Política

¿Una cancillería indeseada? Estas son las crisis que le ‘heredará’ Laura Sarabia a su sucesora

Relaciones cada vez más frágiles con Estados Unidos, incertidumbre en la expedición de pasaportes y nombramientos polémicos en las embajadas son algunos frentes abiertos tras su salida del cargo.

Presidente Gustavo Petro y canciller Laura Sarabia.
Presidente Gustavo Petro y canciller Laura Sarabia. | Foto: Cortesía Cancillería

6 de jul de 2025, 04:03 a. m.

Actualizado el 6 de jul de 2025, 03:45 p. m.

En un momento de preocupante inestabilidad para el país, la canciller Laura Sarabia abandonará el cargo, heredándole a su sucesor, aún desconocido, una entidad llena de frentes de batalla abiertos, que generan incertidumbre entre los colombianos.

Entre los más críticos están la actual relación con Estados Unidos, luego de que ambos países llamaran a sus embajadores a consultas, así como la emisión de pasaportes, que esta semana dio un giro cuando el presidente Petro desautorizó a quien fuera su fiel ‘escudera’ para poner al frente de ese tema al nuevo jefe de Gabinete, Alfredo Saade.

Sobre la primera ‘herencia’, el consultor político Germán González anota que “el próximo canciller asumirá en un contexto de alta incertidumbre, con una relación cada vez más tensa con Washington, marcada por el talante confrontacional del presidente Petro y la volatilidad del panorama político estadounidense, donde figuras como Donald Trump influyen con posturas impredecibles”.

Explica que “deberá reconstruir canales de confianza, contener los efectos de las declaraciones presidenciales y evitar que las tensiones escalen hacia una ruptura estructural. Su desafío será sostener una política exterior funcional y proteger la cooperación estratégica en seguridad, migración y desarrollo, en una relación que probablemente seguirá frágil hasta el fin del actual mandato”.

La politóloga Nury Gómez añade que también deberá restaurar los canales de comunicación formales y previsibles y reafirmar el rol de Estados Unidos como socio estratégico en seguridad, comercio y lucha antidrogas “sin ceder soberanía”.

Donald Trump Gustavo Petro
El presidente Gustavo Petro y su homólogo Donald Trump protagonizaron un nuevo enfrentamiento que desencadenó en una crisis democrática. | Foto: SEMANA / AP

“Un perfil poco fácil de conseguir en los círculos de confianza de Petro”, comenta, y agrega que tendrá que manejar la crisis generada por las denuncias contra Álvaro Leyva y las acusaciones de golpe de Estado: “Coordinar con la justicia, el Congreso y la diplomacia, tener una narrativa consistente y legal, neutralizando la polarización”.

“También debe reactivar la política exterior institucional. Terminar con la improvisación denunciada por la salida de Sarabia -agendas, roles, protocolos y vocerías-, y restablecer la confianza técnica y diplomática, incluyendo la definición de lineamientos de política exterior”.

La nueva tensión con Washington reavivó la incertidumbre que se había sentido en meses pasados, y que se creía saldada, por los choques entre ambos jefes de Estado por temas como la deportación de migrantes y la guerra arancelaria.

En su momento, según trascendió, la crisis fue estabilizada por el excanciller Luis Gilberto Murillo, Sarabia y el embajador en Washington, Daniel García-Peña, logrando que los desacuerdos entre Petro y Trump no escalaran y evitando aranceles y posibles sanciones.

Por ello, las fuentes consultadas insisten en que al Palacio de San Carlos se debe mudar una persona con los pergaminos, la experiencia y el reconocimiento para manejar esta situación, que podría repetirse en el futuro.

Los pasaportes

Desde el inicio del Gobierno Petro la polémica por la emisión de pasaportes y la licitación en la que el privado Thomas Greg & Sons, actual encargado del proceso, quedó como único proponente, ha sido el desafío con el que han tenido que lidiar los tres últimos cancilleres.

Pasaporte
Desde el 1 de septiembre, el Colombia, la Casa de la Moneda de Portugal y la Imprenta Nacional se encargarán de expedir los pasaportes. | Foto: Getty Images

Entre Leyva, Murillo y Sarabia se pasaron ‘la pelota’, sin que ninguno terminara de resolver de fondo esa novela. De ahí la decisión del Mandatario, de encargar el proceso a Saade, quien anunció la firma de un contrato con la Casa de la Moneda de Portugal para que fabrique los pasaportes con la Imprenta Nacional de Colombia.

Lo anterior originó una desautorización del Presidente a su fiel compañera de campaña, quien esperaba declarar una urgencia manifiesta para prorrogar el contrato con Thomas Greg & Sons. Sarabia no estuvo de acuerdo con el Mandatario y renunció a su cargo.

Ahora, aunque el Jefe de Gabinete tiene la labor de firmar el convenio con Portugal, lo cierto es que la Cancillería es la única responsable de lo que suceda con los pasaportes de los colombianos.

“Del pastor Saade no se podría decir mucho, él no es prenda de garantía desde ningún punto de vista. No es alguien ni con el perfil ni con las competencias para enviar un parte de tranquilidad sobre ese asunto tan delicado”, opina Juan Nicolás Garzón, profesor de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de La Sabana.

Y agrega: “Que él lleve el proceso no me dice mucho tampoco, ni me va a generar ninguna garantía ni tampoco la institución que está a cargo. Lo que uno esperaría es que de pronto los europeos, que tienen la experiencia y el conocimiento, puedan hacerlo, siempre y cuando cuenten con la infraestructura y las capacidades técnicas”.

Sobre los riesgos de que la expedición de pasaportes no esté bajo manos capacitadas, la politóloga Gómez dice que Colombia podría no cumplir estándares de la Organización de Aviación Civil Internacional, “afectando la validez de los pasaportes y llevando al país a otra crisis reputacional, además del riesgo de profundizar la politización de un tema técnico, convirtiendo la emisión de pasaportes en una batalla ideológica de privados versus Estado”.

Asimismo, señala que la Imprenta Nacional no está equipada para producir pasaportes biométricos al nivel exigido y que la transferencia de Portugal puede tomar 24 meses como mínimo.

“La transición apresurada, si se cancela abruptamente el contrato con Thomas Greg sin tener lista la producción estatal, corre el riesgo de desabastecimiento, como ocurrió en 2023”.

Las otras ‘herencias’

Los nombramientos en embajadas y consulados han sido tema de reproche desde el principio de la Administración, debido a la designación de ‘personajes’ controversiales que, en su mayoría, cargan con denuncias en su contra.

Uno de los recientes perfiles que no ha caído bien en la opinión pública es el de Jorge Iván Ospina, quien tiene varias investigaciones por su gestión como alcalde de Cali y fue nombrado embajador en Palestina, el primero del país.

También Irene Vélez, que protagonizó varios escándalos durante su gestión como ministra de Minas y aun así llegó al Consulado de Londres.

Tampoco se pueden dejar atrás los nombramientos que se cayeron a último momento por el rechazo que causaron, como el de Víctor de Currea-Lugo, señalado por acoso sexual, o el de Daniel Mendoza, creador de la serie ‘Matarife’, quien fue blanco de críticas de la Vicepresidenta y la Defensora del Pueblo por sus trinos en los que sexualizaba a menores de edad.

Irene Vélez, directora de la Anla, en la Convención Bancaria
La exministra Irene Vélez fue nombrada cónsul en Londres. | Foto: Cortesía

“Para los profesionales de la carrera diplomática, el mensaje es desalentador, porque da a entender que la experiencia, la formación y el mérito pueden ser relegados frente a las lealtades o las conveniencias políticas. Esto debilita la institucionalidad del servicio exterior y proyecta una imagen de improvisación ante la comunidad internacional”, analiza González.

E insiste en que “el próximo canciller deberá enviar una señal clara de respeto a la carrera diplomática, restableciendo criterios de idoneidad, transparencia y profesionalismo en los nombramientos y blindando el servicio exterior frente a los vaivenes del clientelismo político. Sin embargo, queda la incógnita de si este Gobierno lo hará, especialmente en un año preelectoral”.

De su lado, el profesor Garzón anota que este no es el primer Gobierno en el que muchos funcionarios diplomáticos “son nombrados sin el reconocimiento ni las cualidades para desempeñar ese rol. El caso de Ospina es flagrante, y no hay razones fáciles para defender ese cargo. Esto no es nada nuevo, a pesar de que sabemos que el Presidente se comprometió a fortalecer la carrera diplomática y a nombrar embajadores y cónsules de carrera”.

Finalmente, otro de los motivos de desacuerdo entre el Mandatario y la saliente Canciller fue la reelección de Daniel Noboa como presidente de Ecuador, ya que, mientras Sarabia lo felicitó por su triunfo, Petro dijo que no reconocía su gobierno, crispando las relaciones entre los países vecinos y dejando un frente más con el que lidiar para el próximo ministro.

A eso se le suma que aún no se sabe con claridad la razón por la que Gustavo Petro estuvo en Manta, Ecuador, ya que surgieron rumores de un posible encuentro con el capo ‘Fito’, aunque el Jefe de Estado colombiano aseguró que estuvo escribiendo un libro sobre su mandato.

La situación ha ido escalando y, aunque no se sabe si el encuentro con el delincuente fue una realidad, se le cuestiona la falta de transparencia en la comunicación de su agenda, porque en un principio se dijo que su visita se reducía a Quito.

Al respecto, Nury Gómez añade que se puede afirmar que Petro perdió el control del relato: “Agenda privada mal comunicada, no anticipó el impacto simbólico de Manta (zona caliente por narcotráfico), respuestas reactivas y defensivas, en lugar de una narrativa preventiva y clara, y ambigüedad en los mensajes oficiales que alimentaron la especulación”.

Así está el ‘sonajero’ para la próxima canciller

Tras la renuncia de Laura Sarabia a la Cancillería, se ha especulado sobre quiénes podrían sucederla, poniendo en el ‘sonajero’ a la actual directora del Departamento Administrativo de la Presidencia, Angie Rodríguez, y a la exministra de Ambiente, Susana Muhamad.

Esta versión, que fue revelada por algunos medios, tomó fuerza porque la sucesora de Sarabia deberá ser una mujer, debido al obligatorio cumplimiento de la Ley de Cuotas, que exige paridad de género en altos cargos del Ejecutivo.

Actualmente hay diez hombres y nueve mujeres, por lo que el nuevo nombramiento debe ser para una mujer y así cumplir lo establecido por la ley.

Rodríguez es una funcionaria cercana al Presidente, ha ganado terreno en la estructura del Ejecutivo, y pasó de ser asesora del Ministerio de Salud, a jefa de Gabinete y luego directora del Dapre.

Muhamad, por su lado, es politóloga y reconocida por su liderazgo en temas ambientales y sociales. Asumió la presidencia de la COP16, siendo la primera colombiana en ocupar ese cargo.

Comunicadora social y periodista egresada de la Universidad Santiago de Cali, con diplomado en Comunicación Política. Escribo sobre política local, nacional e internacional.

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