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Machos alfa

Se adentra en los terribles problemas de adaptación a las nuevas realidades de cuatro machos ibéricos que no saben qué hacer ni con su sexualidad ni con sus mujeres y ni siquiera consigo mismos...

1 de marzo de 2024 Por: Carlos Jiménez
Carlos Jiménez

Hace un par de días terminé de ver en Neflix la segunda temporada de Machos Alfa, una serie española que aborda con humor, y sobre todo con fina ironía, la crisis del modelo patriarcal de definición y relación entre los sexos en la que estamos inmersos. Crisis cuyas causas son tanto endógenos como exógenas. Entre las causas endógenas figuran en primerísimo lugar el feminismo y las exigencias de reconocimiento y respeto formulados por los movimientos gais desde la década de los años 60 del siglo pasado.

Ambos dotados de una legitimidad incuestionable por cuanto suponía y aún suponen la demanda de fin de la discriminación y la minusvalía de las mujeres y los homosexuales impuestas por el machismo. Estos movimientos solo podían lograr lo que pretendían y aún pretende subvirtiendo radicalmente a lo que ahora llamamos con todas las letras el régimen patriarcal.

Entre las causas que llamo exógenas figuran la intensa actividad de los, y sobre todo, las intelectuales que han convertido la crisis de la modelo patriarcal generada en la práctica por dichos movimientos, en objeto privilegiado de análisis, interpretación y elaboración teórica. A ellos debemos que ya sea común hablar de patriarcado’, en vez de ‘machismo’, que el sexo no se considere un hecho natural, biológico, sino una construcción cultural a la cual hay que referirse utilizando el concepto de ‘género’.

A este factor exógeno hay que sumar la actividad legislativa inspirada por estas teorías, que incluye el matrimonio igualitario entre parejas del mismo ‘sexo’ y el derecho a cambiar de ‘sexo’, ya sea mediante cirugía o tratamiento hormonal o por la simple decisión de cambiarlo sin que medie ninguna de estas operaciones. Un derecho que, en legislaciones como la actual española, se le reconoce a los infantes a partir de los 12 años de edad.

Obviamente, estos cambios son demasiado para el cuerpo, sobre todo si este cuerpo está modelado por una tradición de siglos y más siglos. Cambiar de hábitos y modelos de conducta muy arraigados resulta muchísimo más difícil que cambiar de profesión, de oficio, de ideas políticas o incluso de país. Lo que le da todo su atractivo a la serie Machos Alfa es que se adentra en los terribles problemas de adaptación a las nuevas realidades de cuatro machos ibéricos que no saben qué hacer ni con su sexualidad ni con sus mujeres y ni siquiera consigo mismos. Aun contando con un ‘especialista’ en géneros.

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