, algunas propias otras migratorias según la temporada, así lo explica María Leonor Velásquez, quien no solo es la encargada de guiar los recorridos, sino que es una “pajarera” de tiempo completo, como ella misma denomina el oficio de avistar aves.

“Para que podamos avistar todas estas hermosas especies de aves, debe haber bosque, se deben plantar árboles y eso en Providencia lo tenemos como una filosofía, no lo hacemos porque toca, lo hacemos porque sentimos que es nuestro deber con la naturaleza”.
La vista se queda corta para detallar cada paisaje que ofrece el recorrido. Las aves van saliendo al encuentro del camino junto a las especies de fauna que habitan la reserva.
Son más de 3.600 árboles sembrados en el bosque seco tropical que hace parte del parque, especies como el Cedro Negro, la Palma de Cera, Cedro Rosado, Palma Molinillo, entre otros, son parte de la preservación para no solo seguir cuidando de las especies que anidan en el lugar, sino de otras especies que han migrado al parque en busca de refugio.

“Recorrer el Parque en el Calambuco no solo es para colegios, es para todos, para que nos demos cuenta de que el recorrido es entablar una profunda conversación con la naturaleza”, recalca María Leonor al contar la historia desde el “Calambuco”, un tractor que lleva consigo un vagón para pasajeros y recibe este nombre según la tradición oral de la comunidad, siendo este el medio de transporte para los corteros de caña que tenían que salir a segar los cultivos para la producción.
La experiencia del recorrido no solo se queda en las historias y la explicación detallada de las especies y el terreno que se recorre, también tiene una parte práctica y de compromiso personal, pues se hace una pausa para la siembra de árboles por parte de cada uno de los visitantes, dejando una huella positiva y a su vez un compromiso con el bosque que sigue siendo restaurado.
Con 99 años de historia, el Ingenio Providencia le sigue apostando a la sostenibilidad, un trabajo serio y comprometido, riguroso por parte de sus colaboradores y siendo una empresa pionera en el Valle en su modelo de producción, sin quemas de caña, producción de compost, alcohol, energía renovable y reservorios de agua que no solo disminuyen el impacto ambiental en el cuidado de las fuentes hídricas, sino que también se han acondicionado para ser el hogar de muchas especies de fauna y flora.


Mirar más allá de los cañaduzales, es una apuesta para el sector azucarero, no solo en lo ambiental sino en la generación de nuevos empleos, ya que los trabajadores del Parque son de la comunidad aledaña y de esta manera también se hace una economía circular, dando apoyo a muchas familias que se benefician de esta apuesta de turismo consciente y ecológico, siendo ellos los primeros conocedores del recorrido y las especies que se pueden encontrar a lo largo de la experiencia.
Sin duda alguna, es una experiencia para propios y extranjeros, una “pajareada” por el Parque Ecológico Providencia oxigena el alma de la ciudad, de la selva de cemento, nutre el conocimiento de las especies que habitan el Valle, hace tomar conciencia y compromiso con el medio ambiente y permite descubrir otro Paraíso como el de La María de Jorge Isaac.
El ingenio pueden seguirlo en Instagram como Providencia.col y agendar los recorridos por esta maravillosa experiencia.