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Reflexiones de vida

Nos enseñaron la culpa y el miedo, a creer en un Dios vigilante y justiciero que sabe de nuestros pecados, a veces más que de nuestras virtudes.

Miky Calero
Miky Calero. | Foto: El País.

15 de jul de 2025, 03:30 a. m.

Actualizado el 15 de jul de 2025, 03:31 a. m.

La eterna búsqueda de felicidad y paz es algo que todos hacemos, pero cada vez es más difícil de alcanzar.

Se nos ha enseñado que la felicidad viene de afuera, de nuestras posesiones, en la botella de whisky de 12 años, en un nuevo carro, casa nueva, en triunfar en nuestro trabajo, en nuestra familia, tener muchos amigos y, especialmente, que viene de nuestra pareja, allí empiezan nuestros apegos.

A medida que vamos creciendo y se va diluyendo nuestra inocencia infantil, empezamos a sufrir porque lo que nos enseñaron de niños no llena las expectativas que vamos creando y esperando. Es allí donde comienza esa eterna búsqueda de respuestas por parte de terapeutas, gurús, quizás de uno que otro ‘bareto’, terapias con hongos o alucinógenos, ceremonias y rituales chamánicos, creencias y religiones creadas por otros humanos que seguramente también tienen sus propias inquietudes.

Todo eso son ayudas, mas no soluciones, no existe la varita mágica.

Nos enseñaron la culpa y el miedo, a creer en un Dios vigilante y justiciero que sabe de nuestros pecados, a veces más que de nuestras virtudes. A creer en diablos y demonios felices de hacernos tropezar. Somos nosotros los que nos vemos los pecados y los de los otros, no un Dios de abundancia. Jesús dijo, “Dios es Amor”, lejos de esa imagen creada por el hombre en su afán de control. Créanme, he experimentado de todo lo anterior.

Entre otras, la “modernidad” y la abundancia de información en las redes hacen que la ansiedad y las depresiones cada día aumenten y nuestras vidas sean más complejas.

En mi búsqueda sin cesar, intento, repito, intento, vivir el presente sin la melancolía de los recuerdos del pasado y los planes del futuro, quizás, quizás, mañana llegue la paz completa, quizás, me digo todos los días. A veces llega por momentos en forma de euforia, alegría y una tranquilidad y claridad que permanece por unos instantes deliciosos y se van diluyendo con el pasar de las horas.

La meditación y la respiración consciente es una manera muy eficaz de lograr estabilizar nuestra energía, el contacto con la naturaleza y la contemplación también.

Todos los días me levanto con el propósito de seguir buscando mi misión y persiguiendo esa tan anhelada inocencia que viene de la conciencia incorruptible. Palabras mágicas para repetir. Acepto, asumo, actúo y agradezco.

Con los años van desapareciendo cosas que en la juventud parecían tan importantes y se crean espacios donde uno tiene que buscar actividades que lo apasionen, y motivaciones para seguir disfrutando de este corto momento que se nos regala para vivir en este cuerpo material, una experiencia espiritual sobre la faz de este planeta.

Es un constante aprender para ir elevando nuestra conciencia y no cometer los mismos errores, para aportar experiencias positivas para generaciones venideras.

De una cosa estoy seguro y es lo único seguro que existe, las respuestas están adentro de cada uno de nosotros, igual que la divinidad que está en lo sencillo, en la humildad, en la compasión, en la tolerancia y en la generosidad del corazón. Vuelvo y repito, afuera están las ayudas, pero no las soluciones. Sigamos en esa eterna búsqueda con honestidad, intención y decisión.

Profesional de la fotografía en el Art Institute de Fort Lauderdale. Trabaja en el programa “OYE CALI” de la X Todelar y el canal Internacional FASHION TV esta emitiendo actualmente en su programa “Phothographer Profile” Un programa de 30 minutos dedicado a su vida profesional. Escribe para el diario El País desde el año 2008.

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