¿Cómo se preservó el cuerpo del papa Francisco hasta su santa sepultura? Conózcalo

Luego de que se hiciera público el deceso del papa Francisco el pasado 21 de abril, a causa de un ictus cerebral y una insuficiencia cardíaca a la edad de 88 años, su cuerpo fue dispuesto en la Basílica de San Pedro, de manera que cientos de miles de feligreses pudieran acercarse, darle un último adiós y ofrecerle sus máximos respetos.

Para que su cuerpo estuviera en óptimas condiciones a lo largo de este tiempo, la Santa Sede implementó un sofisticado método de conservación.

Puesto que el clima en Roma durante la época actual, primavera, se caracteriza por los altos niveles de humedad y temperaturas moderadas, el reto fue mucho mayor, ya que estas circunstancias pueden acelerar el proceso de descomposición de un cuerpo. Con esto presente, los especialistas del Vaticano optaron por una serie de medidas técnicas, buscando garantizar que el cuerpo pudiera ser exhibido durante estos días sin que supusiera ningún peligro.

El procedimiento inició con un lavado cuidadoso para eliminar las bacterias corporales que pudiera contener el cuerpo del Sumo Pontífice, para proceder a continuación con la depilación del vello facial y una serie de masajes que aliviaron la rigidez del cuerpo que surge tras el fallecimiento, de acuerdo con detalles de National Geographic.

El método, a partir de ese momento, consistió en un embalsamamiento con drenaje sanguíneo, luego de lo cual se le inyectaron químicos preservantes. Este método, similar al que se les ha aplicado a otros papas, consiste en drenar la sangre del cuerpo mediante las arterias principales, para luego introducir una sustancia a base de formaldehído, alcohol, colorantes y agua purificada, para mantener el cuerpo en óptimas condiciones.

También se trabajó en un diseño especial del ataúd en donde estaría dispuesto el cuerpo del papa. Según información de expertos, el féretro de Francisco está compuesto por una capa interna de zinc y una externa de madera noble, diseñado específicamente para garantizar la conservación en los eventos públicos.

Este viernes, luego de acabarse los ritos en la Basílica de San Pedro, se selló definitivamente el ataúd del papa, para luego ser trasladado a la basílica de Santa María, donde está dispuesto que descanse hasta la eternidad. De esta manera se cumplirán sus deseos y se romperá con una tradición de larga data, pues en los últimos 150 años todos los papas fueron enterrados en la basílica de San Pedro, el primer pontífice de la historia.