Editorial

Llamado a la solidaridad

Cada ayuda, por pequeña que parezca, será un grano de arena que servirá para poner en pie paredes, techos, locales, o para alimentar a niños...

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Explosión frente a la base aérea marco Fidel Suárez en Cali
Cali ha sido duramente golpeada por el accionar de las disidencias que trafican desde el Cauca. El atentado a la base militar Marco Fidel Suárez causó terror y repudio. | Foto: Raúl Palacios

1 de sept de 2025, 02:10 a. m.

Actualizado el 1 de sept de 2025, 02:10 a. m.

“Las familias no pueden quedar solas en este proceso”. Esta frase del sicólogo Edward Hernández, consignada en un artículo publicado en la edición dominical de El País, debe llamar a la reflexión sobre la forma cómo se debe dar la recuperación de los 150 hogares y comerciantes que resultaron afectados por el carro bomba que explotó en inmediaciones de la Base Aérea Marco Fidel Suárez.

Porque lo que sucedió el pasado 21 de agosto fue un ataque contra todos caleños, así haya ocurrido en un sector puntual de la ciudad. Y por eso, mientras hay que exigirle a los organismos de investigación que den con los responsables materiales e intelectuales del atentado y que se tomen las medidas necesarias para evitar que los terroristas se sigan ensañando con la capital del Valle, la comunidad entera debe rodear a las víctimas de ese hecho.

Es por ello que cada habitante de Cali, en la medida de sus posibilidades, debe sumarse a las donaciones que se están recibiendo en la plataforma Vaki y los puntos de acopio ubicados en los centros comerciales Unicentro, Chipichape, Calima, Cosmocentro y Palmetto, en el marco de la campaña ‘Cali y el Valle lo valen’.

Se trata de una hoja de ruta liderada por la Gobernación del Valle, la Alcaldía de Cali, la Cámara de Comercio de Cali, Propacífico y el Comité Intergremial y Empresarial del Valle, que busca canalizar las ayudas en dinero o especie que necesitan las víctimas de la explosión para reconstruir sus casas o los negocios de los que no solo derivaban su sustento, sino que también generaban empleo.

Es cierto que el Estado debe responderles a estas personas por los perjuicios que les causó el terrorismo, pero en el corto plazo ellas necesitan de la solidaridad de los caleños para recuperarse del golpe anímico y económico que significó que de un momento lo perdieran todo.

Y la mejor forma de que esas 150 familias y comerciantes no se sientan solos es apoyándolos en un frente común entre los sectores público y privados, respaldados por una ciudadanía que se une para rechazar a los violentos y acompañar a sus víctimas.

Es, además, el mejor homenaje que se les puede rendir a aquellos hombres y mujeres cuyas vidas quedaron truncadas para siempre a causa de la acción demencial de quienes sobrepusieron sus intereses criminales a la posibilidad de hacerle daño a personas inocentes.

Por ellos, por esas familias que siguen llorando a sus seres queridos, por los heridos que todavía no se recuperan y también por quienes resultaron afectados emocional y materialmente, Cali debe actuar unida, demostrando su capacidad de resiliencia y compasión.

Cada ayuda, por pequeña que parezca, será un grano de arena que servirá para poner en pie paredes, techos, locales, o para alimentar a niños, adultos mayores y mujeres embarazadas que quedaron desamparados, sin un lugar para dormir ni comida para preparar.

Quienes quieran contribuir con dinero, pueden hacerlo a través del enlace vaki.co/es/vaki/cali-y-el-valle-lo-valen y los que deseen donar en especie pueden dirigirse a los puntos de acopio antes mencionados. Recuerde: ¡Cali y el Valle lo valen!

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