Judicial
Relato del hermano de Jorge Hernando Uribe tras la confirmación de su muerte: “Yo sentía que algo le había pasado”
Lo vio por última vez en un restaurante. Esa misma noche, comenzó una angustia que no se iría hasta el final.

Desde el primer día, Juan Carlos Uribe supo que algo no estaba bien. Su hermano, Jorge Hernando, no regresó a casa la noche del 6 de abril. Tampoco respondió los mensajes ni contestó el celular. A la mañana siguiente, la luz del pasillo seguía encendida y su cama vacía. Fue entonces cuando la angustia se instaló de manera definitiva.
“Yo siempre le compartía una oración por las noches y él me respondía. Esta vez no lo hizo. Ahí lo supe”, contó Juan Carlos en diálogo con El País, luego de que este miércoles 16 de abril se confirmara, tras una prueba de ADN, que el cuerpo calcinado hallado en el suroriente de Cali el sábado pasado era, en efecto, el de su hermano.
Jorge Hernando Uribe Bejarano, abogado de profesión y organizador de eventos por vocación, era conocido por su sensibilidad y su buen gusto. “Todo lo que tocaba lo volvía bello”, dice Juan Carlos. Decoraba matrimonios, primeras comuniones, celebraciones religiosas y hasta funerales con un detalle y una entrega que no pasaban desapercibidos. En sus últimos años, llevaba una vida itinerante entre Santa Mónica, un barrio en el norte de Cali donde vivía con su madre y sus hermanos, una finca en Buga y visitas frecuentes a su hija y sus nietas.
El día que desapareció, Juan Carlos lo había visto. Se encontraron por casualidad en un restaurante del norte de Cali. “Justo ese sábado él se vino a acompañarme porque yo estaba enfermo. Desayunamos juntos. Después fui a la clínica y al salir, nos cruzamos allá, en el Rincón de Belén”, recuerda que fue la última vez que lo vio.

Jorge Hernando almorzó a toda prisa. Tenía que entregar unas cajas, dijo. Prometió volver. Nunca lo hizo.
Pasaron los días entre llamadas sin respuesta, búsquedas y presentimientos. “Yo sentía que Jorge ya no estaba vivo. Incluso me acosté en su cama y sentí que él se había ido”.
El viernes, mientras seguían sin noticias oficiales, comenzaron a llegar mensajes con pésames. Juan Carlos llamó al detective del Gaula con quien había estado en contacto desde la desaparición. “Me dijo que habían encontrado el vehículo y un cuerpo calcinado, pero que no podían confirmar nada sin las pruebas de ADN”.

Este lunes, a las cinco de la tarde, la familia recibió la llamada definitiva. El cuerpo era el de Jorge Hernando. La noticia trajo un dolor inmenso, pero también un pequeño consuelo: el de no seguir viviendo con la incertidumbre de no saber. “Por más doloroso que sea, es mejor poder enterrarlo, despedirlo, saber que lo tenemos. Hay familias que nunca saben qué pasó con sus seres queridos. Nosotros al menos ya sabemos”.
Ahora, Juan Carlos y su familia se preparan para darle sepultura entre lunes y martes de la próxima semana, luego del puente de Semana Santa. Y aunque no hay claridad aún sobre lo que le ocurrió a Jorge Hernando ni por qué alguien querría hacerle daño, su hermano insiste en recordarlo como fue: “Un ser de luz, un hombre bueno, generoso, que se sacaba el pan de la boca para dárselo al otro. Mi mejor amigo. El mejor hermano del mundo”.
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