Columnista
Equilibrio
Hoy, con el aterrador tsunami de los problemas emocionales, es una responsabilidad social equilibrar la información.

27 de may de 2025, 03:04 a. m.
Actualizado el 27 de may de 2025, 03:04 a. m.
¿Por qué existe la tendencia a destacar lo negativo? ¿Por qué se señala el punto negro en la pared blanca? ¿Hay algo en el cerebro que presione a registrar la catástrofe y no el logro? ¿Seguimos acaso en épocas prehistóricas donde la necesidad de sobrevivir percibía peligro por todo lado? ¿No han servido siglos y siglos de adelantos científicos para seguir actuando como seres de las cavernas?
Eduardo José Victoria escribió una columna el domingo donde registró ‘maravillosamente’ un sancocho de defectos sin ninguna, ninguna, situación positiva. Como si hubiera decidido vivir en el infierno… y claro, debe vivir en el infierno. No vivimos tampoco en el paraíso, pero es urgente equilibrar. Aún recuerdo el trabajo del Dr. Luis H. Pérez y un grupo de ‘ilusos’ desde la UAO intentando equilibrar la información. No se están pidiendo mentiras sino equilibrio. Porque si alguien destacara ‘solo’ lo positivo diríamos que miente. Pero el que señala solo lo negativo también miente, porque ‘esa’ no es la realidad.
¿Existe alguna Facultad de Comunicación que enseñe a sus estudiantes a ver de otra manera? Que coincidencia, ese también fue un proyecto caleño, a raíz del secuestro de La María, donde muchas personas se unieron para ‘aprender a mirar de otra manera’. En ese momento la prioridad era la calidad de vida ‘exterior’ y no se hablaba de salud mental.
Hoy, con el aterrador tsunami de los problemas emocionales, es una responsabilidad social equilibrar la información. O terminaremos en un manicomio colectivo, donde los ‘terroristas’ psicológicos tendrán mucha responsabilidad en la construcción de esa sociedad de enfermos mentales. Cali es la ciudad del estallido social, pero también la ciudad de la COP16.
Cada quien escoge con qué imagen se alimenta y contribuye a crear una red energética que nos ‘nutra’ emocionalmente. Pareciera que existe un cierto placer en disfrutar ‘teniendo la razón’ por la catástrofe ‘que se avecina’ y no la opción de vivir en el presente y contribuir a sanar el ambiente. ¿Qué se puede hacer?
Se ha dicho hasta la saciedad que el 90 % de lo que suponemos nunca sucede. “Os confieso que casi nada ha salido como yo lo había imaginado hace 20 años. Por donde dije que jamás iría, acabé yendo. Las escaleras que prometí no subir en la vida, las subí de dos en dos. He tenido amigos con los que ahora ya no me une nada y por el camino he encontrado a personas maravillosas con las que hace años no habría compartido ni un café. He peleado hasta el extremo por causas perdidas en las que ahora no invertiría ni un minuto de mi tiempo y he encontrado el sentido de mi vida en momentos que hace años me habrían pasado inadvertidos”. (Anónimo).
Pocos se atreverían a negar que somos seres de energía y vibramos en ondas, atrayendo resonancias. No son solo los gobiernos los encargados de la salud emocional. Cada quien puede preguntarse ‘a qué huele’, qué emoción expele, en qué onda vibra. Aún en momentos muy complejos, la energía se limpia o se contamina. ¡Se elige! Existe una responsabilidad individual, pero el odio, el resentimiento, la necesidad de ganar y tener la razón, nos convierte en terroristas psicológicos buscando invisibilizar a quien no piense y sienta como yo.
Hay mucho por aprender y corregir, pero la respuesta está en el interior de cada uno. Usted a qué le apuesta, ¿al infierno, al paraíso o al equilibrio?
Psicóloga, conferencista de temas de pareja, cambio y espiritualidad. Licenciada en Letras. Directora de los programa de televisión Revolturas, Despertar de la Conciencia en el Canal 14, y "Consultándole a GloriaH" en el Canal 2 en Cali. Colaboradora habitual de la radio en Oye Cali, El corrillo de Mao . En 2009, ganó el premio Rodrigo Lloreda Caicedo a la mejor columna de opinión en El País. Autora de los libros Hablemos del Amor , "Amarte no es tan fácil" y Dónde esta mi papá´.