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Separación de poderes

Estados Unidos está viviendo uno de esos momentos en los cuales el poder Ejecutivo sobrepasa a los demás poderes creando así una situación de incertidumbre...

8 de marzo de 2025 Por: Fernando Cepeda Ulloa
Fernando Cepeda Ulloa
Fernando Cepeda Ulloa | Foto: El País.

El activismo del presidente Trump, que él mismo considera el mayor y más significativo en la historia de los Estados Unidos, ha tenido un alcance inusitado que ha hecho inescapable que el Poder Judicial en sus diferentes niveles asuma el papel que le corresponde, o sea, el de establecer los límites al poder presidencial. No hay poderes absolutos en una democracia. Eso es lo que la distingue del absolutismo, el régimen político en el cual el Ejecutivo puede hacer y deshacer como le parezca.

En una democracia el Congreso tiene límites, el poder Judicial tiene límites y el Ejecutivo tiene límites. Lo mismo ocurre con los organismos de control. Es el sistema de pesos y contrapesos que es el que les garantiza a los ciudadanos que no habrá abuso de poder ni frente a todos ni frente a ningún ciudadano individualmente considerado.

Se trata de un sistema político muy complejo y que premia las garantías, el control, el rechazo al abuso de poder en contraste con las nociones de eficiencia a cualquier precio. Son estas limitaciones las que hacen de la democracia un régimen deseable, preferible a los que proclaman la eficiencia, la celeridad, la capacidad de actuar en forma rápida sin tomar en consideración los derechos de los ciudadanos que están garantizados, así suene abstracto, en las garantías que ofrece la separación de poderes.

Estados Unidos está viviendo uno de esos momentos en los cuales el poder Ejecutivo sobrepasa a los demás poderes creando así una situación de incertidumbre, de perplejidad y desconcierto que no son las principales virtudes del sistema político democrático que tiene como fundamentos la confianza en las instituciones y la certidumbre de que no habrá abusos y que cuando esos existen siempre habrá recursos que permitan corregir la situación.

El New York Times del 6 de marzo ha dedicado una porción importante de su contenido a analizar la manera como diversos niveles de la administración de justicia están poniéndole límites así sea temporales a las decisiones del presidente Trump.

La más importante fue la reciente de la Corte Suprema que en una votación 5-4 rechazó la solicitud de Trump para congelar el pago de 2 billones de dólares para la ayuda internacional. El poder Judicial está jugando el papel que le corresponde, así el Presidente lo perciba como un obstáculo a lo que él considera que es un amplio mandato presidencial que él recibió el 20 de noviembre.

El New York Times clasifica en cuatro categorías las docenas de alegatos jurídicos contra las decisiones del presidente Trump.

En primer lugar las que tienen que ver con la reducción de las entidades gubernamentales a cargo del señor Elon Musk. Se sostiene que no respetan normas que le impiden destituir a ciertos funcionarios o el cierre de agencias creadas por el Congreso.

Una segunda categoría es la que tiene que ver con el tema de la inmigración. Ya un juez rechazó la negación de los derechos de nacimiento que se venían aplicando para los descendientes de inmigrantes; la deportación de muchos inmigrantes, y la restricción de fondos para la ciudades que se resistan a cumplir las políticas .

Una tercera categoría es la de políticas que afectan valores liberales y una cuarta las que tiene que ver con libertad de expresión.

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