Columnista
Una visión de ciudad
Cali puede ser un buen ejemplo para otras ciudades en el Siglo XXI...

1 de may de 2025, 03:17 a. m.
Actualizado el 1 de may de 2025, 03:17 a. m.
Lo dicho por el arquitecto Young Hoon Kwaak sobre Cali en entrevista con Santiago Cruz Hoyos (El País, 27/4/2025) es pertinente y ojalá lo escuchen. Principiando por lo que llama un Plan Maestro de Visión e Implementación, que fue su propuesta para Corea después de la Segunda Guerra Mundial, cuyo éxito llevó al ‘milagro asiático’. En dicho plan incluye la educación de la sociedad en lo pertinente a la construcción; la infraestructura vial y otras opciones de circulación; una oficina de planificación que una lo económico, cultural, artístico y deportivo; y la implementación del plan a pasos consecutivos.
Señala la importancia que tiene el río Cauca para Cali; la participación de los empresarios del sector privado, y de las grandes empresas, las que podrían ganar mucho dinero; que el Gobierno logre que la burocracia funcione; que los ciudadanos deben estar motivados para ayudar, y hacerlo en armonía. Considerar que Cali está conectada por la llamada carretera Panamericana; que cuenta con una diversidad ecológica, que sería una respuesta a un desarrollo sostenible; que tiene el río Cauca, el segundo más grande del país; sus muchos ríos tributarios; y un entorno ecológico vivo.
También piensa que la gente quiere a Cali como si de verdad fuera la ‘sucursal del cielo’ un deseo que hay que aprovechar. Que con un buen plan, Cali puede ser un buen ejemplo para otras ciudades en el Siglo XXI, que ya no lo pueden ser las más grandes del mundo, aprovechando su geografía; y su clima hay que agregar. Con respecto al centro de la ciudad dice que una alternativa es crear unas áreas opcionales que permitan proteger su patrimonio cultural al disminuir la presión sobre el mismo, y que una podría estar al sur de la ciudad, para que todos en Cali no tengan que ir para todo al centro.
Con respecto al área metropolitana, considera que hay que tener una visión que incluya al río Cauca y toda la zona al este del mismo; trabajar en equipo con todas las ciudades cercanas; y aprovechar la cercanía de Buenaventura para conectar al Valle del Cauca con el mundo. Y que los gobernadores y alcaldes deben pensar más allá de la situación presente, y traten de mejorar las cosas consecutivamente y no centrados en hacer proyectos puntuales; pero si alguno muy importante, simbólico, sostenible, bueno y global, y por supuesto a la vista de todos los ciudadanos para su comprensión.
Finalmente, el arquitecto Young Hoon Kwaak dice que “este es el momento para Cali, y no es solo mi percepción. Si son serios, como lo fuimos en Corea, pueden crear su propio milagro del río Cauca”. Pero indica que no solo se trata de hacer un plan, sino de ejecutarlo; de tener proyectos iniciales que la gente los pueda ver, que conduzcan a un crecimiento rápido, pero sucesivo, armonioso y sostenible; y advierte que enfrentamos a una época que es la ‘más oscura’ de la humanidad, y que ‘cada día está corriendo el reloj del fin del mundo’ y que este es el momento para Cali, si somos serios.
En Cali, Nicolás Ramos lleva años pidiendo una verdadera oficina de planeación; y sobre los otros temas, y demás afines, se ha escrito en esta columna desde hace 25 años, luego también en Caliescribe.com y más recientemente en El Chat del Centro. En especial sobre la subregión sur del valle alto del río Cauca, el área metropolitana de Cali, las ciudades dentro de la ciudad, y el centro histórico; y los dos ejes urbano-regionales, incluyendo el tren de cercanías, que la vincularían con Buenaventura y el Pacífico, y Palmira; y con Yumbo y el Caribe, y Jamundí, Popayán y el Ecuador.
Arquitecto de la Universidad de los Andes con maestría en historia de la Universidad del Valle. Ha sido docente en Cali en Univalle, la San Buenaventura y la Javeriana, y en el Taller Internacional de Cartagena, de los Andes, y continua siéndolo en la Escuela de arquitectura y diseño, Isthmus, en Panamá. Miembro de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, la Sociedad de Mejoras Públicas de Cali y la Fundación Salmona. Escribe en El País desde 1998.