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Finanzas verdes para el Pacífico
¿Están las instituciones locales preparadas para estructurar y ejecutar estos proyectos de manera eficiente?
Hablar de desarrollo sostenible implica hablar de financiamiento. Sin recursos claros y estrategias definidas, los proyectos transformadores que la región necesita se quedarán en el papel.
La reciente COP16 destacó el papel estratégico de las economías en desarrollo frente al cambio climático, señalando al Pacífico colombiano como una región con inmenso potencial económico y ambiental. Sin embargo, a pesar de que esta visión comienza a reflejarse en los planes de desarrollo de Cali y el Valle del Cauca, su implementación es aún incipiente y enfrenta importantes desafíos en gran parte de la región.
A nivel global, las finanzas sostenibles están transformando la manera en que se financian proyectos de impacto. En el primer semestre de 2023, las emisiones de bonos verdes alcanzaron los $278.800 millones, representando más del 60% del mercado de bonos climáticos, según Climate Bonds Initiative. En Colombia, este mercado emergente ya registra emisiones por $2,8 billones, lo que representa una oportunidad invaluable para canalizar capital verde hacia proyectos transformadores en el Pacífico colombiano.
El Valle del Cauca se posiciona como un laboratorio natural para iniciativas sostenibles. Su biodiversidad, que abarca el 21% de las áreas protegidas del Pacífico, y su infraestructura estratégica, liderada por Buenaventura, lo conectan con mercados emergentes de Asia y América Latina. Además de sectores tradicionales como el azúcar, la región tiene potencial para diversificar su economía a través de proyectos como la agricultura regenerativa y cultivos sostenibles de alta demanda internacional, como aguacate hass, cacao y frutas exóticas.
El cacao, cuyas exportaciones en 2022 superaron los $144 millones, ilustra cómo proyectos sostenibles pueden generar inclusión social integrando a comunidades vulnerables y adoptando estándares ambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Este enfoque no solo impulsa el desarrollo económico, sino que contribuye significativamente a la reducción de emisiones y mejora la resiliencia climática de la región.
En el ámbito urbano, iniciativas como el Área Metropolitana del Sur Occidente ofrecen un marco ideal para financiar proyectos clave en movilidad eléctrica y gestión de residuos. Estas inversiones beneficiarían a Cali y municipios aledaños, generando impactos económicos y ambientales de amplio alcance. No obstante, persiste la pregunta: ¿están las instituciones locales preparadas para estructurar y ejecutar estos proyectos de manera eficiente?
Los desafíos son claros: barreras estructurales limitan el acceso al financiamiento verde. Aunque el Plan de Desarrollo Distrital de Cali 2024-2027 establece metas ambiciosas, como ampliar las zonas verdes un 25% y reducir emisiones en un 15% respecto a 2022, carece de mecanismos concretos para articular estas metas con herramientas financieras como bonos sostenibles. Si incluso Cali, con sus mayores capacidades técnicas y financieras, enfrenta estas dificultades, ¿cómo podrían superarlas municipios con menores recursos y gobernabilidad?
El Pacífico tiene una combinación única de biodiversidad, ubicación estratégica y un ecosistema empresarial en evolución. Sin embargo, transformar estas ventajas en realidades concretas requiere que los actores locales movilicen recursos, estructuren proyectos innovadores y fomenten la confianza de los inversionistas mediante estándares claros y herramientas financieras efectivas.
La invitación a los gobernantes locales es clara: no se queden dormidos. Articulen la planificación de sus planes de desarrollo con una visión estratégica que aproveche la atención internacional sobre la región. Impulsen asociaciones público-privadas, capitalicen recursos globales y movilicen el potencial de sus territorios con proyectos de alto impacto que transformen sus comunidades.