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Trucos efectivos para ahorrar electricidad con su nevera y pagar menos en el recibo de luz
Este es uno de los electrodomésticos que más permanece encendido, por lo que representa un porcentaje importante del consumo eléctrico en el hogar o en establecimientos comerciales.

La nevera es uno de los aparatos que permanece conectado, de forma continua, las 24 horas del día, lo que la convierte en uno de los principales responsables del consumo de electricidad tanto en el hogar como en negocios.
Si no se utiliza de manera eficiente, puede provocar un incremento notable en la factura de la luz. Por eso, adoptar ciertos hábitos no solo ayuda a reducir el gasto energético, sino que también contribuye a alargar la vida útil del electrodoméstico.

Trucos para ahorrar luz
1. Configurar la temperatura adecuada: Establecer la temperatura correcta garantiza que el refrigerador trabaje eficientemente, evitando el uso excesivo de electricidad.
- Para la nevera: lo ideal es mantenerla entre 3 °C y 5 °C.
- Para el congelador: alrededor de -18 °C. Configurar temperaturas más bajas de lo necesario no mejora la conservación de los alimentos y solo genera un mayor consumo de energía.
2. Reducir la apertura innecesaria de la puerta: Cada vez que se abre la puerta, entra aire caliente del ambiente, obligando al compresor a esforzarse más para restablecer la temperatura interna. Es recomendable decidir previamente qué se va a sacar y cerrar la puerta rápidamente. También es fundamental asegurarse de que la puerta quede bien cerrada y evitar dejarla abierta accidentalmente.
3. Evitar tanto la sobrecarga como el vacío total: Un refrigerador sobrecargado dificulta la circulación del aire frío, lo que ocasiona un enfriamiento desigual y mayor consumo eléctrico. Por otro lado, si está vacío, perderá frío con mayor rapidez cada vez que se abra. Lo más recomendable es mantenerlo con un nivel de llenado moderado, entre el 70 % y el 80 % de su capacidad.

4. Mantener limpio el condensador y revisar el cierre de la puerta: El condensador, que suele estar en la parte trasera o inferior del refrigerador, acumula polvo con el tiempo, lo que dificulta la dispersión del calor y hace que el motor trabaje más de la cuenta. Es aconsejable limpiarlo cada seis meses usando una aspiradora o un cepillo. Además, conviene revisar periódicamente las gomas de sellado de la puerta, ya que si están desgastadas, sucias o rotas, pueden permitir que el aire frío se escape, aumentando el esfuerzo del compresor.
5. No guardar alimentos calientes: Colocar alimentos calientes dentro de la nevera eleva la temperatura interna, lo que obliga al sistema de refrigeración a trabajar intensamente para volver a enfriarlos. Lo mejor es esperar a que los alimentos alcancen la temperatura ambiente antes de guardarlos en el refrigerador.
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