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Varias obras de artistas literarios como Gabriel García Márquez, Isabel Allende y Sarah J. Maas, han sido censuradas en Estados Unidos
Historias sobre raza y racismo, libros que presentan a personas de color y personas LGBTQ+, han sido los textos que se han prohibido leer en escuelas.
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16 de oct de 2025, 07:36 p. m.
Actualizado el 16 de oct de 2025, 07:36 p. m.
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Cada vez más, Estados Unidos se enfrenta a la prohibición por parte del Gobierno Trump, en diferentes temas que atañen a su sociedad, pero en especial en la educación. Y esta vez, tal como ha ocurrido con la inclusión cuando se habla del acceso a materiales sobre temas LGBTQ+, ha sucedido con la literatura.
Pues miles de títulos han sido retirados de las bibliotecas escolares como una forma de controlar los contenidos educativos, a los que acceden los niños.
De hecho, PEN América, una organización sin fines de lucro cuyo objetivo es concienciar sobre la protección de la libertad de expresión en Estados Unidos, reveló que durante el 2024, y en lo corrido de este año, el Gobierno Nacional, sacó de circulación a cerca de 2.600 artistas, entre ellos 2.308 autores, 243 ilustradores y 38 traductores, el motivo: por que sus ideas son contrarias a su postura conservacionista.

“PEN América ha documentado casi 23,000 prohibiciones de libros en escuelas públicas de todo el país desde 2021, una cifra nunca vista en la vida de ningún estadounidense. Esta censura, impulsada por grupos que defienden posturas conservadoras, se ha extendido a casi todos los estados y se dirige principalmente a libros sobre raza y racismo, libros que presentan a personas de color y personas LGBTQ+, así como a aquellos dirigidos a lectores mayores que contienen referencias sexuales o abordan la violencia sexual”, describió la organización en su informe.
De hecho, y según publicó la organización, tan solo durante ese último periodo del año escolar, 2024-2025, se han registrado 6.870 casos de prohibiciones de libros que afectaron a casi 4.000 títulos únicos.
“Por tercer año consecutivo, Florida fue el estado número 1 en prohibiciones de libros, con 2.304 casos de prohibiciones, seguido de Texascon 1.781 prohibiciones y Tennessee con 1.622″, se lee en el artículo.

La censura, como era de esperarse, también viene acompañada de denuncias, por lo que muchos centros escolares, han tenido que acogerse a esta nueva normativa que ha sido llamada “prohibición cotidiana”, entre las que figuran obras como ‘La naranja mecánica’, de Anthony Burgess; ‘Sin aliento, de Jennifer Niven’; ‘Vendido, por Patricia McCormick’; ‘Wicked: La vida y obra de la malvada bruja del Oeste’, de Gregory Maguire, -que de hecho, tuvo recientemente adaptación audiovisual-, y ‘Anoche en el Telegraph Club’, de Malinda Lo, entre otros tantos.
Incluso, también fue censurado el Manual de libertad de expresión, donado por una fundación estatal, por considerar que contenía sátira para adultos.
Pero lo que más ha sorprendido es encontrar censura de autores como el nobel de literatura colombiano Gabriel García Márquez, con Cien años de soledad y, El amor en los tiempos del cólera, o la escritora peruana Isabel Allende, con La casa de los espíritus; e inclusa, de novelas célebres como las de Stephen King; o la saga fantástica de Sarah J. Maas; y una adaptación gráfica del Diario de Ana Frank.

“En 2025, la censura literaria en Estados Unidos es rampante y común. Nunca antes en la vida de ningún estadounidense se habían retirado sistemáticamente tantos libros de las bibliotecas escolares de todo el país. Nunca antes tantos estados habían aprobado leyes o regulaciones para facilitar la prohibición de libros, incluyendo la prohibición de títulos específicos a nivel estatal. Nunca antes tantos políticos habían intentado presionar a los directores escolares para que censuraran según sus preferencias ideológicas, incluso amenazando con fondos públicos para exigir su cumplimiento. Nunca antes se había robado el acceso a tantas historias a tantos niños”, sentenció PEN América.
Periodista de cultura, entretenimiento y tendencias, experta en edición digital e impreso. Amante de las historias que inspiran. Aprendiz constante.