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Datos – innecesarios – de Panamá

¿Qué hubiera sido de Colombia si no se le hubiera escapado este pedazo de país?

Santiago Cruz Hoyos.
Santiago Cruz Hoyos. | Foto: El País.

6 de jul de 2025, 02:05 a. m.

Actualizado el 6 de jul de 2025, 02:05 a. m.

– En Ciudad de Panamá los carros tienen una sola placa: atrás. A los colombianos que la visitan se les hace extraño (siempre deben ir hasta la parte posterior del carro para verificar la identidad del Uber, por ejemplo), mientras que a los panameños se les hace una exageración un carro con placa tanto delantera como trasera.

– Los domiciliarios en Panamá les compran sombrillas a sus celulares. Instalan un artefacto que sostiene el teléfono en el timón de la moto y encima una sombrilla en miniatura. No solo los protege de la lluvia, también les hace sombra sobre la pantalla en días de sol intenso. La sombrilla hace parte del “kit manos libres” de los motociclistas.

– Aunque saben igual, y se ven igual, los bananos panameños son difíciles de pelar. Se les debe hacer tanta fuerza que, por lo regular, se aplastan en la parte superior.

– Su selección de fútbol es como la colombiana: basta que sea favorita para ganar un partido e inevitablemente perderá. Sucedió en el juego contra Honduras por los cuartos de final de la Copa Oro. En la mañana, los panameños salieron a sus trabajos con la camiseta de la selección puesta, como sucede en Colombia. Decían que era el mejor equipo que han tenido en la historia y estaban casi seguros de la victoria. El juego terminó 1-1 y, en penales, ganó Honduras.

– En Ciudad de Panamá no se tanquea por galones, sino por litros. Un galón de gasolina cuesta 4 dólares. Todo el mundo se queja del precio de los combustibles.

– Desde el aterrizaje en Ciudad de Panamá se hace evidente que el país es un paraíso fiscal, o por lo menos uno que es muy atractivo para invertir. Ciudad de Panamá está repleta de rascacielos inmensos al estilo Nueva York o Miami, y la mayoría de esas torres de ventanas brillantes dicen en su fachada: Bank. Casi todos son bancos privados de capital internacional. Las empresas o personas radicadas en Panamá que generan ingresos en el exterior no están sujetas a impuestos, lo que hace que muchos se sientan atraídos por estos beneficios.

– En Ciudad de Panamá casi nunca hay terremotos, lo que también quizá explica los rascacielos de hasta 70 pisos o con formas extrañas pero atractivas como la F&F Tower, que de lejos parece un tornillo gigante.

– Así como hay una zona moderna, Ciudad de Panamá cuenta con un Casco Viejo de Ciudad. Es una zona muy parecida al Centro Histórico de Cartagena, con calles y casas antiguas de estilo colonial. Un panameño lo explicó de forma brillante: “Si nos parecemos tanto con Colombia es porque nos robaron los mismos ladrones, los conquistadores españoles”, dijo.

– En el Casco Viejo parece haber tensiones entre sus habitantes y los que llegan a invertir en restaurantes, tiendas, hoteles. Una pancarta en una plaza dice: “Sin habitantes no hay patrimonio”.

– En la Catedral Basílica Santa María La Antigua, a las mujeres que ingresan con blusas escotadas o los hombros expuestos, les entregan en la entrada una especie de bufanda para que se cubran, mientras que los hombres pueden entrar como les plazca. En pleno Siglo XXI, la Iglesia continúa difuminando el machismo.

– Los panameños consideran que su país beneficia más a extranjeros que a locales. Como sucede en todos lados, se quejan de los políticos. De Rubén Blades dicen que lo prefieren cantando que como presidente.

– El alcalde de Ciudad de Panamá es un empresario e influencer. Se llama Mayer Mizrachi y tiene apenas 36 años.

– Hay una frase que define al Canal de Panamá: “Una tierra dividida, un mundo unido”. Por ese canal de 80 km, los barcos tardan diez horas en pasar del océano Atlántico al Pacífico. De lo contrario, tendrían que darle la vuelta a Suramérica en una travesía que les tomaría un mes.

– El Canal de Panamá no es solo una atracción para turistas, también distracción para los tripulantes de los barcos. Mientras de un lado les tomamos fotos, ellos, los tripulantes, saludan a lo lejos, bailan.

– Caminar la Cinta Costera de Ciudad de Panamá es otro plan infaltable, así como la Calzada Amador. Ciudad de Panamá cuida de su pasado, de su identidad. En las caminatas no dejo de preguntarme: ¿qué hubiera pasado con esta ciudad si hubiera continuado perteneciendo a Colombia? ¿Qué hubiera sido de Colombia si no se le hubiera escapado este pedazo de país?

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