Columnistas
Giro a la derecha
María Fernanda Cabal en Colombia, Javier Milei en Argentina, Feijóo en España, José Kast en Chile, vamos hacia una derecha dura en Iberoamérica. Cabal tiene dos grandes jefes de campaña: Gustavo Petro y Francia Márquez.
Sorprenden los resultados de las elecciones españolas donde ganó la derecha pero no ganó la derecha. Extraña paradoja en la que, a pesar de obtener más votos que el partido socialista de gobierno, el ‘ganador’ Alberto Núñez Feijóo, ultra conservador, tendrá que negociar para formar gobierno, pero es probable que la izquierda siga gobernando apoyada en el ala radical y los independentistas y a pesar de la ola de derechización que recorre al mundo donde Latinoamérica no escapa.
María Fernanda Cabal en Colombia, Javier Milei en Argentina, Feijóo en España, José Kast en Chile, vamos hacia una derecha dura en Iberoamérica. Cabal tiene dos grandes jefes de campaña: Gustavo Petro y Francia Márquez.
Kast, ultraderechista chileno, perdedor de las elecciones con Gabriel Boric, tiene el control de la asamblea encargada de redactar la nueva constitución. Milei el economista, exfutbolista y rockero argentino tiene como banderas la dolarización y el modelo de justicia salvadoreño.
En España la derecha va con la unidad nacional en contra de las independencias de Cataluña y el País Vasco, la política migratoria restrictiva y la reversa a las leyes del aborto y la eutanasia entre otras.
México tiene un panorama inédito en su historia con tres mujeres, Xóchitl Gálvez, Lily Téllez y Claudia Sheinbaum quienes disputan el liderazgo en las encuestas para ser candidata de la oposición en las elecciones de 2024, todas ellas empeñadas en cambiar el modelo económico del presidente López Obrador, muy parecido al de Gustavo Petro y que ha dejado el peor crecimiento en los últimos 40 años de la historia mexicana.
Y Centroamérica se vuelca hacia el modelo salvadoreño para combatir las pandillas, Honduras anuncia la construcción de una mega cárcel al estilo Bukele para cinco mil delincuentes.
La designación de un opositor como presidente del Congreso colombiano es el anuncio del duro camino que tendrán que recorrer las ansiadas reformas pensional, laboral, minera, educativas y de salud propuestas por el gobierno Petro, cuya ejecución es prácticamente nula y que enfrenta una ola de violencia parecida a la de fines del Siglo XX cuando se dio el despeje del Caguán, con el preocupante regreso del secuestro y la extorsión fuera de control en todo el país, ambiente más que propicio para la llegada de la derecha dura.
Todos los candidatos a alcaldes y gobernaciones prometen mano dura y soluciones radicales para combatir el crimen, soluciones que van en contravía del diálogo, el lenguaje respetuoso y hasta el pago a los grupos delincuenciales propuestos por el gobierno. Como dice la cuña del famoso circo que por estos días acampa en Cali: “Después no digas que no te avisamos”.