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Las razones por las que el Vaticano absolvió al sacerdote Carlos Yepes de acusaciones por supuestos abusos sexuales en Medellín
Estos son los motivos que manifestó el vaticano para exculpar al sacerdote colombiano.
El Vaticano ha anunciado la absolución del sacerdote Carlos Yepes de las acusaciones por supuestos abusos sexuales en Medellín. El colegio de jueces de la Santa Sede declaró la no culpabilidad del sacerdote, quien había sido suspendido de sus ejercicios canónicos en 2020 mientras se llevaba a cabo la investigación.
La decisión de exculpar al padre Yepes llegó desde Roma a la Arquidiócesis de Medellín a través del Dicasterio para la Doctrina de la Fe del Vaticano. La investigación se centraba en tres presuntos casos de abuso sexual, incluyendo una acusación pública por parte de Hernán David Morales, quien denunció haber sido víctima de abuso sexual cuando era un niño y monaguillo en 1995.
“No consta la acusación”
Sin embargo, el colegio de jueces de la Santa Sede concluyó que “no consta la acusación” y emitió la declaración de no culpabilidad en sentencia del 23 de diciembre de 2022. Esto significa que el sacerdote Yepes ha sido exonerado y podrá reanudar sus funciones sacerdotales.
Ante la noticia, el sacerdote manifestó su gratitud por el fallo del Vaticano y expresó que las acusaciones en su contra fueron falsas y difamatorias. Además, afirmó que estas acusaciones forman parte de ataques sistemáticos contra la Iglesia Católica en tiempos de persecución cristiana.
Es importante recordar que el padre Carlos Yepes se encontraba en una lista de 36 sacerdotes investigados por supuestos abusos sexuales, publicada por la Arquidiócesis de Medellín, y las autoridades civiles también han sido informadas sobre el caso. Ahora queda pendiente conocer si habrá avances en la justicia civil en Colombia respecto a esta situación.
Papa Francisco ratifica el nombramiento de obispo chino que generó controversia con el Vaticano
El papa Francisco ha ratificado el nombramiento del nuevo obispo de Shanghai, Monseñor Giuseppe Shen Bin, para la diócesis católica más grande de China, a pesar de que este nombramiento fue realizado sin tomar en cuenta a la Santa Sede y va en contra de un acuerdo histórico entre el Vaticano y el régimen comunista de Pekín.
El acuerdo entre el Vaticano y China, firmado en 2018 y renovado en octubre de 2022 por dos años, busca abordar la cuestión delicada del nombramiento de obispos en China y unir a los católicos chinos divididos entre las iglesias oficial y clandestina, otorgando al papa la última palabra en dichos nombramientos.
Sin embargo, a finales de noviembre, el Vaticano expresó sorpresa y pesar ante el nombramiento de un obispo en una diócesis china no reconocido por la Santa Sede, considerándolo una violación del acuerdo de 2018. A pesar de esta situación, China decidió nombrar a Monseñor Shen Bin como obispo de Shanghai sin consultar al Vaticano.
El jefe de la diplomacia del Vaticano, Pietro Parolin, justificó la decisión del papa Francisco de ratificar el nombramiento, argumentando que se busca evitar un deterioro en las relaciones con Pekín. Parolin señaló que estos dos nombramientos se realizaron sin la participación de la Santa Sede, lo cual no es coherente con el espíritu de diálogo y colaboración establecido entre el Vaticano y China.
“Estos dos nombramientos fueron decididos sin la participación de la Santa Sede. Este modo de proceder no corresponde al espíritu de diálogo y colaboración instaurado entre el Vaticano y China”, declaró.
A pesar de las tensiones y desacuerdos, el Vaticano busca regularizar la situación canónica creada en Shanghai para el beneficio de la diócesis y el ejercicio pastoral del obispo Shen Bin. El portavoz indicó que esto permitirá que el obispo trabaje con mayor serenidad.
El Vaticano ahora espera que ambas partes trabajen juntas para prevenir situaciones de desacuerdo y malentendidos, y se esfuercen por respetar el principio fundamental de consenso en las decisiones que afectan a los obispos.
El acuerdo entre el Vaticano y China ha generado críticas dentro de la Iglesia, con algunas personas viéndolo como un control del gobierno chino sobre los aproximadamente 10 millones de católicos del país. Las libertades religiosas siguen siendo un tema polémico y actual de debate en China, donde se han reportado casos de destrucción de iglesias y cierre de guarderías religiosas.