Política
¿Gustavo Petro, cada vez más solo? Sectores de la izquierda se empiezan a apartar del Presidente
Para analistas, eso se debe al desgaste de la figura del Presidente, quien además, tiende a aislarse cuando está en el poder, como ocurrió en la Alcaldía de Bogotá.

Aunque sectores de la izquierda celebraron en 2022 la victoria de Gustavo Petro a la Presidencia, en menos de tres años los escándalos parecen empezar a destruir el “gran frente amplio” del que se vanagloriaba el mandatario.
Así lo advierten analistas, quienes aseguran que mientras más se acerque el final de su mandato, el Jefe de Estado cerrará cada vez más sus filas en torno al petrismo acérrimo, en tanto sectores alternativos y fragmentos de la izquierda marcan distancia.
“Existe una separación entre varios líderes, figuras e incluso académicos que han militado en la izquierda colombiana con el Gobierno de Gustavo Petro. Entre esos están Francia Márquez, Susana Muhamad, Álvaro Leyva y hasta el exdirector de Planeación Nacional Jorge Iván González, quien se ha pronunciado públicamente distanciándose de lo que ha venido pasando con el Ejecutivo”, indica el exconcejal y analista político Michel Maya.
Para él, lo anterior se debe a que, históricamente, quienes militan en la izquierda no han estado en el poder y no se acomodan a esa lógica: “Tienen una postura crítica permanente, con la característica de que su posición ideológica y de opinión termina pesando mucho más que, incluso, los beneficios o la capacidad de tener una injerencia real en temas gubernamentales”.
Además, las fuentes resaltan que hay sectores dentro de la izquierda que no son afines entre ellos, razón por la que se presentan esas divisiones.

El caso más nombrado recientemente es el de la vicepresidenta Francia Márquez que, aunque se dice que desde el principio no tuvo tanta afinidad con Petro, sino que se trató más de un arreglo por conveniencia, la discrepancia entre ambos cogió fuerza luego del primer consejo de ministros televisado, en el que expresó su decepción con el Gobierno para luego ser retirada del Ministerio de la Igualdad.
A ella se le sumaría Muhamad, quien era considerada una de las funcionarias estrella de la Administración y fieles al Presidente, pero que aseguró no poderse “sentar, como feminista, en la misma mesa con Armando Benedetti”, generando su salida del gabinete y, según dicen, el rechazo de la Dirección de Planeación Nacional.
Estos dos casos de rupturas con el Primer Mandatario tienen motivaciones distintas, explica el líder animalista y exconcejal de Cali Terry Hurtado, quien las atribuye a que “las apuestas fundamentales de cada uno de los sectores que ellas representan” y asegura que “ha habido tensiones por la lentitud en el desarrollo e implementación de políticas”.
Además, comenta que los ‘choques’ con Márquez también tienen que ver con el nivel de incidencia que la vicepresidenta quiere tener en el Ejecutivo, pero que no se ha dado por su estructura, debido a que “este es un país 100 % presidencialista”.
“Ella ha sido clara públicamente, al igual que Muhamad, al referirse a las alianzas que hoy se han convertido en algo predominante en varios cargos claves del Gobierno, pero la cereza del pastel es el papel protagónico que tiene hoy Benedetti”, dice Maya.
El politólogo Alejandro Echeverry también atribuye “el desgaste que ha tenido el Presidente a que sectores que, en su momento, fueron afines al proyecto del Pacto Histórico, hoy no lo sean. Eso también está ligado a que es un presidente que se ha ensimismado, que no ha escuchado a sus bases, ni a quienes lo acompañaron desde sus inicios como político, que además es parte de su esencia, porque esos mismos problemas los tuvo cuando fue alcalde de Bogotá, donde no logró hacer convergencia con los sectores más cercanos a él. Petro se aísla mucho cuando está en el poder”.
“Recordemos el distanciamiento que tuvo en su momento con quien fue su gran aliado históricamente, Antonio Navarro, porque como no están acostumbrados al poder, cuando están en él las dinámicas cambian y obviamente, la personalidad de Petro tampoco ayuda a ese proceso”, añade.

La separación de Álvaro Leyva con el Jefe de Estado ha sido más marcada aún, por ejemplo, ha señalado a Petro de perder el rumbo; en el polémico consejo de ministros dijo que había aplastado a su propio gabinete y ante el recrudecimiento de la violencia, aseguró que la política de paz fracasó.
De hecho, tras la salida de Francia Márquez del Minigualdad, afirmó que fue “la canallada de siempre”, tratándola “como si no hubiese sido capaz”, y agregó que siempre le han “minado el camino de forma soterrada”.
“Si bien Leyva es un hombre de origen conservador, que ha tenido posturas progresistas históricamente, más cercanas a la democracia cristiana que cualquier otra cosa, también ha visto que el Gobierno por el que se la jugó, incluso poniendo en riesgo muchas de sus posibilidades políticas, no está cumpliendo con la promesa que hizo en campaña”, indica Maya.
Partidos también se han apartado
Más allá de la ruptura de la coalición de gobierno, ha habido partidos de izquierda que se han empezado a desligar del Mandatario, como es el caso de Comunes, que han sido críticos de la política de Paz Total del Ejecutivo.
Recientemente, la colectividad rechazó la propuesta del comisionado de Paz, Otty Patiño, de crear un consejo de implementación que, según él, es una mezcla entre la implementación del Acuerdo de Paz y la Paz Total.
Para la colectividad, Petro ha dejado de lado a los desmovilizados de las extintas Farc y esa propuesta no puede pretender comparar ambos procesos de paz, ya que la política del Gobierno no tiene “un marco normativo claro y tiene efectos inciertos para la estabilidad del país”.

Ese distanciamiento, para Terry Hurtado, se debe a “la lentitud en la implementación del acuerdo de paz, que no es únicamente responsabilidad de esta Administración, sino que es consecuencia de la inoperancia y sabotaje del Gobierno Duque y la gente de Comunes tiene todo el afán de que se implemente pronto”.
El Movimiento Alternativo Indígena Social (Mais), tampoco le ha seguido del todo el ‘juego’ a Petro, ya que a finales del año pasado, cuando el Pacto Histórico se unificó en un solo partido, este no quiso darle el sí a Petro.
La colectividad no estuvo en sintonía con esa unión, pese a las amenazas del petrismo que señalaban que las fuerzas progresistas que no se unieran estarían condenadas a desaparecer en 2026, quedando conformado el partido por Colombia Humana, Polo Democrático, Unión Patriótica, Progresistas y Partido Comunista.
Antes también se había retirado del Pacto el Movimiento Alianza Democrática Amplia, al sentirse ignorado dentro de la coalición.
Lo anterior se da, en palabras de Jorge Yarce, analista político de la Universidad Central, “porque el ejercicio del poder ha generado que los grupos de izquierda, del núcleo de la coalición, se sientan menos representados y empiecen a levantar cada vez más la voz respecto a los verdaderos ideales del proyecto político que se había pretendido promover con Petro”.
Explica que, cuando “llegan las sucesivas crisis, esos distanciamientos empiezan a marcarse más porque se evidencian los señalamientos de aquellas faltas que para esos sectores eran imperdonables, por ejemplo, que no se siguiera transando con la gobernabilidad, con el ejercicio del poder democrático y, en esa medida, el Presidente y su gobierno tomaron la decisión de cerrar filas y acantonarse en un gobierno mucho más radical, de gente mucho más cercana a él”, anota.
Finalmente, Echeverry dice que “el gran problema que tiene la izquierda, en este momento, es que todo el aparato y estructura que le pueda servir para las elecciones del 2026 está sujeta a la figura de Petro, y de alguna manera eso mismo le pasó a la derecha en su momento con el Centro Democrático y Álvaro Uribe”.
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