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Estas aplicaciones podrían vaciar su cuenta bancaria con un solo clic: evite caer en la trampa
A través de engaños cuidadosamente elaborados, los delincuentes informáticos logran infiltrar sus trampas con tal sutileza que muchas víctimas no perciben el peligro hasta que es demasiado tarde.

25 de jul de 2025, 12:55 p. m.
Actualizado el 25 de jul de 2025, 12:55 p. m.
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Hoy en día, las estafas digitales se han convertido en una de las amenazas que más preocupación genera entre los usuarios, ya que pueden presentarse en cualquier parte del mundo. A través de estrategias cuidadosamente diseñadas, los ciberdelincuentes logran ejecutar sus fraudes de manera tan discreta que muchas personas no detectan el riesgo hasta que ya han sido víctimas.
Las consecuencias van más allá de una pérdida económica; también se ve afectada la confianza, y en muchos casos, el daño emocional o financiero resulta difícil de superar.
Los responsables de estos delitos cibernéticos suelen emplear tácticas que, aunque parezcan repetidas, están en constante evolución para evadir los sistemas de protección. Se aprovechan tanto de fallas tecnológicas como del desconocimiento o descuido de los usuarios, utilizando métodos adaptados a cada situación.

Esta capacidad de adaptación les otorga una ventaja significativa, ya que les permite generar una falsa sensación de confianza en sus víctimas, facilitando así el engaño y aumentando la efectividad de sus ataques.
Uno de los fraudes digitales más recientes que ha cobrado relevancia en América Latina es Kaleidoscope, una amenaza que se ha extendido por la región mediante la difusión de un software malicioso diseñado para mostrar publicidad no solicitada, afectando principalmente a dispositivos Android.
Según el equipo de ciberseguridad de ESET, citado en su portal WeLiveSecurity.com, este tipo de adware se infiltra de forma sigilosa en aplicaciones que aparentan ser legítimas, pero que en realidad están programadas para saturar al usuario con anuncios intrusivos. El propósito detrás de este esquema es generar tráfico fraudulento hacia anuncios reales, con el fin de obtener beneficios económicos de manera ilegal a expensas de las redes publicitarias.
Este tipo de fraude opera mediante la distribución de dos versiones de una misma aplicación: una original, que logra superar los controles de las tiendas oficiales, y otra alterada, que se difunde en plataformas alternativas con menor regulación.

Los usuarios que descargan la versión modificada desde fuentes no confiables se exponen a una avalancha de anuncios, un uso excesivo de los recursos del sistema y posibles fallos en el rendimiento del dispositivo. Al simular que se están generando interacciones reales con los anuncios, los delincuentes consiguen ingresos ilegítimos a través de redes como AdMob, perjudicando tanto a los usuarios como a los anunciantes.
Las empresas que invierten en publicidad digital lo hacen esperando que sus anuncios aparezcan en aplicaciones legítimas y bien orientadas al público adecuado. Sin embargo, una parte importante de esa inversión termina siendo capturada por estafadores que manipulan el sistema para generar clics y visualizaciones falsos.
Como consecuencia, las marcas no solo pierden dinero, sino que también pueden verse asociadas a experiencias negativas para los usuarios, como la sobrecarga de publicidad y el mal funcionamiento de los dispositivos afectados.
Mary Mora es comunicadora social de la Universidad Santo Tomás con 7 años de experiencia en el área organizacional y periodismo. Ha trabajado en Telefónica; en el portal Colombia.com, como periodista digital, y como editora en el portal Bolivia.com. En SEMANA desde 2022.