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Opiniones encontradas

Si algún consejo pudiera darles a los líderes de la oposición, sería el que dejen de mencionar a Petro todos los días, pues él no es el candidato a derrotar.

Jorge Restrepo Potes
Jorge Restrepo Potes. | Foto: El País

10 de jul de 2025, 01:42 a. m.

Actualizado el 10 de jul de 2025, 01:42 a. m.

Con motivo de la reciente columna en la que criticaba, por inconstitucional, el llamado ‘decretazo’ con el que pretendía el presidente Petro convocar una consulta popular para aprobar la reforma laboral, recibí cinco opiniones provenientes de diferentes grupos de amigos, que trataré de resumir:

1.- La de los amigos liberales ‘progresistas’, o sea aquellos que, como yo, apoyamos el gobierno del presidente Petro, y que vieron en mi escrito lo que realmente se propuso el autor: hacerle ver al Mandatario que eso no estaba de acuerdo con la Carta Política que exige que ese tipo de consultas sea suscrito por el jefe de Estado y con la firma de todos sus ministros, y aprobado por el Senado de la República, tal como lo ordena su Artículo 104. No es necesaria la sabiduría jurídica del doctor Mauricio Gaona para entender que allí no caben ni exégesis ni conceptos de tratadistas internacionales. Dos más dos igual cuatro.

2.- La de mis amigos adversarios del presidente Petro, que descubrieron en mí un nuevo actor de la oposición cerrera.

3.- La de los amigos de la derecha tradicional, ahora convertida en el Uribismo, que estimaron que no había sido lo suficientemente duro con Petro, al que he debido ‘cascarle’ más.

4.- Los amigos petristas puros y duros que se lamentaron por lo que ellos vieron como una censura al acto gubernamental que pretendió darles ventajas laborales a los trabajadores.

5.- Y la mía propia, que no es más que una posición jurídica de un liberal que también es abogado, y por tanto defensor del ordenamiento constitucional que rige desde 1991.

Sigo siendo solidario con el gobierno progresista del presidente Petro, porque veo en él muchos de los principios que informan el liberalismo colombiano, pues no ha habido ni un solo gesto que indique distancia ideológica del trapo rojo.

No tengo interés alguno de formar en las filas de la oposición, cualquiera sea la corriente de donde venga, porque este ensayo de un régimen de izquierda ha traído un aire de renovación en la política nacional. Desde luego, me reservo el derecho de crítica, cuando lo juzgue necesario.

Cuando escucho voces airadas diciendo que Petro ha llevado el país a la dictadura, yo que sí he conocido lo que han sido las dictaduras criollas, puedo garantizar que ese es un juicio errado. Aquí no se ha cerrado el Congreso. Aquí no hay presos políticos. Aquí no hay líderes asilados en las embajadas. Aquí no hay censura de prensa. Aquí no ha habido expropiación de ninguna clase. Y a nadie se le niega el derecho de despotricar contra el presidente.

Si algún consejo pudiera darles a los líderes de la oposición, sería el que dejen de mencionar a Petro todos los días, pues él no es el candidato a derrotar. Formulen un programa coherente para que el pueblo pueda escoger lo que mejor convenga a sus intereses. Mientras continúe esa diatriba contra el Mandatario, más lo empoderan, y más posibilidad tiene de ganar el candidato que patrocine.

Armen coaliciones, formen barricadas ideológicas, sigan a un buen líder que en las plazas públicas –y en las urnas- sea capaz de vencer el ‘progresismo’. Y ahí sí tendrán oportunidad de alcanzar la Casa de Nariño. Lo demás es carreta.

Gracias a los amigos de todas las vertientes que me hicieron llegar sus opiniones sobre la columna mencionada, todas ellas merecedoras de mi mayor atención.

Abogado con 45 años de ejercicio profesional. Cargos: Alcalde de Tuluá, Senador y representante a la Cámara, Secretario de Gobierno y Secretario de Justicia del Valle. Director SAG del Valle. Columnista de El Pais desde 1977 hasta la fecha.

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